Cuenta Cayo Suetonio, historiador romano (70-140) en su libro Las vidas de los doce Césares, que el emperador César Augusto solía repetir a su ayudante: “Apresúrate lentamente”. Frase que además completaba con la máxima: “Camina lentamente, si quieres llegar más pronto a un trabajo bien hecho”. Se me ocurre esta cita, al escuchar las críticas lanzadas ayer desde Madrid a la cumbre convocada por Puigdemont para fijar día y pregunta sobre el referéndum en Catalunya. Resulta que 48 horas después del enésimo portazo de Rajoy al diálogo con los soberanistas, Puigdemont reunió ayer en el Palau de la Generalitat a los partidos prorreferéndum para sopesar la línea a seguir en las próximas dos semanas. Al término de la cumbre, con la ausencia clamorosa de Catalunya en Comú, la consellera de Presidência, Neus Munté aseguró que “no damos por muerta la vía del diálogo”. Y agregó: “Pero es una contradicción que nos digan que negociemos el referéndum en el Congreso y luego añadan que es innegociable. Hay algo que no cuadra”. Finalmente Munté, que cada vez se aferra más a un referéndum unilateral, negó que el president hubiera avanzado ya fecha y pregunta.. Los medios de la capital de España salieron muy decepcionados porque “hacer una reunión de urgencia para no tomar ninguna decisión, resulta un tanto cómico”. Por eso, es oportuna la cita anterior de César Augusto, que fue esgrimida también por Fernando VII con aquel “vísteme despacio, que tengo prisa”, que señala Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales, y por Carlos III, e incluso Napoleón Bonaparte. Es evidente que el choque de trenes está cada vez más próximo, sobre todo tras el pacto de hierro suscrito ayer telefónicamente por Sánchez con Rajoy, prometiéndole apoyo total frente a la “consulta ilegal”. Ambos dirigentes no habían hablado desde el 29 de agosto de 2016, cuando el secretario general del PSOE comentó que había sido un encuentro “prescindible”. ¿Habrá vuelto el Pedro Sánchez de antes o será su metamorfosis?