Las seis huertas para profesionales impulsadas por Fomento de San Sebastián en terrenos de Auditz Akular (Altza) se encuentran ya ocupadas dos años después de su puesta en marcha. Aunque el programa del Ayuntamiento, vinculado con la creación de autoempleo y la alimentación de Kilómetro 0, tardó en arrancar, en la actualidad están ya en uso las 2,7 hectáreas agrarias, divididas en seis parcelas de entre 4.000 y 6.000 metros cada una.

Tres de las huertas se ubican junto al paseo Félix Iranzo mientras que las otras tres se hallan junto al camino de Molinao. Cada una de las seis parcelas dispone de un túnel de invernadero de 380 metros cuadrados, así como suministro de agua y una caseta para los aperos de labranza.

Begoña Julián, la primera emprendedora que se atrevió a iniciar una nueva andadura profesional como agricultora hace un año, recibió este jueves a la delegación de Fomento de San Sebastián que acudió a visitar el lugar, y mostró el resultado de un año de trabajo, centrado en este caso en las fresas y las frambuesas. Otros cuatro emprendedores, con formación universitaria o agraria, de entre 30 y 60 años, han iniciado el mismo camino mientras que Cáritas se ha hecho cargo hace dos meses de la última huerta, en este caso, para compaginar el trabajo ocupacional con la asistencia a personas en dificultad.

La concejala de Fomento de San Sebastián, Marisol Garmendia, encabezó este jueves la visita a las huertas profesionales del proyecto Urban Lur y recalcó que la iniciativa pretende "dar una oportunidad laboral a personas emprendedoras dispuestas a gestionar un proyecto agrícola". "Hemos puesto a su disposición terreno en infraestructuras adecuadas para el cultivo, herramientas para trabajarlo, formación técnica en agricultura y apoyo y asesoramiento a la comercialización de los productos", explicó.

También acudió a la zona hortícola Xabier Jorrín, de Cáritas, que destacó que el uso de su entidad de una de las huertas no se limita a la producción de verdura sino que pretende ayudar "a las personas en dificultad". Además de los diez usuarios vinculados a Cáritas que aprenden a ser agricultores, hay también voluntarios que acuden a echar una mano. En poco tiempo, han empezado a recolectar las primeras lechugas

Verduras como espinacas, acelgas o borrajas han empezado a recogerse ya en estos terrenos de Altza, con vocación de ofrecer puestos de trabajo relacionados con el primer sector. Las frutas, como fresas y frambuesas, bajo la marca Goxo-rrubi, también son ya una dulce realidad.

POCO A POCO

La altzatarra Begoña Julián fue la primera en atreverse el pasado año a tomar las riendas de una de las huertas profesionales impulsadas por Fomento de San Sebastián, tras haber trabajado en el extranjero con comunidades agrícolas aunque sin haber arañado ella misma la tierra. "Vamos poco a poco y el pasado año, por ejemplo, tuvimos más producción que lo que vendimos", explicó en la visita, en la que recalcó: "por ahora estoy en fase de inversión".

No obstante, la agricultora mantiene con ilusión su proyecto y sigue haciendo crecer las fresas y frambuesas, parte de las cuales se convirtieron el pasado año en mermelada. En el certamen San Sebastián Gastronomika, la emprendedora recibió un reconocimiento a su producto. "No es muy habitual hacer fresas por aquí, pero queremos diversificar el producto local", defiende.

Las seis parcelas de Urban Lur se alquilan a los usuarios por un periodo de tres años, aunque Fomento de San Sebastián ofrece una bonificación del 100% el primer año mientras que los otros dos es precio es de 350 euros.

Además, Fomento ofrece una formación a los emprendedores en la escuela profesional Fraisoro y conecta con cadenas comerciales de Donostia y su entorno para tratar de ayudar en dar salida en unos productos made in Donostia.

Las huertas profesionales de Altza tienen una personalidad diferente a las de ocio, que también promueve el Consistorio donostiarra en terrenos verdes del mismo barrio. En concreto, desde 2014 hay 90 parcelas de huertas de ocio en un terreno de 6.200 metros cuadrados ubicado junto al camino de Marrus, en Lau Haizeta. El Ayuntamiento abrió un segundo espacio destinado a las huertas ciudadanas (para consumo propio) cerca del anterior, aunque de mayor tamaño, 9.300 metros cuadrados, y 138 parcelas. Sin embargo, fue detectado amianto en parte del recinto, lo que obligó a cerrar la instalación y dejar a los usuarios sin estas parcelas.