Pocos serán los propietarios de gatos que o hayan oído hablar de la hierba gatera (Nepeta cataria), también conocida como menta de los gatos o catnip. Su olor, muy similar a la de la menta, les resulta muy atractivo, quizá sea porque lo asocian con las feromonas que desprende su orina. Pero es que además tiene un componente excitante que los vuelve más activos, incluso llegando a alterarles el comportamiento llevándolos a un estado hiperactivo que hay que vigilar de cerca para evitar daños. Afortunadamente este estado suele ser de corta duración, no más allá de un cuarto de hora.

La hierba gatera es un planta herbácea similar a la menta o la hierbabuena. Puede alcanzar hasta 40 cm de alto y sus hojas son aserradas. Sus flores son lilas o amarillas y se puede encontrar en terrenos sin cultivar y en prados de Europa, América y Asia Central.

Hojas de la hierba gatera ('Nepeta cataria'), una planta que puede 'colocar' a los gatos. Freepik

Cuando un gato tiene a su alcance una de estas plantas se suele frotar contra ellas, la lame y puede llegar a lamerla y masticarla. Además, en esta situación suele emitir sonidos fuertes que pueden recordar a los que vocaliza una hembra en celo. Se cree que el principio activo que contiene la planta, la nepetalactona, activa las áreas del sistema nervioso central relacionada con cerebro relacionadas con la conducta sexual.

Entre las curiosidades de los efectos es que no afecta a todos los gatos. Se calcula que solo un 80% de ellos puede ver alterado su comportamiento. De momento se cree que estos se puede deber a factores medioambientales, genéticos y sexuales. Hay razas de gatos que no se ven afectados y la atracción por esta planta se da mayoritariamente en hembras y en machos castrados. Pero todavía que mucho por investigar.

Como es de esperar, los efectos serán más agudos e intensos en función de la exposición a la planta. Queda dicho que los efectos no son muy duraderos, pero tiene como consecuencia que en la siguiente media hora ignorará por completo la planta. Más adelante volverá a ella si los humanos que conviven con los felinos no la apartan.

Un gato se acerca a un tiesto en el que se cultiva la catnip.

Comprobado que tiente efectos estimulantes y les induce a moverse, la hierba de gato puede ser una buena herramienta para combatir el sobrepeso y la inactividad de los animales. Por ello en el mercado se pueden encontrar juguetes y accesorios que llevan hierba gatera o esencia de ella en cantidades medidas para incitarles al juego y a la actividad física.

De igual manera, la atracción que siente por su aroma aplicado en spray también se usa para atraer al animal hacia los rascadores ubicados en determinados puntos y evitar que afile sus garras donde no deban hacerlo. Esto trae un segundo efecto, repeler mosquito y otros insectos molestos o directamente perjudiciales. En realidad, esta es la función básica de olor que desprende la hierba gatera, alejar los insectos que puede atacarla. Aunque a cambio son los gatos los que las mordisquean.

Entre los riesgos que puede suponer la exposición, o la sobreexposición, se encuentra que la excitación sea exagerada, poniendo al animal en riesgo de accidente por caídas o tropezar con objetos. Por eso es vital que en estos casos los accesos a la exterior, en especial ventanas o balcones en altura o puertas que den a la calle permanezcan bien cerrados. También hay que vigilar su comportamiento durante estos momentos ya que puede volverse agresivo y ser un riesgo para adulto y especialmente para niños.

La otra hierba gatera

Aunque esta sea la autentica hierba gatera, también se llama a así otra a la que en realidad habría que referirse como hierba para gatos. Se trata de un conjunto de brotes de distintos cereales que los gatos suelen comer para forzar el vómito, en especial para expulsar las bolas de pelo que se tragan tras acicalarse la piel a lametones.

Los gatos siempre han comido hierba sin ser vegetarianos para purgarse. En los pisos tienen menos opciones en este terreno, con el riesgo de que algunas de las plantas decorativas pueden ser tóxicas. Eso en el caso de que se tengan plantas. Por ello es común cultivar un tiesto con hierba para gatos que pueda usar cuando lo necesite.

Para cultivarla en casa, no hace falta más que hacerse con un puñado de semillas de cereales como el trigo, la avena, la cebada o el centeno. Se siembra en un tiesto o un macetero con tierra orgánica que no tenga ni pesticidas ni otros productos químicos. Previamente hay que lavar las semillas con agua y escurrirla bien. Durante este proceso se puede colocar la semillas en un fieltro durante unas horas para que absorba bien la humedad.

Sobre la cama de tierra se esparcen bien las semillas y se cubre con otra capa de tierra apretándola bien con las manos. La maceta se cubre con un plástico perforado con tres o cuatro agujeros y se coloca en un lugar ventilado en el que reciba la luz de la luz natural. Alrededor de una semana después los brotes comenzarán a salir. Es entonces cuando se retira el plástico y se riega una vez al día con un pulverizador. Cuando la hierba tenca un poco de altura, el riego se hace con el pulverizador en días alternos. Estará lista para que el gato la aproveche en cuanto alcance los 10 cm de altura.