- Nuevo episodio en la carrera por las elecciones a la Federación Guipuzcoana de Fútbol (FGF). Jokin Aperribay se puso en contacto ayer con Manu Díaz y Adrián Merino, líderes de ambas candidaturas, para comunicarles que la intermediación de la Real para intentar alcanzar un acuerdo ha finalizado porque no se dan las condiciones necesarias para llegar a una entente y no hay una voluntad para entenderse entre las dos partes. Al parecer, el presidente txuri-urdin se encuentra muy molesto por la información publicada por este medio el martes, en la que se informó de la reunión que organizó en Anoeta para tratar de lograr una unidad que permitiese evitar la celebración de las elecciones, y, sobre todo, con la actitud poco negociadora de las dos planchas, cuyo enfrentamiento está enquistado al venir de muy lejos y haber ido a más en los últimos meses.

La salida del club blanquiazul, que antes de tomar la decisión de tratar de mediar había tomado parte en el proceso al decantarse públicamente en favor de la candidatura Garai Berriak,Garai Berriak de Díaz, en teoría no trastoca demasiado el transcurso del mismo, ya que todavía se encuentran a la espera de que se fije la fecha definitiva por la pandemia. Aunque lo cierto es que la actuación de la Real no tiene demasiada justificación, puesto que la cima de la pirámide del fútbol del territorio no parece la más señalada para manifestar sus preferencias ni para luego erigirse en un elemento imparcial cuando ya ha tomado abiertamente partido por una de ellas. Menos aún cuando ha sido acusada por su rival, Gipuzkoa: Denon Joko-zelaia, encabezada por Merino, de ejercer presión sobre los clubes el día de su presentación: "La Real se vale de su situación de poder para interferir en unas elecciones que deberían celebrarse en libertad. No sé si es coacción, advertencia, sugerencia, amenaza, propuesta...", denunció Merino.

En definitiva, la que estaba llamada a ser una tranquila y pacífica transición después de la marcha (empujada también por la Real) 33 años después de Juan Luis Larrea, se ha convertido en un combate de boxeo con un supuesto árbitro muy poco neutral. El tema ha sido tan flagrante, que incluso varios sectores de la FGF lea han transmitido a los gestores realistas su malestar por su postura y por su comportamiento de las últimas semanas. No resulta comprensible que, desde su innegable posición de fuerza, varios de sus consejeros y cargos importantes de la Fundación y de Zubieta estén moviendo ficha de forma deliberada para decantar la votación para sus intereses.

Por lo tanto, el segundo encuentro previsto para mañana por la tarde en Anoeta, del que informó ayer NOTICIAS DE GIPUZKOA, se ha suspendido y las dos planchas seguirán esperando a que se determine el día de las votaciones. A día de hoy, parte con ventaja el grupo de Merino, al contar con 26 representantes en la asamblea entre entrenadores, jugadores, árbitros y el fútbol sala (que todavía no ha confirmado de forma oficial su decisión, aunque lo den por hecho ambas partes), cuando quedan por votar los 78 clubes, por lo que con el apoyo de 30 de ellos se llevaría la victoria. Vistos los movimientos de la Real y su poder aún pueden suceder muchas cosas, sin descartar una sonada remontada por parte del grupo de Díaz. O que las dos partes alcancen antes un improbable acuerdo. O incluso que Díaz y Merino acepten dejar de liderar sus listas y se busque un tercer candidato de mayor consenso que permita acercar posturas. Pero todo eso se tendrá que hacer sin la intermediación de la entidad realista.