¿Qué sensaciones tuvo el día 28?

–Mucha alegría y satisfacción. Fue un sentimiento de mucha gente, porque Joseba Asiron vuelve a ser alcalde y porque lo acontecido fue posible por un acuerdo entre todas las fuerzas progresistas.

¿Cómo se ha llegado a esto?

–Porque la sociedad navarra y pamplonesa están cambiando, y cada vez tienen mayor apoyo las fuerzas progresistas. En el caso de Iruña 16 concejales frente a los 11 de la derecha. La gente demanda con más fuerza y ahínco que esas fuerzas progresistas sean capaces de llegar a acuerdos.

¿Esperaba esto del PSN en septiembre, más pronto que tarde?

–No sabíamos cuándo sería posible o si sería posible. Era una hipótesis en la que por nuestra parte tratamos de trabajar desde el 17 de junio. Hubo un diagnóstico de la ciudad a principios de curso, y tras la investidura de Sánchez se abrió un diálogo para, desde ese diagnóstico, tratar de acordar este cambio en Pamplona.

¿Qué fue más relevante para el giro, la investidura de Sánchez o el ministerio de Elma Saiz?

–Probablemente ninguna de las dos. La investidura de Sánchez temporalmente ha tenido importancia, pero ni eso ni la salida de Elma Saiz han sido determinantes.

Tras ser investido Sánchez, el diálogo fue fructificando. Es fácil deducir una causa efecto.

–No, lo que hay es una secuencia temporal. Respetamos y entendemos que la investidura tenía sus tiempos y que hasta después de ella, no estábamos en condiciones de tratar un acuerdo.

Ustedes hablan de ‘paciencia estratégica’. ¿Es aplicable en este tema?

–El camino se hace al andar. Lo estamos haciendo, en Navarra y en el Estado. El paso dado en Pamplona es histórico, y se encuadra en ese camino.

Usted se reunió con Ramón Alzórriz para ir articulando un acuerdo.

–Para ver si a partir del diagnóstico conjunto que hacíamos de la ciudad, era posible alcanzar una alternativa. Así se fraguó entre ambos el entendimiento.

¿Se han dejado pelos en la gatera con al ley de símbolos o en cuanto a memoria, justicia y reparación? ¿Se sienten cómodos con lo firmado?

–Es un buen acuerdo. Nos va a permitir avanzar desde el diálogo, sabiendo que PSN y EH Bildu tenemos dos proyectos políticos diferentes. Con respecto al euskera, ley de símbolos y memoria nos da opciones de avanzar, mucho más, evidentemente, que con la situación de bloqueo y parálisis en la que se encontraba Pamplona de la mano de UPN. El acuerdo tiene un valor político que trasciende a Iruña, aunque sea por y para Pamplona.

¿En qué sentido?

–Cimenta un camino de futuro, con políticas que van a poner en el centro las necesidades de las personas, y unas mayorías que podrían ser estables, y que no responden solo a un momento electoral. Ese camino está llamado a liderar el futuro de Pamplona y Navarra.

Comparado con 2015, ahora parece más complejo impulsar avances sensibles en materia lingüística, por ejemplo.

–Sí, pero esa complejidad es la que define a la sociedad navarra, y entendemos que eso también es un valor. Los pasos que se pueden dar son más sólidos con mayorías más amplias que las de 2015 a 2019. El intento permanente de acuerdo y de respeto va a posibilitar avanzar.

¿Bildu está más cómoda con el PSN fuera del Gobierno municipal?

–Ha sido una decisión del PSN, que respetamos. La mano ha estado tendida, también por boca de Joseba Asiron desde el momento en que presentamos la moción de censura, para si así lo quisiera el PSN, en cualquier momento poder plantear esa opción.

El 6 de julio no será problemático políticamente, según lo aprobado.

–Entendemos que no. En términos institucionales como Ayuntamiento se va a respetar la ley de símbolos, cosa que se hace en todos los consistorios de Navarra, también los gobernados por EH Bildu. Nos comprometemos a cumplir esa ley como no podría ser de otra manera.

Marina Curiel, portavoz municipal del PSN-PSOE, ha dicho que a ustedes les falta dar pasos por dar.

–Estamos desarrollando un camino de entendimiento. Hemos recogido un compromiso explícito, que hemos mostrado en diferentes momentos, de respeto y reconocimiento hacia las víctimas generadas por ETA y también hacia las de motivación política. Y vamos a trabajar en eso, para que sea una realidad de convivencia que se vaya cimentando.

Alzórriz dijo que les están llevando al marco constitucional.

–En el acuerdo entre el PSN y EH Bildu no aparece ninguna referencia a la Constitución española.

Su nombramiento como coordinadora en 2021 coincidió con el de Peio Otxandiano como director de Programa en Hegoalde. ¿Qué impresión le merece el ahora elegido cabeza de cartel a las elecciones en la CAV?

–Que es un gran candidato para lehendakari en los tres territorios, que el proyecto está fuerte, que salimos a ganar, vamos a tratar de hacerlo. Y a partir de ahí, intentaremos como lo estamos haciendo aquí, en Navarra, y también en Pamplona de construir los gobiernos de mayor amplio espectro que se pueda, para responder a las necesidades de la ciudadanía.

Desde el PSOE se dice que lo que ha pasado en Pamplona no es extrapolable a otros ayuntamientos y menos al Gobierno Vasco.

–Ante eso decimos que si es posible aquí, ¿por qué no va a ser posible allí?

El PNV es un aliado estratégico importante del Partido Socialista. UPN no.

–Bien, nosotros solo lanzamos una pregunta. Si es posible aquí, y es bueno aquí, para las gentes que vivimos en Navarra, ¿por qué no va a ser bueno allí? Tenemos retos como sociedad a los que hay que responder con la mayor solidez posible.