Es todo un símbolo. Vestigio de otros tiempos, no tan lejanos pero sí desconocidos para las nuevas generaciones, en los que en Debagoiena, y en este caso en Oñati, el traqueteo del tren era una parte más del paisaje. La locomotora de vapor que desde 1973 homenajea al desaparecido ferrocaril Vasco-Navarro, ha recuperado su lustre.
Los trabajos de restauración de la popularmente conocida como 'la chocolatera' han concluido este jueves, y ante los ojos de cualquiera no pasa desapercibido el gran cambio: ya no queda rastro de las áreas roñosas, desconchadas y llenas de pintadas que daban un aspecto sucio y de dejadez a la locomotora que preside la antigua estación.
Trabajos realizados
Así, siguiendo los pautas del director del Museo Vasco del Ferrocarril, Juanjo Olaizola, la actuación ejecutada por el Ayuntamiento ha consistido en reparar y sustituir las chapas rotas y en mal estado de la estructura metálica. También se ha intervenido en la cabina del maquinista, la carbonera, los depósitos de agua, el domo, el arenero, la caja de humos y la chimenea, y se ha realizado una nueva cubierta de madera machihembrada.
Los últimos retoques para poner a punto la entrañable 'chocolatera' se han llevado a cabo esta semana con el pintado de toda la vieja máquina en negro y rojo, sus colores originales.
Se despidió en 1967
El 31 de diciembre de 1967 el Vasco-Navarro realizó el último viaje. 57 años y dos meses más tarde su estela sigue viva en en el recuerdo, sobre todo de los más nostálgicos. Hace medio siglo, el Consistorio oñatiarra instaló una locomotora para rendir tributo al tren, que 27 años más tarde fue objeto de mejoras. Ahora, este elemento patrimonial ha rejuvenecido su imagen con una intervención que lo ha vuelto a poner en valor.