donostia - Esteban Granero solo piensa en seguir jugando de txuri-urdin. Como tantas veces ha reconocido a lo largo de su convalecencia por la lesión de rodilla que le ha mantenido de baja siete meses, el centrocampista está encantado tanto en Donostia como en la Real.
Desde que llegó a mediados de agosto, su integración a la vida guipuzcoana y a la plantilla fue inmediata y natural, por lo que no puede sorprender a nadie que su objetivo prioritario sea continuar. Por si fuera poco, su novia también se ha aclimatado y está encantada con el trabajo que ha encontrado en un restaurante de la capital donostiarra, por lo que también le ilusiona seguir viviendo aquí.
El propio jugador dejó claras sus intenciones en la zona mixta de Anoeta al término del encuentro ante el Villarreal: "Estaba jugando y no tenía la sensación de que estuviera siendo mi último partido con la Real. Soy consciente de que no depende de mí exclusivamente que siga, aunque la voluntad del jugador es bastante importante. Mi confianza es de que todo va a ir bien".
Su situación no es sencilla. El futbolista pertenece hasta 2018 al Quens Park Rangers, que pagó en 2013 ocho millones al Real Madrid por su traspaso. La ficha que percibe el medio en el club inglés ronda los 2,5 millones de euros anuales, una cantidad que está fuera del alcance de la Real. Cuando aceptó venir como cedido, Granero ya perdonó una importante cantidad de dinero, tal y como reconoció y agradeció públicamente Jokin Aperribay cuando le presentaron como nuevo jugador txuri-urdin.
El principal problema es que la lesión que sufrió en septiembre ante el Shakhtar en Anoeta lo ha condicionado todo. Pese a haberse vaciado para recuperarse antes de los plazos que le habían marcado los galenos realistas, Granero se encontraba en condiciones de reaparecer en el partido ante el Madrid, fecha que se había marcado desde el primer día para volver a tener minutos.
Como las cosas se han torcido demasiado en los dos últimos meses, Arrasate no ha encontrado el momento para darle la oportunidad hasta la última jornada frente al Villarreal, cuando no tardó en demostrar que se le podía haber sacado un mayor rendimiento, sobre todo si se tiene en cuenta que el técnico ha probado con todo tipo de fórmulas en la medular con resultados bastante pobres.
Granero ha repetido en muchas ocasiones que el dinero no va a ser el principal obstáculo para quedarse, pero el esfuerzo que le puede exigir la Real, teniendo en cuenta que su rendimiento no está del todo garantizado por la grave lesión que le ha dejado casi en blanco esta temporada. En principio, tanto Aperribay como Arrasate, que han valorado mucho lo que ha aportado al vestuario a lo largo de todo el año, se han mostrado partidarios de seguir contando con él, aunque no a cualquier precio.
Otra de las claves en la operación es que el Queens Park Rangers, que la pasada campaña descendió, se juega el ascenso este sábado en Wembley ante el Derby County. Si no consigue regresar a la Premier, no podría mantener en su equipo a un futbolista con unos emolumentos tan elevados, por lo que se vería obligado a abrirle de nuevo la puerta. La opción que se podría replantear es la de una segunda cesión con opción de compra, al estilo de la que firmó la Real por José Ángel con la Roma.
En el caso de que los londinenses certifiquen su ascenso, la situación se complicaría, ya que habría que conocer si el entrenador quiere contar con Granero la próxima campaña o prefiere desprenderse de él. La operación también tiene visos de ir para largo.