- El Sanse es, desde hace dos semanas, equipo de Segunda División. Y no debemos tener miedo a la hora de asegurar que se trata del filial mejor situado del mundo. En Argentina existe la llamada liga de reservas. En Brasil, las plantillas sub-20, con su torneo propio, son las inmediatamente inferiores a las profesionales de cada club. Y, si nos centramos ya en Europa, donde la cultura de segundos equipos se encuentra más instaurada, observamos cómo ninguna de las categorías de plata referentes presenta casos como el de los potrillos. Tienen mucho mérito los de Xabi Alonso por lo conseguido sobre el terreno de juego. Pero su carácter único, dentro del panorama global, responde también a las restrictivas normas según las cuales se rigen los filiales en otros países de peso en el universo del fútbol.

La Liga española permite su presencia en la Segunda División, sin ponerles ninguna barrera ajena a la propia lógica del deporte: no se les deja acceder a la misma categoría en la que milita su primer equipo. Y a partir de ahí, vía libre. La categoría de plata estatal cuenta con muchos casos, unos recientes y otros no tanto, que sitúan a filiales entre sus equipos participantes. El Barcelona B descendió en 2018 tras concluir la 23ª campaña de su historia en Segunda, cifra solo superada por el Real Madrid Castilla (33 temporadas). También integran esta particular clasificación los segundos equipos de Valencia (21 cursos), Athletic (14), Atlético de Madrid (11), Sevilla (5), Málaga (4), Villarreal (3), Real (2 hasta este último ascenso), Elche (2), Mallorca (1) y Zaragoza (1), completándose así la nómina de clubes que han tenido a su filial en el torneo de plata.

Más allá de la curiosidad que pueda generar esta lista en el aficionado, a nadie le extraña en el contexto de nuestro fútbol que estos equipos hayan jugado en Segunda. Pero se trata de una noción que choca con la cultura existente en otros países, principalmente Italia y, sobre todo, Inglaterra, donde no conciben la convivencia en categorías inferiores de filiales y clubes modestos. En las islas, las plantillas con las promesas de los clubes más importantes juegan su propia liga, entre ellas. Y cualquier atisbo de inclusión de las mismas en la pirámide de divisiones menores se encuentra con la oposición de, por ejemplo, los aficionados de un club de cuarta: conciben como un deshonor medirse a un Everton B o a un Chelsea B.

otros países

Una filosofía similar manejan en la propia Italia, cuyo panorama nos sirve como transición hacia la normativa que rige en otros países. En el Calcio no existían los filiales hasta hace solo tres años, cuando una nueva legislación deportiva permitió su creación y su convivencia con otros clubes en categorías inferiores. Se habló en un principio de utilizar la Serie C, tercera división, como límite para sus posibles ascensos. Pero finalmente se acordó un sistema idéntico al español, con los segundos equipos pudiendo subir a la Serie B. De momento, la Juventus es el único club con filial en tercera. Un filial que esta temporada ha concluido el curso en mitad de la tabla.

Ese techo que se barajó colocar en Italia es el que existe actualmente en Alemania y Francia, dos países que impiden a los equipos de formación alcanzar categorías altas. La Bundesliga sitúa el límite en su tercera división, categoría en la que esta temporada únicamente ha competido como filial el Bayern de Múnich II (ha descendido a cuarta). En el país galo, mientras, son más restrictivos aún: el techo está en la cuarta división, lo que deja al italiano como el único fútbol de referencia donde pueden darse casos como el del Sanse. La reciente implantación de esta posibilidad, sin embargo, ha impedido de momento en el Calcio que segundos equipos accedan a la denominada Serie B.

italia

B

EL TOPE. Una reciente renovación (2018) en el sistema del fútbol italiano permite que equipos filiales compitan en la pirámide de divisiones inferiores, con el tope de la Serie B, la segunda división transalpina.

COMO EN INGLATERRA. La medida entró en vigor en la temporada 2018-19 y supuso un impacto cultural en Italia, donde estaban acostumbrados a que el equipo inmediatamente inferior a una primera plantilla fuera directamente el juvenil. De hecho, la Lega Primavera, una primera división de equipos juveniles, es un torneo de gran tradición, nivel y prestigio.

JUVENTUS. Esta potente Lega explica que muchos clubes hayan renunciado a formar filiales, llevando a sus jóvenes a dar el último paso en la formación cedidos en otros clubes. La Juventus sub-23 es el único filial en la Serie C.

alemania

EL TOPE. El sistema del fútbol alemán establece que los equipos filiales tienen un tope competitivo: solo pueden avanzar hasta la tercera categoría.

GRUPO ÚNICO. En la cima de la pirámide del fútbol germano figuran tres categorías únicas, sin grupos regionales. Los filiales solo tienen acceso a la más baja de ellas. No pueden acceder al segundo escalón ni, lógicamente, a la primera Bundesliga.

DESCENSO DEL BAYERN II. En Alemania a los filiales no les ponen una B detrás para referirse a ellos y diferenciarlos del primer equipo: allí les ponen un 2 detrás, en números romanos. Un vistazo a la tabla de la tercera división nos muestra al Bayern de Múnich II cómo único filial en la categoría durante esta pasada temporada. Además ha descendido a cuarta, terminando 18º dentro de una clasificación de 20 equipos.

Inglaterra

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SIN FILIALES. La estructura del fútbol profesional inglés no permite que equipos filiales compitan contra clubes de categoría senior, dentro de la pirámide de divisiones inferiores.

CUESTIÓN CULTURAL. De cara a la temporada 2016-17, el EFL Trophy inglés (una especie de equivalente a la Copa Federación) estableció que los filiales podían competir en él midiéndose a otros clubes. La medida despertó las críticas de los aficionados de escuadras modestas: consideraban un deshonor jugar esos partidos y temían que todo desembocase en la inserción de los filiales en el sistema de ligas inferiores...

EL SISTEMA ACTUAL. ...Pero esto no ha sucedido. Los filiales compiten al margen, entre ellos, en la llamada Premier League 2, cuyo requisito es integrar las plantillas con jugadores sub-23.

francia

N2

EL TOPE. La National 2 es la cuarta división de Francia, la primera que cuenta con distintos grupos según la procedencia geográfica de sus participantes. Se trata también de la categoría máxima en la que pueden competir los filiales.

‘EFECTO TAPÓN’. La cuarta categoría del fútbol galo está compuesta por cuatro grupos de 16 equipos cada uno, y ejerce un claro efecto tapón con los filiales. Estos no pueden avanzar a categorías superiores, y abundan en las liguillas de esta división.

EL PSG, SIN FILIAL. Llama la atención que el equipo actualmente referente en el país no tenga un equipo filial. La plantilla sub-19 del PSG es la inmediatamente inferior a la que dirige Pochettino, aunque los parisinos cuentan con la opción de ceder a sus jóvenes valores a otros clubes que pueden competir en mejores categorías.

otras ligas

Si descendemos un peldaño y observamos lo que sucede en las ligas europeas que siguen a las más importantes en el ranking UEFA, damos ya con varios casos de filiales en Segunda División.

Portugal. El Benfica B y el Oporto B han competido esta temporada en la categoría de plata. Los segundos han sufrido para eludir el descenso.

Países Bajos. Este último curso ha contado con cuatro filiales en segunda división: los de Ajax, PSV, AZ y Utrecht.

Rusia. Ha contado con dos filiales en segunda durante el curso 2020-21: Spartak de Moscú y Krasnodar. Ambos se han salvado, aunque con ciertos apuros.

Bélgica. El Brujas sub-23 ha competido en segunda este curso, descendiendo a tercera.

Austria. Tres filiales en segunda: los de Rapid y Austria de Viena más el Liefering, convenido con el Salzburgo.

En el ‘top 5’ de grandes ligas del continente, el caso del Sanse solo podría darse en Italia, donde la normativa cambió hace tres años