Donostia - La peor de las conjunciones astrales posibles ensombrece el futuro del PSOE. Un recién llegado a la Secretaría General al que se le cuestiona internamente su liderazgo, un partido acosado por la corrupción, unos comicios a la vuelta de la esquina y unas expectativas electorales nefastas tras la irrupción del tsunami Podemos. Y ahora una especie de autogolpe de Estado para remover a la dirección de la formación en la comunidad de Madrid. Pedro Sánchez demostró ayer un golpe de autoridad repleto de riesgos ante la cercanía de las elecciones de mayo al relevar al frente del PSOE de Madrid a Tomás Gómez -que era además hasta ayer el candidato de la formación para presidir esta comunidad- y nombrar una gestora que gobierne el destino de los socialistas madrileños hasta la celebración de un congreso extraordinario. La ejecutiva presidida por Pedro Sánchez alega “procedimientos judiciales” en curso y un “gran descrédito” para suspender la actividad orgánica del Partido Socialista de Madrid (PSM) y establecer una gestora presidida por el exdirigente de los socialistas madrileños Rafael Simancas, que deja sin poder a la ejecutiva de esta federación y a su hasta ahora secretario general, Tomás Gómez.
Se trata de la peor crisis en el PSOE desde que Alfredo Pérez Rubalcaba renunciara a seguir al frente del partido tras la debacle socialista de las elecciones europeas del pasado mes de mayo. Una crisis que va más allá lo regional, que puede extenderse a otras federaciones y que va a poner a prueba la estabilidad del secretario general en un año decisivo, con cuatro elecciones; la primera, dentro de poco más de un mes, a la Junta de Andalucía. Desde que Pedro Sánchez tomó las riendas del partido el pasado mes de julio, con el apoyo, entre otros, de Gómez, ha tenido que convivir con continuos recelos sobre su liderazgo y atosigado por la amenaza de que la presidenta andaluza, Susana Díaz, le desafíe a disputar el mando. Su gestión ha estado plagada de cuestiones polémicas como la rectificación de la decisión del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de modificar el artículo 135 de la Constitución que prioriza el pago de la deuda. O el último enfrentamiento con el expresidente español después de que este se reuniera con el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias.
tranvía de parla El máximo órgano ejecutivo del PSOE se reunió por sorpresa en la mañana de ayer para aprobar una resolución que constata el “deterioro de la imagen del PSM-PSOE ante la ciudadanía” y entiende que la federación madrileña “carece de la estabilidad orgánica necesaria para afrontar con garantías” los comicios del próximo 24 de mayo. Y es que la mayor parte de las encuestas sitúan a los socialistas en tercera posición tras el PP y Podemos. Así, la ejecutiva que dirige Pedro Sánchez responsabiliza a Gómez de haber provocado un “deterioro grave” de la imagen pública del partido, por asuntos como el sobrecoste del tranvía de Parla, la operación Púnica o los problemas internos del PSOE en localidades como Leganés o Aranjuez.
Aunque la ejecutiva del PSOE piensa que no está claro que Gómez vaya a ser imputado por el caso del tranvía de Parla, el que lo acaben siendo diversos miembros del que fue su equipo de gobierno extendería sobre él la responsabilidad política, argumenta. Por eso ha optado por cortar por lo sano. No obstante, la resolución puntualiza que el partido no duda de la “honorabilidad” del líder madrileño.
Una vez conocida la noticia, Tomás Gómez compareció en la sede del PSM arropado por toda su ejecutiva y jaleado por militantes que le animaban al grito de “presidente”. Al borde del llanto, aseguró que no acatará esa decisión y desafió a Pedro Sánchez, con lo que la guerra abierta entre la ejecutiva federal y el PSM de Gómez es ya un hecho: “Esto no se ha acabado, probablemente no ha hecho más que empezar”, dijo el hasta ayer secretario general del PSM y candidato autonómico en los comicios de mayo en Madrid, que aseguró que se va a “defender” de los ataques “injustos” a su honorabilidad en los órganos internos del partido y en los tribunales. “Es un inmenso error el que ha cometido Pedro Sánchez, que tiene consecuencias desastrosas para nuestro partido y para todos los procesos electorales inmediatos en todos los territorios y especialmente en la Comunidad de Madrid”, expresó.
Sánchez, “débil” No se quedó ahí. Tomás Gómez hurgó en la herida y relacionó la decisión de Pedro Sánchez con su debilidad al frente del PSOE. Así, lamentó que “en la debilidad de su liderazgo se suba al caballo de ese desgaste que ha construido la derecha. Sé que su única motivación es el poder interno”, resaltó. Así narró lo ocurrido ayer: “Pedro Sánchez me dice que debo dar un paso atrás. Le pregunto que a qué se refiere. Me dice que debo dejar de ser candidato. Le pregunto la razón. Me dice que la descomposición orgánica. Le respondo lo que él ya tendría en la cabeza: que no. Él me dijo que actuaría según creyera conveniente. Lo que ha hecho es incompatible con la labor de un buen secretario general”, relató.
El secretario de Organización del PSOE, César Luena, que fue el encargado de explicar la resolución, manifestó que esta es irrevocable. “Las resoluciones de la Ejecutiva se cumplen y se hacen cumplir”, aseveró. “En el PSOE manda y gobierna la dirección federal”, insistió el número dos de Pedro Sánchez. También informó de que la gestora será la encargada de hacer la propuesta de candidaturas ante la Comisión Federal de Listas, que se convocará en los próximos días para evaluar la idoneidad de Gómez como candidato. No obstante, Luena ya anunció que es “obvio” que no le se considera el aspirante adecuado.