Como si de una saga cinematográfica dividida en numerosas partes se tratara, el argumento de la legislatura volverá a repetirse esta semana sin que sus principales protagonistas acusen signos de desgaste. Por enésima vez, el Gobierno de Pedro Sánchez afrontará mañana una votación clave sin tener a esta hora los apoyos suficientes para su aprobación. Se trata del Plan de choque de ahorro y gestión energética en climatización, que el Consejo de Ministros aprobó el pasado día 1, y los tráileres previos al pleno incluyen elementos de sobra conocidos por el espectador: rechazo frontal de la bancada de la derecha, sobre todo el PP; la necesidad de armar una mayoría suficiente con los grupos de la investidura; una negociación que se alargará prácticamente hasta el arranque de la sesión; y un mutismo total de muchos de estos grupos acerca del sentido de su voto.

El PP que lidera Alberto Núñez Feijóo lanzó su órdago el lunes pasado, cuando criticó que el plan está cargado de “frivolidades” como quitarse la corbata, apagar escaparates o controlar la temperatura. Adelantó por ello su rechazo al mismo, supeditando su eventual voto a favor a que el gabinete de Sánchez cambiara el paso sobre la marcha en el Consejo de Ministros de ayer. Un brindis al sol en toda regla de los populares, ya que pocos cambios cabían esperar en un plan que entró en vigor el pasado día 8. La ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, muy contundente, utilizó la comparecencia previa del PP como un bumerán y calificó de “frivolidad” su respuesta, acusándole de desconocer las medidas que contempla el decreto pese a haber tenido 23 días para estudiar su contenido.

Rodríguez retó a Feijóo a que pregunte en la estación de Atocha o la de Sants si los ciudadanos consideran una frivolidad tener el transporte gratuito, contar con 100 euros más en las becas hasta fin de año o los 450 millones de euros en ayudas para los transportistas. “Esperábamos algo más del PP, están en otro tiempo, en el pasado”, lamentó en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros.

Otra prueba de este auténtico divorcio entre Moncloa y el PP es que una de las propuestas que había reivindicado el principal partido de la oposición, prolongar la vida de las centrales nucleares, fue despachada por la portavoz de Moncloa, que aseguró que no responde a la lucha contra la crisis climática, cuyas consecuencias se están viendo con la actual ola de incendios. “Estamos en otro tiempo y hay que abordarlo de manera distinta”, insistió Isabel Rodríguez. Rechazó por ello “las recetas del pasado porque este es un Gobierno que mira al futuro”.

Hasta el último minuto

En esta coyuntura, la ministra portavoz explicó que el Gobierno está trabajando para que el decreto ley salga adelante con el apoyo de otros grupos y para ello está “ultimando conversaciones” con el resto de los partidos, una tesitura en la que se encuentra desde el mismo 1 de agosto. Según ella, los ciudadanos no entenderían que ningún grupo dijera no a las becas, las ayudas al transporte o los abonos gratuitos para viajar. “Es tan de sentido común que esperamos un acuerdo mayoritario para sacarlo adelante”, zanjó.

Por tanto, el Ejecutivo necesitará contar con el respaldo de sus socios habituales, como el PNV y ERC, que aún no han anunciado el sentido de su voto, al igual que EH Bildu. Compromís es el único partido que desveló hace días su respaldo a través del alcalde de Valencia, Joan Ribó, que aseguró que su grupo lo apoyaría “de forma entusiasta”.

El secretario general del PSE, Eneko Andueza, afirmó ayer que sería “un error” que el PNV y EH Bildu no apoyaran el decreto de ahorro energético. “Espero y deseo que voten a favor, no es el momento de juegos ni de sacar réditos. Si se niegan a apoyarlo sería un error tan grande como el que cometieron al no respaldar la reforma laboral”, aseguró en Radio Bilbao.

Por su parte, el PP se mantuvo firme en su postura y su vicesecretario de Economía, Juan Bravo, insistió en que “no podemos compartir las medidas porque son una imposición, no se nos trasladaron ni se ha escuchado a las comunidades autónomas y, sobre todo, se imponen al sector privado sin contraprestación de ningún tipo, sin ayuda, y no creemos que sea el mejor momento” para su entrada en vigor, dijo.

Viajes gratis

El plan de ahorro energético prevé, entre otras medidas, el ajuste de los termostatos en edificios administrativos, espacios comerciales y culturales, estaciones de tren y autobuses y aeropuertos. De este modo, establece una temperatura mínima de 27 grados para los meses de verano y una máxima de 19 grados en invierno. Se deberán apagar las luces de los escaparates a partir de las 22.00 horas y la iluminación de los espacios públicos cuando no estén en uso, y tendrán que tener sus puertas cerradas cuando estén funcionando los sistemas de calefacción o refrigeración.

El real decreto, que forma parte de la estrategia de la Unión Europea para reducir el consumo energético en plena invasión rusa de Ucrania, incluye a su vez medidas de apoyo al transporte y en materia de becas a estudiantes. Así, mañana se votará la gratuidad del precio de determinados abonos de Renfe entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre de este año, así como un pago complementario de cien euros al mes durante cuatro meses para los beneficiarios de ayudas al estudio.