- No, no era un adiós, solo era un hasta luego. No es un comienzo, sino un regreso. No se empieza de cero y ese es el punto al que debe agarrarse la Real. Cuarta y finalista de Copa hasta la terrible suspensión por la pandemia. La mejor demostración de que su campaña estaba siendo extraordinaria. Ahora vuelve, como tanto lo ha peleado el club, pese a que si no se hubiera vuelto a jugar hubiese tenido plaza asegurada en la próxima Champions. Sin duda la confirmación de que sus sensaciones son muy buenas, como lo repiten los privilegiados que les ven trabajar en Zubieta.

No lo va a tener fácil. Ni por calendario ni por la entidad de sus rivales directos. Pero la realidad es que en Anoeta tienen la convicción de que el nuevo escenario les favorece. No por la ausencia de público, que supone un serio hándicap visto el ambiente que se ha generado este curso en el nuevo templo txuri-urdin, sino porque el hecho de jugar sin apenas descanso les conviene. Por la juventud de su plantel y por su nivel y fondo de armario. Todo son señales que invitan a creer en lo mejor, es decir en pasaporte para la Champions, pero hace falta la necesaria confirmación. Y si algo preside la vuelta de la competición es, sin duda, la incertidumbre.

A la Real le quedan seis partidos en casa y cinco fuera, algo de lo que está obligada a sacar partido. Con adversarios que se están jugando el todo o el nada y con otros que se encuentran en tierra de nadie. Las cuentas tienen que estar claras, no se puede perdonar los partidos con los de la segunda clase. Y este ante Osasuna es uno de ellos. Los choques frente a los navarros, en Liga y en Copa, han estado marcados por la emoción, la igualdad y los goles. Por ahora la moneda ha caído del lado de la Real, pero los comienzos nunca fueron sencillos.

Imanol tiene tres dudas, porque el resto del once se recita de memoria. En la zaga, un recuperado Llorente busca recuperar su plaza ante Aritz y Le Normand. Y en la delantera, Portu espera ser el elegido antes que Januzaj y Willian José, que acabó jugando por su destreza a la hora de actuar ante adversarios que presionan arriba, parece partir con ventaja sobre Isak. En el resto no se esperan sorpresas.

Jagoba Arrasate no podrá contar para este choque con los lesionados Chimy Ávila, Kike Barja y Rober Ibáñez, y tampoco con el sancionado Rubén García. Mérida, Roncaglia y Moncayola no tuvieron problemas en la sesión de ayer y entraron en la lista de convocados.

El técnico rojillo también ha incluido en la convocatoria a tres guardametas -Rubén, Sergio Herrera y Juan Pérez- y a dos jugadores del filial -Aimar Oroz y Javi Martínez-.

Si ven tarjeta amarilla se perderán la visita a Mendizorroza. El partido de esta noche, que podrá ser seguido por todos los aficionados realistas desde su casa al retransmitirse en abierto por el canal Gol, también tendrá su aliciente en cuanto a los jugadores que pueden ser sancionados de cara a la siguiente cita liguera, que tendrá lugar el jueves próximo ante el Alavés en Mendizorroza a partir de las 19.30 horas. En este caso son tres los integrantes de la plantilla txuri-urdin que están apercibidos al haber recibido hasta ahora cuatro tarjetas amarillas: dos jugadores que cuentan bastante en las alineaciones de Imanol, Willian José y Mikel Merino, además de Ander Guevara, que no entró en la convocatoria al haber estado lesionado durante los últimos días. En el caso de que alguno de ellos vea ante Osasuna una cartulina amarilla, se verá obligado a descansar en el partido que la Real disputará entre semana.

Imanol cuenta con el once de gala con el que brilló antes del parón para medirse al conjunto de Jagoba Arrasate, que llega con varias bajas