El titular del Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, el magistrado Ismael Moreno, Nacional ha reabierto el caso del asesinato del que era suboficial de la Ertzaintza Ramón Montxo Doral, con cuya vida acabó ETA en marzo de 1996.

El Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco ha dado a conocer que en una revisión rutinaria de asesinatos de ETA sin resolver, la Ertzaintza ha hallado datos que, según el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco, “puede, a partir de ahora, esclarecer este atentado”.

El atestado atribuye la autoría del atentado, perpetrado el día siguiente a las elecciones generales, al denominado comando Ibarla, en referencia a un paraje de la ciudad irundarra. De dicha estructura de ETA formarían parte Iratxe Sorzabal, Javier Irastorza, Iñaki Telletxea, Marcos Sagarzazu, Ainhoa Adin y Asier Oyarzabal.

“En marzo colocamos una lapa bajo el coche del zipayo Montxo Doral. Nosotros no confeccionamos la lapa, venía hecha. Markos (en alusión a Marcos Sagarzazu) y Xabi (en referencia a Francisco Javier Irastorza)”, recoge la documentación de “autocrítica” interna de ETA que la Policía francesa halló en 2002 en Castres. Un documento que sería de la propia Sorzabal, que negó ante la Justicia ser autora de unas palabras realizadas, según su testimonio, bajo tortura.

En febrero de 2022, una condena del Supremo a la propia Sorzabal por unos atentados en Gijón también en 1996 abrió la puerta al valor probatorio de este tipo de documentos; algo que podría resultar relevante en el caso de Doral.

Profunda conmoción

El asesinato del ertzaina, muy ligado a la vida social y política de la ciudad de Irun (fue afiliado del PNV), tuvo lugar a primera hora de la mañana del 4 de marzo de 1996 en la calle Cipriano Larrañaga de la ciudad, cerca de una de las salidas de la parada del Topo en el paseo Colón.

Doral, suboficial de la Ertzaintza y uno de los responsables en la Unidad Adjunta a la Viceconsejería de Seguridad encargada de la investigación de los delitos de terrorismo, se acababa de despedir de su mujer y madre de sus tres hijos, Cristina Sagarzazu. Al arrancar el vehículo en la citada calle irundarra, la bomba lapa colocada en los bajos del coche detonó e hirió de extrema gravedad a Doral, que moriría al filo del mediodía en el Hospital Universitario Donostia.

Apenas quince días después, ETA reivindicó ser la autora del atentado en un comunicado enviado al diario Egin.