- La parroquia de Mariaren Bihotza o Corazón de María de Gros cerrará sus puertas el 31 de agosto. Se sumará al cierre, justo antes de la pandemia, de la de San Pío X, en Ategorrieta. A partir de este otoño, por lo tanto, la parroquia de San Ignacio será la que dé servicio a todo el barrio de Gros.

En realidad, la comunidad pastoral lleva años trabajando en la reestructuración de las parroquias de Gros y la idea de centralizar el servicio religioso en San Ignacio no es nueva, pero los últimos acontecimientos han precipitado los cambios: concretamente, la salida de la comunidad claretiana de sus instalaciones en la esquina de la avenida de Navarra.

La ikastola Claret-Mariaren Biho-tza cerró sus puertas el año pasado, principalmente, debido a la falta de alumnos. Desde entonces, solo algunos miembros de la comunidad permanecen en el edificio residencial, pero preparan también su traslado, que se realizará en breve, por lo que el edificio quedará vacío. Se trata de un inmueble de grandes dimensiones en una ubicación privilegiada, frente a la playa de la Zurriola, y la intención de la congregación religiosa sería venderlo. Precisamente por sus características, se ha rumoreado que puede ser propicio para convertirlo en hotel y que ya habría algunos interesados en adquirirlo, aunque de momento no hay nada firme al respecto.

La parroquia ubicada junto a las instalaciones educativas también es propiedad de los hermanos claretianos, de ahí que una vez que dejen sus dependencias, se vaya a cerrar también la iglesia. Sin embargo, en este caso hay que tener en cuenta que cualquier actuación en el templo estaría limitada por su régimen de protección.

En realidad, el Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbanístico Construido (Peppuc) de Donostia tiene catalogado con el grado B todo el conjunto formado por el convento, la iglesia y escuelas, obra de Ramón Cortázar (entre 1923 y 1926). Pero, además de las restricciones generales con respecto a la fachada del edificio, en el caso de la iglesia se exige que se conserve la nave, sin modificaciones, con todos sus elementos originales.

La fecha oficial del cierre de Mariaren Bihotza es el 31 de agosto, según confirma Mikel Aranguren, párroco de San Ignacio, aunque lo cierto es que durante las primeras semanas de septiembre todavía abrirá sus puertas para acoger las comuniones previstas para mayo que tuvieron que ser suspendidas con motivo de la pandemia.

La parroquia de San Pío X, por otro lado, está ya cerrada. Los planes de la diócesis eran clausurarla en junio, pero tras el cierre obligado por el estado de alarma en marzo, pensaron que no tenía mucho sentido volver a abrirla y adaptarla a las medidas sanitarias para apenas unas semanas, por lo que no ha vuelto a abrir sus puertas desde entonces. En este caso, la titularidad de la iglesia corresponde a las Religiosas de María Inmaculada, que vivían en el convento adyacente que está ya vacío, y también hay un proyecto urbanístico ligado a ella. En este caso, está más avanzado: está previsto completar la manzana entre la avenida de Ategorrieta, José María Soroa y Marino Tabuyo con un edificio comercial y un hotel. El proyecto prevé conservar las fachadas del conjunto formado por la iglesia y la residencia de las religiosas, que también están catalogadas, en este caso, con el grado D en el Peppuc.

El párroco de San Ignacio explica que, en realidad, llevan años trabajando en la comunidad pastoral acerca de la fusión de las parroquias en una sola. "A medio plazo no tenía sentido mantener tres parroquias en Gros", explica. El cierre de Mariaren Bihotza implicará una reorganización del trabajo y los servicios de San Ignacio en la que ya trabajan junto con las comunidades y laicos de las dos parroquias que quedarán clausuradas, con una voluntad integradora.

Aranguren explica que el resultado será una parroquia de San Ignacio "con mucha actividad". Calcula que acogerá alrededor de 50 bautizos, una veintena de bodas y más de 200 funerales al año, y trabajará con más de 220 niños en catequesis. "Saldrá reforzada", apunta Aranguren, aunque también es consciente de que para muchos vecinos de Gros y de Ulia el cierre de Mariaren Bihotza, tras casi un siglo de vida, será duro.

Mariaren Bihotza. La ficha de protección del Peppuc apela a su imagen clasicista, aunque su fecha de creación se enmarca en vísperas de la arquitectura moderna. El proyecto de Ramón Cortázar data de 1923, y se construyó según la corrección de 1926. La iglesia tiene planta basilical con tres naves, sin crucero y con ábside. Los pilares son de piedra y las bóvedas de crucería, con nervios de hormigón. Hubo cambios en 1939, en 1949, en 1954 y en 1956.

Protección. El Peppuc establece que, además de las condiciones generales para los edificios catalogados con el grado B, en este caso hay restricciones particulares de intervención que afectan a la iglesia: se conservará la nave, sin modificaciones, con todos sus elementos originales.

San Pío X. Propiedad de las Religiosas de María Inmaculada, que dejaron hace tiempo el convento contiguo, se cerró en marzo y se proyecta junto a ambos un nuevo edificio comercial y hotelero.