Alexander Isak se reencontró con el gol 86 días después. El sueco no marcaba desde el tanto que le marcó al Leganés en Copa el 8 de enero en un encuentro en el que pudo y debió firmar un hat-trick si no se le hubiera hecho de noche en el área. Unos fallos que no presagiaban nada bueno. La realidad y el drama es que han pasado casi tres meses sin que el sueco volviese a perforar la meta contraria. Lo hizo además en un encuentro en el que, a pesar de echarse el equipo a sus espaldas en muchos momentos y erigirse en un puñal, no dispuso de casi ninguna ocasión para marcar. Eso sí, no tuvo ningún problema en asumir su responsabilidad para ejecutar el lanzamiento de penalti debido a la baja del casi infalible Mikel Oyarzabal. El ariete lo transformó con un disparo cruzado más fuerte que de costumbre. No era el momento para experimentar con otro tipo de lanzamiento más arriesgado. Isak lo celebró a lo grande en un córner y la afición txuri-urdin por fin pudo entonar su cántico, incluso antes que su tradicional baile de espaldas con el que festeja los goles y que ya se ha expendido como la pólvora por todo el campo.

El sueco está atravesando la habitual crisis del gol que han sufrido todos los goleadores que se precien a lo largo de sus carreras. El principal problema es que sus sendas explosiones de goles en sus dos campañas anteriores llegaron entre los meses de enero y febrero y en esta ocasión el contraste ha sido abismal, con las consiguientes eliminaciones de Copa, Europa League y la pasada semana su selección del Mundial, sin que pudiese aportar un miserable gol ni de rebote.

Lo que no admite discusión sigue siendo el potencial de Isak. Tiene 22 años, está completando un año decepcionante (aunque ya lleva nueve goles en todas las competiciones) y se va a perder la cita de Qatar, pero a nadie se le escapa que su potencial y su proyección son extraordinarias y que no es momento para sacarle al mercado para escuchar ofertas. Ni para la Real, ni por supuesto para él. La situación actual beneficia más al posible comprador en lugar del vendedor que debe ser consciente del diamante en bruto que tiene entre manos. No se puede pasar por alto que en su primer curso aquí, con 20 años, fue clave en el triunfo de la Copa 34 años después gracias a las 16 dianas que firmó en las dos competiciones. La campaña pasada solo vio puerta en Liga, pero en 17 ocasiones. Solo cinco jugadores anotaron mas (Messi, Gerard Moreno, Benzema, Suárez y En-Nesyri).

Con la confianza que le tiene que dar ese gol y el incondicional cariño que le brindó su parroquia, el escandinavo debería recuperar ese olfato goleador y, con la posible ayuda de los lanzamientos de penalti (sin Oyarzabal, habrá que ver qué opina Januzaj de esto), y tratar de firmar la decena en Liga (se quedó a solo uno en su campaña de estreno como realista). le faltan otros cinco. Isak ha vuelto. Isak no se toca.