A nivel defensivo estamos muy bien. Y a nivel ofensivo podemos estar muchísimo. Prefiero ganar 4-3 que 1-0, pero cuando solo haces un gol debes mantener tu portería a cero. Creo, que en cualquier caso, que durante esta temporada hemos merecido marcar más goles en Anoeta”. Este fue el mensaje al que recurrió Imanol Alguacil cuando le preguntaron por la enésima victoria por 1-0 durante la campaña pasada. Su filosofía siempre ha sido valiente y ofensiva, pero de un tiempo a esta parte, desde que arreciaron los problemas del equipo para meter gol, la realidad es que ya no ve con malos ojos ganar por la mínima sin encajar y, además, le da bastante más valor de lo que lo hacía cuando aterrizó en el primer equipo. La explicación es evidente, uno de los márgenes más claros que tenía el proyecto que se alzó con el título de Copa para siempre era mejorar en defensa. No se puede discutir que el curso anterior se dio un gran paso adelante en la retaguardia, que, entre otras cosas, mitigó la sequía realizadora de los delanteros. La Real fue el conjunto que más porterías dejó a cero en la Liga con un total de 20. Un registro excepcional, porque con el paupérrimo balance de dianas fue milagroso que los realistas sellaran por tercer año consecutivo el pasaporte europeo.

Para entender este dato, el de tantos encuentros sin encajar, hay que valorar la progresión que ha experimentado Remiro, que, como es lógico, estuvo luchando hasta el final por alzarse con el trofeo Zamora. Y, como se está comprobando en este inicio de campeonato, se ha consolidado de manera definitiva un Martín Zubimendi que ya no sorprende a nadie que esté en las listas de los clubes más poderosos. En lo que llevamos de curso, la Real ha cerrado a cal y canto su meta en tres ocasiones de ocho: en Cádiz y Elche, y en la mágica noche de la toma de Old Trafford.

En la línea defensiva, hay bastante más baile. La lesión de Le Normand, que solo se perdió un encuentro de Liga, parte de dos duelos europeos y la ronda inicial de Copa ante el Panaderías Pulido se está notando, como sucede en cualquier equipo en el momento que cae su líder atrás, aunque el equipo parece sobrellevarlo al menos por ahora.

En el lateral derecho, Imanol ha utilizado a tres jugadores. Comenzó Aritz, en una decisión sorprendente ya que puso en evidencia la venta de Zaldua, pero en el tercer encuentro entró Gorosabel, que ha salido de inicio en cuatro ocasiones. El último en llegar, Sola, acumula dos titularidades, que llegaron en la misma semana, ante el Getafe y el Omonia.

En el puesto de central derecho ha comenzado con fuerza el curso Igor Zubeldia, que ya ha jugado cinco partidos, al que hay que sumar el del Omonia, en el que actuó en el perfil izquierdo. Aritz, que ha alternado luces y sombras, ha arrancado los otros tres duelos en la derecha.

En la izquierda, tras los cuatro encuentros del intocable Le Normand, entró en escena Jon Pacheco y lo hizo además con nota. Ha jugado tres de sus últimos partidos de titular y ya nadie discute que es el sustituto del galo.

Por último, en el lateral izquierdo, uno de los puestos más señalados, Aihen Muñoz se ha vuelto a salir con la suya y ha conquistado la titularidad gracias a su gran rendimiento. Diego Rico, el único que no ha pasado por el Sanse, se lesionó y solo ha podido salir de inicio en dos choques. Por ahora, Imanol no ha cambiado de dibujo en su defensa y la realidad es que, salvo la dura noche del Barcelona, ha rendido con eficiencia y parece transmitir seguridad para el maratón que se viene...