donostia - La Real vuelve a la Copa. Su torneo maldito durante un cuarto de siglo. Y lo hace con esperanzas e ilusiones renovadas, algo que nunca ha sido ni una garantía de éxito ni de protección ante sonoros fracasos. Los realistas vuelven a demostrar que se toman muy en serio la competición hasta el punto de que Imanol ha dejado claro a los jugadores que no quiere ni oír hablar de Osasuna, su adversario el próximo domingo para acabar el año en Liga.
Esta vez la diferencia parece abismal. Primero, porque el club txuri-urdin hace unos cuantos años que parece haberse dado cuenta de que no podía mancillar de esa forma su escudo, y, segundo, porque el Becerril es uno de los equipos más modestos que van a disputar la Copa en toda su historia. Un pueblo en el que viven 754 personas y un orgulloso conjunto que se prepara para vivir el partido de su historia, como así lo han definido ellos mismos, cuando se encuentran en problemas en su liga. Es decimoctavo de 21 equipos en su grupo de Tercera División y no ganan un encuentro desde el pasado 23 de noviembre.
Por si fuera poco, su clasificación para esta ronda la selló en su modesto estadio al vencer al Urracas, pero el duelo ante la Real se disputará en el estadio del Palencia, La Balastera, que se encuentra en aceptables condiciones y que albergará un lleno histórico al haber vendido todo el papel. Su presidente, Juan Antonio Redondo, ya lo dijo: "Estamos sobrepasados, podíamos haber llenado dos campos más". La Real será el invitado de honor en una fiesta de la que no puede ser bajo ningún concepto artífice de cumplir sueños. El fuerte temporal que viene desde el Atlántico será uno de los condicionantes a tener en cuenta.
Imanol no quiere ningún tipo de relajación. Así lo explicaba Portu, a quien se le escapaba la risa cuando le preguntaron si había levantado el pie del acelerador esta semana: "¿Vosotros creéis que es posible, conociéndole?". El oriotarra conoce de primera mano la mancha negra en la Copa y no va a sacar un once de reservas. Se esperan cuatro o cinco titulares, por lo menos uno en cada línea. Si se tiene en cuenta la convocatoria, de la que se han caído Remiro, Zaldua, Odegaard..., y cuya presencia más sorprendente es la de Rubén Pardo, se puede dibujar un once reconocible. En la portería se espera a Moyá. En la zaga, Gorosabel y Aihen serán los laterales, y en el eje se espera a los franceses Le Normand y Sagnan. Este último, que debutaría con la txuri-urdin, casi siempre trabaja con su compatriota al lado. En el centro del campo es muy probable que Zubeldia y Merino sigan en el equipo y entre Sangalli. Y arriba, Januzaj y Barrenetxea actuarán junto a, probablemente, Isak.
expectación desbordada Del Becerril pocas noticias salvo que van a jugar el partido de sus vidas con una ilusión enorme y que, según Imanol, es un conjunto al que le gusta tocar y tener el balón cuando puede. Con esa ilusión, si se ponen por delante, serán peligrosos. Están todos avisados.