La delegada del Gobierno español en suelo vasco, la socialista Marisol Garmendia, ha dado este lunes otro empujón a la bola de nieve que sigue rodando desde el pasado viernes a cuenta de unas declaraciones del lehendakari Pradales sobre la migración que necesita Euskadi, a pesar de que son muy similares a las que ya pronunció Pedro Sánchez el año pasado y tampoco se alejan mucho de una moción aprobada en abril en el Parlamento de Gasteiz a favor de la migración “ordenada, segura y regular”. Más allá de las palabras del lehendakari, ahora se ha sumado a la coctelera la pregunta que formulará este martes en el Senado el PNV para que el Gobierno español reconsidere el macrocentro de refugiados que tiene programado en Gasteiz. Aunque ya es conocido que el PNV rechaza este macrocentro con el argumento de que la masificación va a impedir una atención personalizada para los migrantes y no les va a ofrecer una buena calidad de vida, Garmendia comparó este lunes los mensajes del PNV con los de la “caverna” del PP y Vox. Fuentes jeltzales respondieron que, como delegada del Gobierno español, se toman sus palabras como “un mensaje de La Moncloa”. “Cuidado con los términos que se emplean”, dijeron desde la formación que dirige Aitor Esteban, cuyos votos son imprescindibles para el presidente español.
La polémica se remonta a la semana pasada, al Foro Agenda Atlántica que organizó el grupo Vocento y que tuvo como protagonistas a Pradales y al presidente gallego, Alfonso Rueda, del PP. El lehendakari hablaba del invierno demográfico y la necesidad de “cuidar la cantera, pagar bien a la gente joven en este país porque es fundamental en términos de emancipación”. Añadió que “la sociedad ha envejecido y se ha producido una transferencia de rentas vía pensiones”, lo que exige “reconstruir el equilibrio entre las generaciones jóvenes y las mayores”. A partir de ahí, añadió que “hay un último factor, el migratorio, qué tipo de migración necesitamos y qué tipo de migración es la que estamos recibiendo”. Aseguró que, en los últimos cinco años, la comunidad autónoma vasca ha recibido “más de 75.000 personas migradas, pero no ha sido una migración buscada”. “No hay una política migratoria, un plan estructural para gestionar esta cuestión. No solo está en manos de quienes estamos aquí sentados, e incluso trasciende a los estados. Está en manos del continente”, dijo. Así se acabó su turno, y no se le preguntó qué quiso decir.
A partir de ahí, sus socios del PSE se desmarcaron de sus declaraciones y las consideraron “preocupantes” y cercanas al PP. Pero se da la circunstancia de que el propio presidente español, el también socialista Pedro Sánchez, apostó en agosto del año pasado por la migración “regular” (“soy un firme defensor de ella porque abre caminos para la prosperidad”), defendió que se firmen contratos en los países de origen para que los migrantes ocupen puestos concretos en empleos estacionales y que luego regresen, y había apostado asimismo por la devolución de los migrantes que llegan por vías irregulares. “Este retorno traslada un mensaje desincentivador nítido, claro y contundente a las mafias y a quienes se ponen en sus manos”, defendió.
El pasado mes de abril, con los votos de PNV, EH Bildu y PSE, el Parlamento Vasco defendía una migración “ordenada, segura y regular”, los términos que aparecen en el pacto mundial suscrito por 160 estados en 2018. PP y Vox votaron en contra.
Diploma de Harvard
Este lunes, sin embargo, Garmendia ha dicho que “no se puede pretender establecer cupos o decir cuáles son necesarios y cuáles no en función de si tienen o no un diploma por Harvard”. “¿Sólo queremos esos? ¿No necesitamos a gente que cuide a nuestros mayores, que limpie nuestras calles, y que trabaje en la construcción y en empleos que los vascos no queremos?", se preguntó en una jornada informativa sobre el nuevo reglamento de extranjería estatal. La delegada del Gobierno español dijo que "la migración no es parte del problema sino de la solución" y que la comunidad autónoma "necesita todo tipo de inmigrantes, cualificados y no cualificados". Sobre el macrocentro de Gasteiz, dijo que “está en marcha; no tiene vuelta atrás”. “Me preocupa que el PNV esté lanzando mensajes que están más cercanos a los mensajes de la caverna, y los mensajes viejos y retrógrados de PP y Vox", lanzó.