- A partir del Bloody Sunday, la violencia en el Ulster entró en una espiral de sangre y violencia que costó casi treinta años parar. El IRA y sus escisiones, los grupos paramilitares lealistas y los excesos de las fuerzas de seguridad y el ejército alimentaron un conflicto que llevó el terror y la sangre a las calles del norte de Irlanda y de Gran Bretaña. Casi 3.600 muertos después, en 1998, llegó la paz a una Irlanda completamente desangrada por la violencia sectaria. Aquel mismo 1998, y dentro de los acuerdos de paz, se dio inicio por parte del Gobierno británico a una investigación para aclarar lo ocurrido en el Bloody Sunday.

En 2010 el presidente Cameron relató las conclusiones de la investigación al parlamento británico.

Según la investigación, no hubo disparos contra los soldados británicos, sino que estos perdieron el control de sí mismos y dispararon con fuego real contra manifestantes desarmados. Cameron calificó aquella acción del ejército como injustificada e injustificable y pidió perdón a las víctimas en nombre del Gobierno británico.

50 años después, el Bloody Sunday resuena en las heridas de un conflicto que aún está por cicatrizar. Una masacre que marcó a fuego a varias generaciones y que sirvió de gasolina para que la violencia de ambos bandos arrasase durante tres décadas Irlanda del Norte.

Un símbolo universal de la injusticia y un ejemplo de cómo un acto de violencia puede marcar trágicamente el destino de un país. ¿Cuánto tiempo debemos cantar esta canción? ¿Cuánto? pregunta la letra del Sunday Bloody Sunday de los U2. Esperemos que nunca más.