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Las ‘golondrinas’ que echaron raíces en Oñati

‘enarak’, el segundo libro de la colección ‘jerardo elortza bilduma’, rinde homenaje a los migrantes de los años 60 y 70

Las ‘golondrinas’ que echaron raíces en Oñati

La presentación de este segundo volumen de la colección Jerardo Elor-tza Bilduma, editada por el Ayuntamiento, tuvo lugar el jueves en un abarrotado salón de plenos. Una antigua maleta de color marrón, cargada de recuerdos, vivencias y sentimientos encontrados, junto con la guitarra de Aitor Regueiro, ambientaron el homenaje que se rindió “a todas esas personas que vinieron a trabajar dejando su tierra, y con su esfuerzo colaboraron en que Oñati sea hoy una sociedad más plural y rica”, manifestó en su última intervención pública, el ya ex alcalde Mikel Biain.

Hombres y mujeres que emigraron, acompañados o solos, han nutrido con sus testimonios el libro escrito por la azpeitiarra Amagoia Gurrutxaga, bajo la dirección de David Zapirain. La historia vital, las alegrías, los miedos? son el hilo conductor de un relato que da voz a cientos de golondrinas (enarak) que volaron desde Castilla y León, Galicia, La Rioja, Cáceres, Navarra o Castilla La Mancha hasta Oñati para empezar una nueva vida.

identidad y complejos “Como los árboles cuando los cambian de suelo, tuvieron que adaptar sus raíces al nuevo terreno. Echaron raíces en una tierra nueva y brotaron nuevas ramas. Llegaron las nuevas generaciones. Llegamos nosotras”, manifestó la edil de Cultura saliente, Nerea Zubia, en una emotiva intervención. Reconoció haberse sentido avergonzada de abandonar “en la adolescencia una parte de mí misma y ocultarla cuando estaba con gente”.

“La madurez, sin embargo, me ofreció la oportunidad de abordar sin complejo mi identidad. Comprendí que la procedencia de una parte de mi familia no tenía por qué cuestionar mi identidad, ni el amor que siento por mi país. Soy hija de una emigrante de Macotera (Pepi) y de un baserritarra de Araotz (Javier de Erramuena)”, contó Zubia en una exposición en la que destapó sus experiencias más personales, al igual que lo hacen en las 155 páginas del libro Encarna, que formó una familia junto a Jabier Olalde en el caserío Gaztelondo de Garagaltza, y otras trece personas: Isidro Palacín (Moraleja, Cáceres), Antonia Garrido (Pegalajar, Jaén), Ana Delia Lumbreras (Valtierra, Navarra), el matrimonio Antonio Fernández y Angela Pato (Francos de Vide y Froufe, Ourense), los hermanos Consuelo, Juan Francisco y María Teresa Peralta (Espino de la Orbada, Salamanca), Amador Saiz (Villar del Humo, Cuenca), Hortensia Alcalá (Portaje, Cáceres), Mari Carmen Escarza (Ezcaray, La Rioja), Natividad Fernández (Zuares del Páramo, León), y Mateo Porcel (Beas de Guadix, Granada).

Catorce relatos de una vida que representan a toda una comunidad de mujeres y hombres con “miedo a no ser ni de aquí, ni de allá”, una de las frases que más se repite en la publicación, al igual que otra que dice: “somos de donde pacemos, no de dónde nacemos”. El libro está a la venta en Txokolateixia y en las librerías.

“En estos tiempos en los que se habla tanto de convivencia, tenemos mucho que aprender de la ola de migración que recibimos en las décadas de los 60 y 70, de personas con una infinita dignidad, solidaridad y generosidad”, sentenció Zubia.