El mal uso del contenedor gris se enquista en Debabarrena
La Mancomunidad de Debabarrena afirma que el 70% de su contenido suele ser de residuos susceptibles de ser reciclados si se depositan en el contenedor que le corresponde
La Semana Europea de la Reducción de Residuos está teniendo eco con distintas iniciativas que tienen como escenario a la comarca de Debabarrena. Una de ellas ha sido promovida por laMancomunidad de Debabarrena y ha tenido como objetivo realizar una caracterización de la fracción resto para mostrar a los escolares participantes el uso correcto del contenedor gris.
La iniciativa tuvo como escenario la plaza Cardenal Orbe de Ermua y el objetivo era mostrar a los alumnos de Primaria de diferentes centros de la localidad vizcaína el mal uso que se hace del contenedor gris analizando el contenido de uno de ellos.
En principio, el contenedor gris debería ser el destino final de los productos que no pueden ser reciclados, pero, como se pudo constatar, la realidad es que terminan en él productos susceptibles de ser aprovechados nuevamente para otros usos. “En la demostración pedagógica hemos observado la cantidad de residuos reciclables que, todavía hoy, se depositan en el contenedor gris”, manifestaron desde la Mancomunidad de Debabarrena.
Mala utilización
Se trata de una circunstancia que se constata de manera recurrente en las caracterizaciones que la Mancomunidad de Debabarrena viene realizando desde hace dos años en las plazas de diferentes municipios de la comarca y en los centros de Educación Secundaria.
“El análisis de los residuos depositados en los contenedores grises ha dado como resultado que el 70% son reciclables y, en consecuencia, solamente el 30% de los residuos que aparecen en el contenedor de rechazo están correctamente depositados. Por desgracia, la mayoría de dichos residuos no pueden ser aprovechados una vez que han sido arrojados al contenedor gris y terminan siendo incinerados en la planta de Zubieta, con el perjuicio medioambiental y el derroche económico que ello supone”, indicaron desde la Mancomunidad.
Residuo orgánico
La principal fracción que se deposita en el contenedor gris de manera indebida, alcanzando el 30% del peso total, es la orgánica (restos de comida, principalmente). En lugar de terminar en el contenedor marrón, que es el que le corresponde, acaba en el gris, lo que impide su aprovechamiento como compost o como fuente de energía a partir del metano que se genera en su descomposición. “Lamentablemente, también se depositan gran cantidad de envases. Latas de metal, botellas de plástico o tetra bricks son residuos que deben depositarse en el contenedor amarillo para poder reciclarlos. Por último, aunque en menor medida, también se encuentran restos de papel, cartón y vidrio."
Coste ambiental y económico
La no separación en origen de estos residuos, tanto en domicilios como en comercios y hostelería, supone, además de un perjuicio ambiental, una pérdida económica descomunal. “Si cada residuo en Debabarrena se hubiera depositado correctamente en su respectivo contenedor, se habrían ahorrado 2 millones de euros. El ahorro de esa cantidad reduciría la aportación de los ayuntamientos a la recogida y al tratamiento de la basura y posibilitaría que pudieran utilizar ese dinero para mejorar el servicio, bajar la tasa de residuos o realizar inversiones de diferente índole en el municipio”, concluyeron desde la Mancomunidad en su balance de la iniciativa llevada a cabo en Ermua.