Apenas un mes después de estrenarse en el cargo, María José Barbarin concede una entrevista a este periódico en la que anuncia que reactivará antes del verano la comisión provincial de violencia de género y de policía judicial. Reconoce que el Palacio de Justicia de Atotxa está “a tope de ocupación”, y propone aprovechar el espacio útil y en desuso de la Audiencia de Gipuzkoa para abrir nuevas unidades judiciales o servicios comunes.
¿Qué sello le quiere imprimir a la presidencia?
Me gustaría que fuera un sello de calidad y calidez humana, dos cuestiones que de alguna manera reflejan mi manera de ser.
¿Se nota la presión del cargo?
De momento, no. Llevo apenas un mes, teniendo en cuenta que en medio ha habido vacaciones de Semana Santa. Tengo mi propio calendario marcado de objetivos y metas a lograr poco a poco. La presión es más bien interna, una necesaria autoexigencia por hacer bien las cosas.
¿Cuál es el objetivo más apremiante?
La situación de las secciones de la Audiencia de Gipuzkoa la conozco bien, pero es necesario tener ese mismo conocimiento de los partidos judiciales de toda la provincia: Azpeitia, Bergara, Tolosa, Irun y Eibar, así como el juzgado de Atotxa, en Donostia. Es necesario que los compañeros me pongan cara y podamos tener una interlocución para conocer el estado de la situación.
¿Los juzgados están desbordados?
El Palacio de Justicia de Atotxa está a tope de ocupación, algo que ya apunté en el programa de actuación. Paralelamente a esa situación, la cuarta planta de la Audiencia de Gipuzkoa, en la calle San Martín, está sin habilitar y completamente vacía, y la segunda está aprovechada a medias. Aquí hay espacio útil, bien para nuevas unidades judiciales o servicios comunes. Es decir, se podría habilitar el espacio en desuso para descongestionar Atotxa.
"En la Audiencia de Gipuzkoa hay espacio útil que se puede habilitar para descongestionar Atotxa"
¿Es una medida que va a proponer?
Figuraba ya, como digo, en mi programa de actuación, y veo que el Gobierno Vasco está en esa línea. Puede ser una manera de gestionar los recursos públicos que ya tenemos. Lo que es evidente es que el juzgado de Atotxa está a tope, y no tiene cabida para nuevas unidades judiciales.
Atrás ha quedado la marcha de Iñaki Subijana, su antecesor en el cargo. ¿En qué medida han afectado a la Audiencia los cuatro años de interinidad? ¿Ve necesario engrasar de nuevo la maquinaria judicial?
La maquinaria judicial está engrasada porque los juzgados han seguido funcionando. Hemos contado con una presidenta en funciones, aunque es cierto que la situación de interinidad ha provocado que la propia presencia de la administración de Justicia en Gipuzkoa quedara un poco desdibujada.
¿En qué sentido?
Me refiero a poca presencia institucional, porque no teníamos un representante que ejerciera esas funciones. En la sala de gobierno del TSJPV ha existido un único representante de Gipuzkoa, el decano, una pata que quedaba un poco floja a la hora de plantear necesidades y reivindicaciones del territorio. Es importante que se haya cubierto la plaza de presidencia. Se gana en presencia y visibilidad institucional. Creo que es momento de liderar ese proceso. Por lo menos, vamos a intentarlo.
Los tiempos de respuesta de la Justicia traen de cabeza a la ciudadanía. ¿Le preocupa tanta demora?
Sí, desde luego, creo que es una preocupación que compartimos todos los operadores jurídicos. Hay que mejorar los tiempos de respuesta.
¿Cómo?
Principalmente es necesario hacerlo en la jurisdicción civil. Tanto la Sección Segunda de la Audiencia como la jurisdicción civil del palacio de Atotxa están sobrecargadas de trabajo. Es necesario dotarles de más unidades judiciales. En Gipuzkoa hay que incrementar la plantilla de jueces para mejorar los tiempos de respuesta. Soy de las que piensa que cuando la justicia llega demasiado tarde no es justicia porque el problema se acaba pudriendo.
¿Qué cabe esperar en ese sentido de la recién estrenada Ley de Eficiencia de la Justicia?
Incorpora novedades importantes. Antes era más compleja la creación de nuevas unidades judiciales puesto que había que nombrar a un juez con un juzgado detrás. Ahora, la nueva ley orgánica conlleva la creación de una oficina común de tramitación, con los funcionarios necesarios para ello, por lo que va a ser más fácil crear unidades judiciales.
“Hacen falta más jueces, es necesario mejorar los tiempos de respuesta en la jurisdicción civil”
¿Más jueces se traduce en más espacio físico?
No, en este caso me refiero a más cabezas para celebrar juicios y resolver asuntos. En todo caso, habrá que ver el efecto de los mecanismos alternativos de resolución de conflictos que impone como obligatorios la ley en los procesos civiles, una medida que busca descongestionar la jurisdicción civil. La ley acaba de entrar en vigor, pero habrá que esperar en torno a un año para ver si disminuye el número de demandas civiles.
¿Son asuntos fáciles de despachar?
Todo lo contrario. La complejidad de los asuntos está incrementando. Tanto en las jurisdicción penal como la civil, los asuntos son cada vez más complejos, lo que viene a ser un reflejo de la propia sociedad. Son casos que requieren tiempo de estudio. La justicia en Gipuzkoa está tensionada por el incremento de asuntos y su complejidad.
¿Las víctimas más vulnerables, como menores y víctimas de violencia de género y sexual, están suficientemente bien atendidas en Gipuzkoa?
Siempre se puede hacer más y mejor. He formado parte durante una década del grupo de expertos del Observatorio contra la violencia doméstica y de género del Consejo General del Poder Judicial, haciendo un trabajo de análisis de las sentencias que dictan los compañeros de toda España en esta materia. Es un trabajo necesario, pero ha llegado el momento de reactivar tanto la comisión provincial de violencia de género como la de policía judicial. Ambas comisiones llevan sin convocarse al menos desde el verano pasado. Me he propuesto mantener antes del verano una primera reunión para saber dónde estamos y cuáles son las necesidades que se detectan.
¿En qué se puede mejorar en Gipuzkoa en materia de violencia de género?
La nueva ley pasa a considerar la violencia sexual también como una manifestación de violencia de género. Es necesario revisar la coordinación entre el servicio de atención a la víctima, los servicios sociales y Osakidetza. Comprobar si el acompañamiento que se realiza a las víctimas es todo lo eficaz que podría ser, y si realmente la información que tienen todos los operadores es compartida o no.
¿Qué medidas quiere implantar para mejorar la atención a los menores?
Desearía que Gipuzkoa se convirtiera en el segundo territorio en poner en marcha el proyecto Casa amigable de los niños. En Vitoria todavía no ha comenzado, y lo ideal sería aguardar a ver cómo funciona para implantarlo aquí. Desde luego que no va a ser inmediato. Antes de 2027 no arrancará el proyecto.
¿En qué consiste?
La principal novedad es que evita el peregrinaje que deben hacer niños y adolescentes, obligados a acudir a médicos forenses, el juzgado de instrucción y el equipo psicosocial. El proyecto permite que permanezcan en la Casa amigable, y que seamos los demás quienes nos movemos. Actualmente se ven obligados a ese peregrinaje, aunque es verdad que se ha mejorado mucho con una única declaración en forma de prueba preconstituida.
“Cuando la justicia llega demasiado tarde no es justicia porque el problema se acaba pudriendo”
Su antecesor, Iñaki Subijana, ha sido siempre un firme defensor de la justicia restaurativa. ¿Qué recorrido tiene en la jurisdicción penal?
Existe desde hace muchos años, pero lo que vemos en nuestras dos secciones de la Audiencia es que para nuestros procedimientos, que son por delitos graves, se derivan muy pocos asuntos. No sé si el problema de fondo es que existe poca cultura en ese sentido en los propios operadores jurídicos. Habría que intentar derivar al servicio de justifica restaurativa los asuntos donde hubiera sentencia condenatoria y estuviéramos en fase de ejecución. Me propongo iniciar en ese sentido una experiencia piloto, que me gustaría que fuera compartida en la sección primera y tercera de la Audiencia, las dos que llevan materia penal.
¿En qué se traduce la justicia restaurativa cuando hay una condena por un delito grave?
Imaginemos una condena suspendida por una situación de toxicomanía o anomalía psíquica. Quizá la víctima, pasado un tiempo, esté más dispuesta a escuchar lo que el infractor tenga que decirle. En ese sentido, una mayor comunicación. Es un ámbito que conviene trabajar.