- La Real Sociedad tiene previsto anunciar para el día de hoy la contratación de Mathew Ryan, portero australiano que ocupará el hueco dejado por Miguel Ángel Moyá, al que la Real no le renovó un contrato que vencía el pasado 30 de junio. La entidad txuri-urdin, por tanto, se ha cansado de esperar el “sí” de Ionut Radu, y finalmente se ha decantado por hacerse con los servicios de un veterano como Ryan, que ya conoce la Liga española, ya que militó en el Valencia durante dos temporadas.

Con la llegada de Mathew Ryan la Real vuelve a acudir al mercado extranjero para completar su portería. El australiano será el quinto guardameta foráneo que defienda la portería txuri-urdin tras Mattias Asper, Sander Westerveld, Claudio Bravo y Gerónimo Rulli.

Javier Clemente quería un portero alto para su Real y que le pusiera las cosas difíciles a Alberto López. Y a Luis Uranga, presidente txuri-urdin, no le importó hacer un desembolso cercano a los 600 millones de las antiguas pesetas para firmar al guardameta del AIK Solna, de nombre Mattías Asper, y con una altura de casi dos metros (1,97). Su fichaje causó un enorme revuelo en el entorno realzale, comprensible de todo punto, porque se trataba del primer portero extranjero en la historia de un club con una larga tradición de grandes guardametas, muchos de ellos internacionales, forjados en la cantera.

Su rendimiento, como todo el mundo sabe, dejó mucho que desear, tanto que solo permaneció temporada y media en la Real, tiempo en el que jugó diez partidos en los que encajó 23 goles, seis de los cuales llegaron en la primera mitad de ese partido de infausto recuerdo ante el Barça.

La historia cambió con la llegada de Sander Westerveld.Sander Westerveld. El meta holandés, procedente del Liverpool, tan solo estuvo dos temporadas en la Real, pero a punto estuvo de proclamarse campeón de Liga en aquella histórica 2002/03. Inolvidable su golpeo con el pie y su buen hacer bajo palos, que le convirtieron en un ídolo para la afición blanquiazul, que le recuerda con cariño.

El tercero en llegar fue Claudio Bravo, que lo hizo de la mano de Jose Mari Bakero en aquella temporada que terminó con la Real dando con sus huesos en Segunda División. El chileno se convirtió en una piedra angular en el equipo blanquiazul, siendo clave en la consecución del ascenso, la posterior permanencia y en la clasificación para Europa. En 2014 fichó por el Barça y su posterior denuncia a la Real, reclamando una comisión por su traspaso, echó por tierra todo el cariño que se había granjeado entre la afición.

El último de esta lista es Gero Rulli, que llegó precisamente tras el adiós de Bravo. Su rendimiento en las cinco temporadas que estuvo en la Real resultó muy irregular, intercambiando brillantes actuaciones con errores groseros. Nunca se llegó a ganar el cariño de la hinchada, quizá por sus innumerables devaneos veraniegos. El pasado verano firmó por el Villarreal.

El sueco rompió la tradición de porteros formados en la casa y su rendimiento fue un fracaso absoluto, jugando solo diez partidos