En el futuro, la estatua del Sagrado Corazón de Jesús, ubicada sobre los restos del castillo de Urgull, así como la capilla que le hace de peana, contarán con una explicación sobre su origen en plena época franquista. El Gobierno de Donostia ha respondido positivamente a la petición del grupo municipal Elkarrekin Donostia, que en diciembre del pasado año, y este lunes de nuevo, ha reclamado una "resignificación" de la obra, es decir, una explicación sobre sus orígenes para dar respuesta a las leyes relacionadas con la memoria histórica. Así pues, la imagen de 12,5 metros de altura que se alza sobre la bahía de La Concha, contará con un panel o similar en el que se expondrá su origen. En la elaboración de su contenido colaborará Aranzadi.

La retirada de la escultura, solicitada en alguna ocasión por concejales del Ayuntamiento en los últimos tiempos, nunca ha concitado grandes adhesiones, ya que la mayoría de la Corporación apoya el mantenimiento de esta imagen, convertida en uno de los iconos de la postal donostiarra.

La escultura del Sagrado Corazón de Jesús se encuentra ubicada desde 1950 en una propiedad del Ayuntamiento donostiarra, como es la totalidad del monte Urgull. En realidad, la decisión de construirla sobre el entonces desnudo castillo en ruinas fue adoptada por el Ayuntamiento en 1939, nada más finalizada la Guerra Civil, en un momento en el que Franco vinculó su victoria con la religión católica. El acta del Consistorio donostiarra también unió la instalación de la estatua religiosa con el nuevo régimen. Su objetivo, señalaba el documento, era el de "perpetuar en una expresión grandiosa al heroico renunciamiento de los Mártires de la Cruzada Nacional recogiendo al tiempo todo el espíritu fundamentalmente religioso, móvil principal del Alzamiento".

La "resignificación" del Sagrado Corazón de Jesús fue anunciada este lunes por la concejala socialista Ane Oyarbide, delegada de Igualdad, Solidaridad y Derechos Civiles, en la comisión de Pleno de Servicios a las Personas. La corporativa respondía así positivamente a la reclamación de Elkarrekin Donostia que pedía que, ya que no se elimina la estatua, "al menos que se sepa la verdad", como dijo Haizea Garay, que mostró su "sorpresa y alegría" porque en esta ocasión "el gobierno de PNV-PSE ha escuchado para "dar a conocer la verdad sobre el origen franquista del monumento del Sagrado Corazón".

La obra para la instalación de la capilla y de la estatua en Urgull comenzó en 1942, pero no fue hasta 1950 cuando se terminó. Lleva, pues, 71 años en Donostia. Los trabajos costaron 1,5 millones de pesetas y, aunque impulsados por el Consistorio, contaron también con suscripción popular de ciudadanos y entidades. La obra fue dirigida por el arquitecto Pedro Muguruza Otaño, mientras que el escultor fue Federico Coullaut. Ambos habían trabajado en la estatua del Sagrado Corazón de Bilbao, anterior a la Guerra Civil, y Muruguza también prestó sus servicios en el Valle de los Caídos.

Elkarrekin Donostia pidió también la recuperación de las fosas de la Guerra Civil (se sabe que hay una en Ulia) y que se retiren las placas franquistas de edificios (básicamente del Instituto de la Vivienda) de algunos edificios. La delegada, Ane Oyarbide, respondió que como se encuentran en inmuebles de propiedad privada, es necesario el acuerdo de las comunidades, lo que retrasa estas actuaciones.