A nadie le sorprende cuando cualquier mañana se levanta y se encuentra con la noticia de que el Atlético está obligado a vender a Carrasco, De Paul o Lodi para cuadrar cuentas. El Sevilla ya ha facturado a Diego Carlos y todavía necesita ingresar más si pretende continuar con su planificación; el Barça sigue intentando convencer a Frenkie De Jong para que acepte marcarse al Manchester United; el Betis hará lo mismo con Guido Rodriguez... Y aquí, en el entorno txuri-urdin, muchos tirándose de los pelos porque antes de que se abra el mercado de manera oficial todavía no han llegado los refuerzos soñados.

Según informó ayer el Diario de Navarra, solo hay cinco equipos de la pasada Liga en Primera que no necesitan vender futbolistas antes del cierre del curso, es decir, para dejar de superar sus respectivos límites del fair play. Entre ellos estarían la Real y Osasuna. Como han defendido Aperribay y Olabe en sus últimas comparecencias, el club donostiarra está intentando hacer el máximo de caja en su operación salida, aunque no tengan la necesidad de vender a ninguno de sus activos más importantes para cuadrar cuentas al encontrarse lejos de su particular listón financiero.

En el mundo Real, el de las plazas europeas, el primero que puso el grito en el cielo de los clubes que parecían gozar de buena salud fue el Villarreal. Concretamente, en boca de su consejero delegado Fernando Roig (hijo) y en una entrevista en radio Marca: “No hay que olvidar que estamos en una situación difícil por la pandemia, que ha afectado mucho al fútbol y que sus efectos todavía siguen. Al fútbol español le ha afectado mucho, no estamos bien y hay que ajustar los costes. Nosotros hemos hecho una apuesta fuerte, con mucha inversión estos últimos años. Pero a nivel deportivo estamos muy bien, con grandes jugadores. El verano es largo y hasta el 30 de agosto podemos confeccionar la mejor plantilla posible”.

Olabe ha reconocido que están preparados para afrontar operaciones de un peldaño superior, es decir, de unos 20-25 millones

El directivo dio en el clavo de lo que está sucediendo en el campeonato español y es que muchos viven por encima de sus posibilidades: “El año pasado hicimos una apuesta muy fuerte, preveíamos pérdidas porque fue un equipo por encima de nuestras posibilidades. Queríamos hacer una buena Champions y tratar de consolidarnos entre los cuatro mejores de la liga. Pero no pudo ser por el desgaste que supuso Europa. Ni mucho menos vamos sobradísimos, pero el club está saneado, en una buena posición, aunque habrá que hacer algunos ajustes. La Champions no nos servirá para fichar a Mbappé y Messi, sino para cubrir lo de la temporada pasada. Seguimos teniendo más gastos que ingresos y habrá que ajustar”.

La Real no necesita vender a ninguna de sus estrellas, algo que le diferencia del resto de sus rivales directos, y encima Olabe ha reconocido que están preparados para afrontar operaciones de un peldaño superior, es decir, de unos 20-25 millones, aunque eso no signifique que lo vayan a hacer. El club realista lleva tres años clasificándose para Europa, con la consiguiente inyección económica que ello supone, pero si se mete en una inversión de ese calibre, a pesar de que sus arcas se lo pueda permitir, podría entrar en pantanoso terreno de estar obligado a regresar al Viejo Continente en el siguiente curso para evitar tener que sacar al mercado a referentes del plantel. Con lo bien que está haciendo las cosas, tal y como le respaldan los números, no parece buen momento para dar pasos en falso.