Las compraventas de pisos en Donostia aumentaron el pasado año un 14,5%, lo que sitúa el mercado casi en cifras anteriores a la pandemia. Aunque en el último trimestre del año, estas transmisiones bajaron un 19% respecto al anterior periodo en la capital guipuzcoana, en el cómputo del año la cantidad subió.

Además, el precio de la vivienda media en Donostia alcanzó 417.000 euros, casi el doble que en el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca.

En total, se registraron 2.130 compraventas en 2021, mientras que en 2019 habían sido 2.327. En Gipuzkoa, por su parte, las ventas del pasado año fueron 7.162, también cerca de las cifras del año anterior a la llegada del covid.

En la Comunidad Autónoma del País Vasco, las compraventas aumentaron un 10%, más que en 2019, y se situaron cerca de los máximos alcanzados en 2008.

Por otra parte, los precios de la vivienda en Euskadi experimentaron también el pasado año un incremento moderado del 1,4% y alcanzaron los 2.838 euros por metros cuadrado.

En Donostia, en el último trimestre de 2021 se redujo un 0,7% el precio del metro cuadrado, pero el incremento interanual fue del 2,2% y el precio del metro cuadrado, de 4.817 euros, muy por encima de la media vasca y en “niveles próximos a los máximos de los últimos años”, explica el estudio.

Estos son algunos de los datos del informe del mercado inmobiliario del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Gipuzkoa, que fue presentado este jueves por su presidente, José Luis Polo; el director Grupo de Análisis de Mercado (Gamerin), Luis Fabra; y el representante del Banco Sabadell, Sergio Aparicio, que colabora en el trabajo.

Polo destacó la estabilidad del mercado vasco y señaló que las cifras de Gipuzkoa se sitúan al nivel de las de antes de la crisis, aunque recordó que la población ha perdido 2.742 personas en Gipuzkoa. A pesar de ello, aumenta la oferta de pisos de nueva construcción y las políticas públicas abogan por rehabilitar la ciudad heredada, una situación que Polo consideró “una contradicción que es necesario aclarar”, ya que hay menos gente y aumentan las viviendas disponibles.

De cualquier modo, Donostia sigue en sus niveles generales elevados tanto de compraventas como de precios. El precio medio del pasado año (según tasación) de una vivienda en el País Vasco se situó en 230.822 euros, en Gipuzkoa fue de 255.000 y en Donostia de 417.000, el doble que en el conjunto de la comunidad.

Estos elevados precios de Donostia arrastran las cifras de Gipuzkoa ya que, además, el volumen de compraventas en la capital ronda el 30% de todo el territorio. Además, Donostia ha ganado peso relativo en compraventas respecto a Gipuzkoa, en el último trimestre del año. El motivo, según los entendidos, es que tras la preferencia de los compradores por viviendas más amplias, con terrazas y espacios libres a causa la pandemia, ha vuelto la querencia por la localización, lo que hace que los compradores se fijen en la capital guipuzcoana.

Además, la cifra de ventas de Donostia del pasado año supuso un 9% de todas las del País Vasco.

EXTRANJEROS

Los extranjeros tiene también su papel en la compraventa de pisos en Euskadi y el pasado año firmaron el 2,7% del total de adquisiciones en la comunidad. En Gipuzkoa fueron algo menos, un 2,6%. Polo destacó que, en contra de la creencia de que los extranjeros que adquieren pisos son inversores, la realidad es que la inmensa mayoría son inmigrantes trabajadores y residentes en las localidades vascas.

El trabajo de los especialistas en comercio inmobiliario también se centra en el precio de los alquileres que subió el pasado año un 2,2% en la capital guipuzcoana, que llega a un precio de 15,5 euros por metro cuadrado y mes. En el caso de Gipuzkoa, esta cifra se situó en 14,3 euros, con un aumento interanual del 1,1%. En el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca fue de 12,2 euros, con un descenso del 1%.

El trabajo analiza muchos otros detalles de la actual situación del mercado inmobiliario como, por ejemplo, que el 27% de todas las transmisiones del pasado año en Euskadi fueron por herencia, un índice que aumentó algo con la mayor mortalidad derivada del covid y del envejecimiento. Las compraventas fueron el 55% y el resto, donaciones y otros tipos de transmisiones.