Las viviendas de uso turístico (VUT) son ya una opción que contemplan cada vez más viajeros, aunque están en el punto de mira de las Administraciones locales por su rápida proliferación y porque, con ella, distorsionan el mercado de la vivienda local y contribuyen a fomentar esa sensación de que las zonas céntricas de las ciudades se están convirtiendo en un gran parque temático.

Ciudades y municipios turísticos como Donostia, Hondarribia y Zarautz, que concentran el 80% de las 2.000 viviendas de uso turístico (VUT) de Gipuzkoa, ya se enfrentan a esta realidad que, a día de hoy, y buscando bien, permite a una pareja poder alojarse por menos de 1.000 euros durante la primera semana de julio en la capital donostiarra. No es poca cosa para lo cotizado que está el veraneo en la costa guipuzcoana.

Karina de París, Denis de Dublín, Matt de Montreal, Noelle de Toronto, Stephanie de Edinburgo, Nacho de Madrid, Valeria de México, Andrik de Noruega y Marc de Barcelona los conocen ya y han dejado sus comentarios en la red. 

Son algunos de los usuarios que han visitado Donostia alojándose en apartamentos turísticos de la capital, o incluso en habitaciones turísticas, una fórmula más barata y que permite a una persona o incluso una pareja alojarse en el barrio del Antiguo por 125 euros la noche desde el 1 al 7 de julio, compartiendo baño y zonas comunes, eso sí, con otros huéspedes e incluso con el anfitrión o dueño del piso. No hay muchas más fórmulas si queremos alojarnos seis noches en la Bella Easo por no más de 800 euros en verano.

Los pisos turísticos para familias con hijos superan los 300 de media por noche y varios se mueven entre los 400 y 500 en zonas céntricas

En la búsqueda para una pareja, y en el otro extremo, encontramos también un apartamento con tres dormitorios en Lorea, por 600 euros la noche. Un apartamento coqueto y de estética cuidada, eso sí, pero que eleva la cuenta a 3.595 euros por una semana en Donostia

Si buscamos algo más barato y no nos importa alojarnos fuera de la misma ciudad, podemos hallar una habitación en este mismo régimen de alquiler de habitación sin baño por 70 euros la noche, en Hernani, por ejemplo, a unos pocos kilómetros de la playa y los codiciados pintxos de la Parte Vieja, con conexiones de autobús y tren. Las opciones son varias, aunque menguan a medida que se acerca la fecha señalada.

Páginas web como Airbnb casan los intereses de unos y otros, haciendo de Celestina entre los viajeros que buscan una cama más barata o alternativa a las fórmulas convencionales de alojamiento, y los y las propietarias que buscan un rendimiento extra por su inmueble. Las cifras que pueden alcanzar pueden subir mucho en función del grado de ocupación a lo largo del año.

“Superanfitriones”

En este universo turístico se venden, con rostro propio, anfitriones como David, Ibon, Idoia, Pedro o María, ciudadanos y ciudadana de Gipuzkoa, clasificados por su experiencia y las valoraciones que reciben por parte de los turistas alojados, que puede llegar a reportarles la etiqueta de “superanfitrión” con la que la plataforma reconoce a quienes exhiben mejores valoraciones y más trayectoria.

Alquilar a turistas resulta más rentable para los propietarios que alquilar una vivienda de larga duración a un inquilino. Pero la consecuencia es clara: una menor oferta de alquiler para quienes buscan una residencia habitual, y el consiguiente encarecimiento de la vivienda.

NOTICIAS DE GIPUZKOA ha hecho un pequeño repaso de las opciones que da esta recurrente forma de alojamiento que va ganando adeptos, al tiempo que siembra detractores. Donostia es el epicentro de este terremoto turístico: cuenta con 1.607 pisos de este tipo y más de 200 habitaciones de uso turístico. En total, ofertan 5.146 camas. 

Fuera de Donostia, las opciones más baratas para una o dos personas la primera semana de julio se sitúan en 70 euros por noche

En el último año, el crecimiento de la VUT en Donostia es del 10,9%. Casi nada, si se compara con otras ciudades como Oviedo (85,5%), Valencia (40%), Santander (37,8%, A Coruña (35,5%) , Zaragoza (30,7%) o Madrid (29,8%).

Ello se debe, en parte, a que el Ayuntamiento ya ha puesto coto a este mercado y mantiene la limitación para establecer nuevos VUT en zonas tensionadas como la Parte Vieja, que calificó como saturada en el año 2020, Centro, Gros, Antiguo-Ondarreta, Ategorrieta-Ulia, Igara, paseo de Francia, paseo del Urumea y Aldunaene.

Pisos turísticos en Gipuzkoa. Regulación. Gorka Estrada

El Ayuntamiento se vio obligado a cerrar, de hecho, más de 530 VUT clandestinas desde el año 2018 hasta finales de 2022. Y aún así, desde la pandemia, los pisos turísticos han aumentado un 45% en Gipuzkoa, aunque en los últimos dos años la subida se limita al 7%.

¿Qué se encuentra?

Una pareja puede alojarse por 379 euros la noche en la avenida de Zumalakarregi durante la primera semana de julio, en un apartamento a pie de la playa de Ondarreta. También podemos encontrar alojamiento para tres viajeros por 387 euros la noche en el paseo de Heriz, y una habitación en la calle Aizkorri por 115 euros la noche. Tambén por 125 en Sansustene, en la zona del Antiguo.

Cambiando de zona, tenemos habitaciones entre 100 y 146 euros en Gros para la última semana de julio, “con Ibon”, “con Pedro”, “con David”, gente que cede una habitación de su vivienda, cerca de la Zurriola, un reclamo interesante para un perfil de turista joven.

Apartamentos de una cama en el puerto por 213 euros la noche. De 175 y 135 euros con cama doble en la Parte Vieja o 254 euros por un pequeño apartamento en la céntrica calle Hondarribia.

Cartel distintivo de una vivienda turística junto a una pegatina reivindicativa Ruben Plaza

Podríamos encontrar una habitación en un piso de Gros por 72 euros la noche en junio, más barato que en julio, pero son excepciones para una Donostia que ya luce de gala hasta en pijama.

En agosto, los precios se tensan al alza, pese a que el turismo extranjero baja y llega el estatal. Hallamos menos opciones. La plataforma nos muestra habitaciones en torno a 125-130, apartamentos alrededor de los 300 la noche. 

Más difícil en familia

La cosa se complica si vamos con familia. En la semana del 8 al 14 de julio, podríamos encontrar alguna oferta de 235 euros la noche en Amara Berri: un piso de tres camas y dos dormitorios; y otro de un dormitorio y sofá-cama en Gros por 229, pero la oferta media se va por encima de los 300 euros por noche. 

En el centro y Gros, encontramos varias opciones de dos dormitorios entre 363 y 412 euros. Y algunos apartamentos del centro pueden superar los 400 euros en el Antiguo: 469 en la calle Istingorra, por ejemplo; 456 por cinco camas en el paseo de los Mikeletes; o 454 una villa adosada con siete camas, algo más alejada del centro y la playa.

También prohibitivos

La primera semana de julio, la oferta es escasa (la búsqueda esta hecha esta misma semana) para familias y hallamos un piso de dos dormitorios por 469 euros cerca de la calle Secundino Esnaola, en Gros, otro de 363 en la propia calle Miracruz, 383 en plaza Cataluña y 500 en Iparragirre, de dos dormitorios.

Precios prohibitivos, pese a tratarse de soluciones, en principio, más asequibles que la de los hoteles y tener menos servicios.

En el centro, los precios superan ya los 500 euros la noche. Dos ejemplos: 597 la noche en la en la calle San Marcial y 53.3 en la calle Hernani. Eso sí, al ladito de La Concha, en el marco incomparable.

Las opciones más baratas se encuentran en la zona alta de San Roque, donde llama la atención un apartamento de 289 euros. O una vivienda muy sencilla, alejada del glamour, por 270 euros, pero muy cerca de la playa de Ondarreta.