La Real Sociedad empató este domingo contra el Valencia (1-1), en partido disputado en Anoeta y correspondiente a la 13ª jornada de Liga. Los de Imanol completaron una gran actuación, antes y después de la expulsión de Aritz Elustondo, aunque la tarjeta roja que vio el beasaindarra les obligó a variar de registro. Desde ambas ideas, la más proactiva (de inicio) y la contragolpeadora (75 minutos finales), el equipo de Imanol estuvo más cerca del triunfo que su rival. Este es el análisis táctico del encuentro.

EL PRECEDENTE. El Valencia venía de iniciar el partido contra el Barça cerrando con zaga de cinco, hasta que Gattuso cambió mediada la primera parte Pasó a presionar en 4-4-2, con salto a primera línea de un centrocampista del 4-3-3 de base (Foulquier). ZONA NARANJA: espalda del doble pivote.

En Anoeta, el técnico italiano apostó por dar continuidad a ese 4-3-3 de base, dibujándose un partido con este teórico panorama sobre la pizarra. La pregunta clave era: ¿cómo se iba a ajustar el Valencia para presionar a la Real?

Lo hizo, como podía esperar Imanol tras ver el último partido del rival (ante el Barça), dando altura a uno de sus interiores (André Almeida). El equipo che dibujaba en defensa este 4-4-2.

Se propiciaba así, de nuevo, ese espacio naranja a la espalda del doble pivote valencianista que veíamos en una imagen previa.

Empezó el partido, sacó la Real desde el centro del campo y en la primera acción ya pudimos apreciar el panorama táctico que esperaba: Almeida presionando en primera línea con Marcos André, esquema 4-4-2 del Valencia en defensa y tres centrocampistas locales a la espalda del doble pivote.

Con dos puntas grandes y de buen juego de espaldas como Sorloth y Carlos, la Real (a través de Remiro) leyó bien la situación y buscó en largo esa zona naranja, con dejadas de los delanteros o envíos directos a Merino-Brais. Minuto 2: balón de cara y espacio para el gallego.

Los de Imanol supieron interpretar el contexto inicial para hacer daño en esa parcela, y también en otra zona donde el rival podía flaquear: la espalda del lateral derecho Correia. El cebo para buscarla: escorar a Illarra a banda. Objetivo final: diagonales de los puntas.

Aquí vemos la imagen anterior de pizarra trasladada a una captura real del partido. La Real acumula jugadores cerca del balón (incluido Illarra atrayendo a Correia) para facilitar que Rico busque a compañeros lejanos en profundidad.

El equipo combinó de inicio la amenaza en ataque con una buena presión (misma del jueves contra el United). Rombo basculado para que... AZUL: un interior apriete a lateral (Illarra). BLANCO: ayuda dentro del otro interior (Merino). NEGRO: el hombre libre es un alejado (Gayá). NARANJA: superioridad (4-3) atrás.

'Traducimos' de nuevo la imagen a captura real y terminamos así de explicar cómo funcionó la Real para, a través del buen trabajo de sus futbolistas, firmar un arranque de partido sobresaliente.

Tras la tarjeta roja a Aritz, Imanol apostó primero por defender de este modo (Zubimendi central y Zubeldia lateral en el 4-4-1). La Real trató de paliar su inferioridad en la medular estrechando la línea de medios y 'regalando' pase exterior. ¿El problema? Que luego las bandas las defendían Brais y, sobre todo, Sorloth.

El 1-1 no fue atribuible a esto último de forma directa. Sin embargo, esas dificultades para tapar fuera sí provocaron que el equipo se hundiera en exceso. Era lo que tocaba si (por ejemplo) Correia recibía en situación clara de centro, con Rico-Brais defendiendo carril interior.

Llegó enseguida el 1-1, producto de una acción en la que conviene detenerse Una semana antes (en una jugada de origen distinto, una transición tras robo), el Betis había hecho este gol en Anoeta: pase atrás con cinco realistas en línea, casi a la altura de la frontal del área pequeña. En la rueda de prensa posterior, se refirió Pellegrini al modo en que los txuri-urdin defienden estas situaciones: "Habíamos hablado de que la Real se hunde mucho dentro del área".

Pues bien, el empate del Valencia tuvo su origen en una jugada que, con sus matices previos, resultó similar. En esta ocasión, seis realistas defienden en línea, entre el área pequeña y el punto de penalti, facilitando el pase atrás de Gayá a Lino.

Imanol movió a los suyos para, sobre la marcha, ir defendiendo mejor en inferioridad. De cara al tramo final de la primera parte, Carlos y Sorloth intercambiaron sus posiciones. Mejor dotado el noruego para aguantar balones de espaldas. Más chisposo el andaluz para tapar a Gayá.

Pero el cambio importante llegó tras el descanso, cuando el míster apostó mediante las sustituciones por perfiles más específicos y adecuados. Gorosabel-Magunazelaia para tapar bandas. Zubimendi (de nuevo pivote)-Merino para las ayudas exteriores.

Importantísima la creación de estos triángulos de seguridad lateral-interior-pivote. El Valencia venía por fuera y sumaba en banda a un tercer hombre para intentar generar superioridad. Bien la Real escorando siempre a un centrocampista para igualar.

Misma situación pero en la otra banda. Gorosabel y Magunazelaia presionaban sin miedo junto a la cal con los laterales Zubeldia-Rico en el carril interior y Merino-Zubimendi ayudando dentro. La Real pudo defender así unos metros más adelantada.

Y, además, el equipo de Imanol mostró concentración para reorientarse cuando el Valencia intentaba aplicar la solución más lógica a las dificultades para avanzar por banda: cambios de juego al ala opuesta.

Aguantando bien atrás y sin renunciar nunca a salir al contragolpe cuando la ocasión se lo permitía, la Real sumó un punto que toca dar por bueno pero que, incluso en inferioridad numérica, pudieron ser tres.