En los últimos tiempos, Osakidetza está en boca de todos, no siempre para bien, aunque creo que sigue siendo un lugar al que se puede acudir con plena confianza en sus profesionales. Lo que llama la atención es ver a los responsables del sistema vasco de salud, tantas veces en el ojo del huracán, teniendo que defender en sede parlamentaria el proyecto que durante años se les ha demandado desde una comarca cuyos alcaldes se descuelgan ahora con un planteamiento distinto justo cuando el proceso administrativo para llevarlo a cabo ha echado andar. Desde que nació Osakidetza, Tolosaldea ha sido una excepción en la organización sanitaria guipuzcoana. Es la única comarca sin hospital público, lo que llevó hace años a establecer un concierto con la clínica privada de la Asunción, de manera que los habitantes de la zona dispongan también de un servicio público de salud. Esa solución no silenció la reivindicación por un hospital comarcal público, aspiración que le ha costado llegar pero que ya tiene emplazamiento, plan funcional y, lo más importante, la “firme” voluntad del Departamento de Salud para materializarlo en el menor plazo posible. La sorpresa ha saltado cuando los portavoces de la denominada mesa de alcaldes de Tolosaldea, que integra a 30 de los 31 municipios de la comarca, piden que se analice la posibilidad de publificar la clínica privada que viene cubriendo el servicio hospitalario. Cuando menos llamativo, teniendo en cuenta que en la mayoría de los municipios el bastón de mando están en manos de EH Bildu.