Mikel Oyarzabal le marcó al Rosenborg. Y haciéndolo también le endosó un tanto al Zenit de San Petersburgo. El empate a cero que figuró en el marcador del Lerkendal Stadion durante la mayoría del encuentro, unido a la victoria rusa contra el Vardar, exigía a la Real vencer a los de Roberto Mancini por al menos dos goles de renta en Anoeta si quería terminar como primera de grupo. Exigía, más concretamente, remontar el 3-1 encajado en el Krestovsky, como si de una eliminatoria a doble partido se tratara. La primera de las dianas necesarias la hizo el eibartarra en Trondheim. Y ahora toca rematar la faena dentro de quince días en Donostia, el jueves 7 de diciembre a las 21.05 horas.

No habrá ventajas, ni valor doble de goles marcados en campo contrario ni nada que se le parezca. Si gana la Real, será campeona de grupo. El empate y la victoria rusa, mientras, situarán al Zenit en el bombo noble de cara al sorteo de los dieciseisavos de final, que tendrá lugar el lunes 11 de diciembre. La afición txuri-urdin afrontará así una cita importante, ante un adversario potente y con un bonito objetivo en el horizonte. Pero también cabe apuntar que terminar primero o segundo de grupo no supone una cuestión capital. De hecho, el devenir de la actual Champions apunta a enviar al bombo a priori débil bolas bastante envenenadas.

el formato En el sorteo del citado lunes 11 de diciembre, el día después del Real-Málaga de Anoeta (12.00 horas), habrá dos bombos. En el primero se ubicarán los doce campeones de grupo de la Europa League. Y en el otro, los otros tantos clasificados en la segunda plaza. A todos estos clubes habrá que añadir además los ocho que terminen terceros las liguillas de la Champions. La puntuación que logren en la máxima competición continental establecerá directamente qué cuatro completan el primer bombo (los que más puntos hayan sumado) y qué cuatro van al segundo (los cuatro con menos puntos).

Como casi siempre ocurre en el mundo del fútbol, a la Real le interesa ganar al Zenit y ser primera. Para empezar, se embolsará una mayor cuantía económica de la UEFA en virtud de sus resultados. Imprimirá a su trayectoria europea una dinámica ganadora susceptible de trasladarse a la fase de las eliminatorias. Jugará la vuelta de los dieciseisavos ante su público.

Y en el mencionado sorteo del 11 de diciembre se encontrará con un panorama global más halagüeño, figurando en términos generales clubes más débiles entre sus posibles adversarios.

Sin embargo, si hay una circunstancia que merma lo determinante de ser líder o no es la marcha actual de la Champions, cuyos cocos que apuntan a caer eliminados no están sumando muchos puntos.

Apuntan, por lo tanto, a integrar el bombo más débil en el futuro sorteo de la Europa League. Es el caso, principalmente, del temible Borussia Dortmund, que debe incluso certificar una tercera plaza que le puede arrebatar el APOEL Nicosia. Es el caso del Nápoles, al borde de la eliminación con solo seis puntos y a la espera de un milagro en la última jornada. Y es el caso de un Atlético de Madrid que, eso sí, nunca se podrá medir a la Real en dieciseisavos, pues equipos de la misma liga no se enfrentan en dicha ronda.