La Casa de la Historia de Urgull recibió 33.293 visitas entre julio y agosto, una cifra que ronda el 40% de las que se registraron en el mismo periodo de años anteriores, entre 2015 y 2019. Los curiosos que se acercaron al centro expositivo del Castillo de la Mota superaron a los del museo de San Telmoen el mismo periodo, como suele ser habitual. En 2020, el pequeño museo del castillo de Urgull estuvo cerrado por la pandemia, no así el de la plaza Zuloaga.

En el contexto del covid, Donostia Kultura decidió abrir este año la Casa de la Historia de Urgull, tras un verano clausurada, aunque con una drástica reducción de aforo, como medida para garantizar la seguridad de los visitantes.

El aforo máximo diario permitido fue de 750 visitantes y la asistencia media en los meses de julio y agosto fue del 72% del total posible. En julio acudieron 14.606 visitantes al centro cultural de Urgull (un 62% del aforo máximo), mientras que en agosto fueron 18.687 (el 80%).

Fuentes de Donostia Kultura explicaron que, teniendo en cuento la máxima ocupación permitida, "la afluencia de visitantes ha sido muy alta". A pesar de ello, no se produjeron grandes esperas ni concentraciones para entrar.

El pasado verano, además, tampoco funcionó el microbús a Urgull, que utilizaban numerosas personas para llegar hasta la zona alta del monte, donde se ubica la Casa de la Historia. Todos los que accedieron al pequeño museo tuvieron que hacerlo a pie.

Por otra parte, el Museo de San Telmo registró este verano más público que el pasado, cuando estuvo abierto aunque muy condicionado por la pandemia. Contando los tres meses de junio, julio y agosto, el espacio cultural de la plaza de Zuloaga recibió 35.932 visitantes, más que los 16.609 de 2020 y pero menos que los 40.651 de 2019.

A pesar de ello, el espacio expositivo volvió a tener menos gancho que la Casa de la Historia, que tiene como ventaja que es gratuito para todas las personas aunque está alejado de la ciudad y este verano no ha contado con microbús.

San Telmo, por su parte, recibió entre julio y agosto 29.027 personas, menos que la Casa de la Historia de Urgull, que alcanzó las 33.293.

A pesar de ello, el museo donostiarra mejoró notablemente sus cifras en agosto y superó las de antes de la pandemia. El museo municipal de la capital guipuzcoana experimentó una fuerte entrada de interesados en el citado mes y con sus 18.172 accesos superó a los registrados en 2019, cuando habían sido 14.797. La exposición de gigantes y cabezudos instalada en el claustro, a la que asistieron unas 4.000 personas, contribuyó al crecimiento de visitantes.

Por otra parte, las personas procedentes de distintas comunidades autónomas del Estado fueron las principales visitantes a lo largo de los tres meses de verano, con un 29% del total, seguidas de los propios donostiarras, que llegaron el 25%. El resto de guipuzcoanos coparon el 12% de las visitas y, tras ellos, se situaron los franceses, con el 10%, y otros europeos, con la misma proporción.

Los visitantes navarros fueron el 3%, seguidos de los vizcainos, con un 2%, y los alaveses, con 1%. Los procedentes del resto del mundo fueron el 7%.