Hablando con sinceridad, ¿pensaba que podían conseguir lo que han logrado?

-Era consciente del talento que se quedaba, de las jugadoras que teníamos, cuando a lo largo de la temporada pasada ya vamos confirmando que hay gente que ha dicho que no quiere seguir, que no aceptaba la renovación. A partir de ahí te vienen nombres de las jugadoras que vamos a necesitar para configurar la plantilla. Teníamos claro lo que se queda porque las habíamos visto el año pasado entrenar y que íbamos a tener gol con las jugadoras que teníamos, incluso si incorporábamos una serie de piezas, íbamos a tener más y eso es mucho en la competición. Sabíamos que teníamos ese compromiso por entrenar mucho de la gente que se quedaba y que iba a ayudar a no bajar los brazos. Sabíamos que teníamos pies para crear y construir y sabíamos que lo que venía nos había dado síntomas y alertas durante sus trayectorias de que eran jugadoras fiables en los minutos. Hemos dicho que siempre que firmábamos gente de 30 partidos y de 90 minutos y eso sabíamos que nos iba a dar, incluso siendo una plantilla corta. Sabíamos que fichábamos gente que iba a tener ese compromiso que luego nos ha dado para ganar fuera de casa, de ganar y luego de resistir en partidos en los que ganábamos de uno y quedaban pocos minutos y el rival apretaba. Sabíamos que teníamos ese coraje porque firmábamos eso y porque lo teníamos en el día a día. A partir de ahí, claro que te tiene que salir y terminar de configurarlo en un proceso de entrenamiento. Ha salido todo muy bien, sabía que podía salir así de bien y sabíamos que estábamos pidiendo al equipo estar en sus máximos. Eso siempre es complicado, pero sí teníamos la certeza de lo que se quedaba. Éramos conscientes de las habilidades que tenía el equipo, aunque entiendo que perdía piezas importantes, que habían sido su sustento y equilibrio. Era pedir el máximo y que se destaparan algunas. Era pedir que se sintieran igual de fuertes sin el abrigo de las que siempre habían tenido al lado en temporadas anteriores. Pero teníamos claro que se quedaba talento. Hemos perdido nombres y hemos tenido que ser equipo desde menos nombre, pero gracias a eso también han salido nombres propios.

¿Llegar a la Real tras ganar la Copa fue un marrón o una motivación?

-No es solo por la Copa de la Reina. El club ya estaba consolidado en el grupo de los ocho mejores y cada año estaba un puntito mejor. Eso es un indicativo de que no le va a valer cualquier cosa al club. Eso sí, genera respeto porque había muchas situaciones que yo no había vivido nunca y lo tenía que vivir por primera vez en directo. Yo tampoco les hablaba mucho de mi experiencia propia, porque es otra generación, otra época, y no sé hasta qué punto les iba a valer, pero tenía claro que lo teníamos que hacer muy bien y ahí podía salir o no, pero soy una de esas personas que afronto los retos desde la convicción de que me puede salir bien. Puede que no, porque hay cosas que no iba a saber hacer, pero desde el esfuerzo, desde el saber preguntar, saber delegar en lo que no sabes y escuchar mucho y creer en las convicciones que puedes tener, creía que podía salir bien. El hecho de que el club hubiera ganado cosas, ayuda, y lo demás, lo he intentado aplicar yo, desde el creer que teníamos talento -lo teníamos el año pasado y lo hemos tenido este año-. El club está trabajando en la buena dirección para que dé igual quiénes vengan, siempre y cuando vengamos con esa inercia de querer hacer creer el proyecto. Tenía mi recelo, mis dudas, pero te digo que me veía capacitada para pedir ayuda cuando tocaba y tirar del carro.

¿Qué equipo se encontró?

-Un equipo con ganas de salir del confinamiento, de entrenar y jugar. Eso es lo primero. Un equipo con ganas de un cambio. También un equipo exigente, que te pedía liderazgo, pero sabiendo que me iban a controlar. Me encontré un equipo altamente competitivo desde ese hambre de volver a competir, de ese querer ganar y querer defender su identidad, pero también receptivo a una nueva identidad. Encontré un vestuario hambriento, profesional y competitivo.

¿Difícil?

-Exigente. Igual un grupo en el que la plantilla nunca había sido de muchas jugadoras. La trayectoria es de un club que sabe muy bien lo que firma, que no trae cualquier cosa, que no quieren ser 25. Fuimos una plantilla en la que había un nivel de competitividad y una competencia interna muy fuerte, con posiciones dobladas, y eso no dio minutos a todo el mundo por igual y en ese sentido hubo situaciones que las jugadoras tuvieron que vivir por primera vez y las personas no tenemos todas las herramientas para hacerlo adecuadamente. ¿Difícil? No. Algunas cosas fueron sencillas porque teníamos un nivel de competitividad alta y eso hace que tú tengas que afinar mucho más y que la tarea, si no la has explicado bien, ellas vean ahí un hueco para hacer no la trampa, pero sí que era un equipo que quería pensar por sí mismo. Eso está bien, pero te obliga a manejar. Fue una temporada en la que las cosas no se dieron y cuando ocurre esto, cuesta todo un poco más. Cuesta consolidar un bloque, posiciones, dar oportunidades... Costó porque yo a veces no supe hacerlo bien y porque las jugadoras igual tampoco tuvieron la paciencia que hubiéramos agradecido.

¿Hubo un momento en el que el vestuario se rompió?

-No sé. Yo hacia las jugadoras no perdí la confianza en ningún momento. Si ellas la perdieron, es una respuesta que tienen que dar ellas. La competición no nos dejó el convencernos con esa facilidad de ir haciendo el mismo proceso que hemos hecho este año. Estábamos todos en ese proceso del Yo merezco y no la de al lado. Cuando no compartimos todas esa misma mirada es un poco más difícil. Es evidente que no tuvimos el nivel de cohesión que hemos tenido este año. Yo sí que estoy convencida de que la temporada pasada me dio las herramientas para este año cortar cosas antes de que ocurrieran y se hicieran más grandes. Ese aprendizaje se lo agradezco a ellas y cuando las cosas estaban más fastidiadas al final de la temporada, yo quise hablar con ellas, volver a reconocer la cosas en las que pensaba que no había estado acertada y preguntarles en qué me podían ayudar. Yo he sacado aprendizaje de ello y espero que cada cual haya hecho lo propio. Pero es una evidencia que el equipo no estuviera unido.

¿Tiene la sensación de haber tapado bocas?

-Es que yo creo que el año pasado también jugamos bien. Lo tengo muy claro. Porque este año hayamos conseguido más, parece que hemos jugado mejor. Sí creo que este año también hemos jugado bien, siguiendo la idea que el año pasado intentamos implantar. Las jugadoras que han continuado han partido desde un saber cuál era el plan y era más fácil acoplar a las nuevas. Una realidad es que no estábamos en la primera quiniela, y, en ese sentido, hemos sorprendido. Es posible, pero no hemos ido a jugar para reivindicarnos. La diferencia es que este año hemos tenido más ese deseo de mirarnos a nosotras y no tanto al adversario. Pero callar bocas, no. Estoy muy satisfecha de la temporada del año pasado. No funcionó mejor por diferentes situaciones. Por un partido que todo el mundo daba por hecho de que el Atlético de Madrid no iba a perder contra el Barça, por esos tres puntos, no nos metimos en la Supercopa y no conseguimos la mejor clasificación.

Ahora son todo elogios hacia la figura de Natalia Arroyo. ¿Cree que se ha sido injusta con usted?

-No lo creo. Cada cual es libre de juzgar desde su punto de vista. He intentado hacerlo lo mejor posible, desde el primer día. Cuando decides quién juega y quién no, a qué se entrena o a qué no, cuál es la idea de juego o cuál no, sabes que va a haber gente a la que le va a gustar y gente a la que no. Entiendo que conmigo y en paralelo a mí han ocurrido cosas que han cambiado una inercia y ha terminado afectando a que se marchen jugadoras que han sido muy queridas en el club y lo entiendo porque le han dado el único título que tiene la sección. Yo me he sentido querida por la gente, cuando vengo al z7 y en muchos momentos importantes por las jugadoras, que es lo que te marca. Lo he dicho. El año pasado no fue un año sencillo, pero no creo que haya sido injusto, porque la gente tiene su derecho de juzgar y está en mi responsabilidad decidir lo que quiero escuchar y hacerme fuerte con aquello que me puede hacer daño. Todo el mundo es libre. Me parece incoherente que yo, que he dedicado parte de mi tiempo a juzgar lo que hacen los otros, no me pareciera justo pedirle a la gente que no me juzgue.

La exigencia el año que viene va a ser igual o mayor. ¿Cómo lo ve la entrenadora de la Real?

-Es lo mismo que dijimos al final de la primera vuelta y se ha confirmado. No hemos repetido en la segunda vuelta los números de la primera, aunque hemos hecho buenos números en la segunda como para no solamente quedar segundas desde el retener el colchón de puntos. Hemos hecho muchos puntos y hemos hecho otra vez una muy buena segunda vuelta, pero no tan perfecta. Vamos a intentar salir con la misma ambición. El proyecto de la Real tiene que estar siempre basado en el día a día y en cada una de las jornadas, compitiendo por estar arriba y, en ese estar arriba, competir por estar en Europa. Tenemos que entender que tenemos que ganar todos los partidos en casa, algo que en esta temporada no hemos podido hacer y seguir estando bien fuera de casa desde nuestro juego; y luego, veremos si somos capaces o no, pero el desafío no es repetirlo, sino salir el siguiente entendiendo que si vamos por la vida pensando en que fuimos segundas el año pasado no va a poder ser. Tenemos que volver a agarrarnos a lo que este año nos ha dado y a partir de ahí veremos si nos vuelve a dar, que es entrenar bien, revisar nuestra mirada, decirnos las cosas a la cara y entender que hay veces que los resultados maquillan realidades y no premian tus virtudes. Ir balanceándonos así desde un nivel de autocrítica, de entrenabilidad y de compromiso alto por aprender cada día. Si somos capaces de hacer eso, creo que tendremos un equipo capaz de estar entre los candidatos para estar en Europa.

Por lo que dice, ¿este equipo tiene mucho margen de mejora?

-Tiene margen de mejora. Aunque hemos hecho partidos muy buenos y muy completos, exigirnos esa misma capacidad de producir ocasiones más sostenida en el tiempo, tener ritmos de partido más altos en muchos momentos, defender mejor ciertas acciones, no encajar cuando te relajas, repartir muchísimo más el gol, aunque creo que hemos sido un equipo que lo ha repartido mucho. En muchos aspectos del juego hemos estado en un nivel muy alto, pero no experto todavía. Por eso creo que podemos consolidarnos desde el saber que el equipo tiene unas herramientas que ha ido adquiriendo y que le da una autonomía en el partido muy alta. Vamos a darle nuevas herramientas, vamos a seguir potenciando jugadoras y nombres propios para que siempre tengamos una idea común o sino una individualidad que en un momento dado nos salva.

¿Qué papel puede ofrecer la Real en Europa?

-Creo que tenemos la capacidad para competir contra un alto número de equipos en Europa porque creo que la Liga española es un termómetro muy interesante que nos recuerda que en muchas ligas estaríamos dominando. Hay otras que pueden estar por encima nuestro a nivel físico, de individualidades también. A nivel táctico hay muchos equipos buenos, la liga alemana, la inglesa, la italiana está creciendo€ pueden ser equipos contra los que va a ser difícil ganar, pero contra los que sí creo que tenemos capacidad de competir. Vamos a ver qué ocurre en el sorteo y ojalá tengamos la oportunidad de competir y superar la eliminatoria y eso nos lleve a un domingo, miércoles, domingo, miércoles, que nos daría muchísimas tablas para adaptarnos a distintos estilos. Lo que sí tiene la Liga, aunque es bastante versátil, es que hay una idea bastante común de dominar el balón, de tener posesiones y Europa no siempre es eso. Ahí tendremos que ver cómo podemos prepararnos para contextos de partidos que la Liga no nos ofrece y que tenemos que adquirir. Confiamos, en ese sentido, en el bagaje internacional que tienen algunas jugadoras para tener la capacidad de resolverlo.

¿Le apetece jugar contra algún rival en concreto?

-Me apetece estar en Europa. Sí me gustaría, por pedir, que fuera una eliminatoria en la que no tocara un coco. Los relatos europeos de los equipos que tienen más trayectoria (Barça, Atlético de Madrid, Real Madrid, Levante€) han ido creciendo a partir de encontrarse al menos un rival asequible que te da una ronda más. Ojalá tengamos esos 180 minutos de preparación para la fase de grupos. A partir de ahí, que sea el rival que tenga que ser, pero a poder ser que no sea alguno de los subcampeones de las ligas más potentes. Pero si lo es, pues a preparar de la mejor manera posible el partido y a entenderlo como una oportunidad de aprendizaje. Sea quien sea, vamos a ir a ganarle como siempre hacemos.

¿Necesita refuerzos esta plantilla?

-Sí. Este año sí creo que tenemos que subir el nivel de competencia interna. Tenemos que ser alguna jugadora más para tener más recursos en el banquillo. En muchos momentos hemos completado la convocatoria con varias del filial y ese no es el único papel que tienen que tener las jugadoras. A nivel de número, sí que vamos a tener que reforzarnos. Y a partir de ahí, detectar qué perfil no tenemos para buscarlo para ser lo más completas posibles.