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El hotel Xanti pedirá daños y perjuicios por las obras del estadio de Anoeta

El establecimiento calcula sus pérdidas económicas y se siente abandonado por los responsables de la actuación

El hotel Xanti pedirá daños y perjuicios por las obras del estadio de Anoeta

donostia - El hotel Xanti, situado en pleno complejo deportivo de Anoeta, pedirá daños y perjuicios por la obra del estadio ya que, desde que ha comenzado la transformación del recinto, su día a día se ha vuelto un problema, con ruidos constantes, incertidumbre sobre los cierres viarios de la zona y otros inconvenientes, que muchas veces no se pueden prevenir, según su queja. Los primos Jon Dendategi e Itsaso Munduate, de la familia que regenta el establecimiento desde hace décadas, se sienten impotentes ante el “gran elefante” que suponen las obras del estadio y se quejan de falta de diálogo para solventar los problemas.

Según explican, aún no saben a quién reclamarán daños y perjuicios -si al Ayuntamiento, a Anoeta Kiroldegia SA o a la Real Sociedad-, pero ya han empezado a recopilar documentación y datos para vertebrar su demanda ya que se sienten “abandonados por quien corresponda”, explica Munduate. Añade que sus llamadas a Anoeta Kiroldegia han sido trasladadas a la Real Sociedad y que esta les ha dicho que solo es inquilina del recinto. “Se pasan la pelota y nos sentimos maltratados”, explica la empresaria, que tampoco quedó satisfecha de un encuentro mantenido con responsables municipales. “Nos hubiera gustado negociar algo como, por ejemplo, cerrar unos días, los más delicados, y recibir una compensación económica, pero no se ha negociado nada y estamos mal”, recalca.

También muestra su malestar por no tener en cuenta su situación. “El Ayuntamiento solo nos convocó una vez, con los vecinos de Amara en general, y nosotros no somos como la señora del quinto, tenemos 25 nóminas que pagar y muchas cosas que tratar”, lamenta la empresaria, que, sin embargo, agradece la disposición del director de Proyectos y Obras, Alfonso Vázquez, por intentar solucionar los problemas “en la medida de lo que puede”.

Por ello, además de contratar una asesoría jurídica, se han hecho con los servicios de un notario, que hace las fotos de la situación, y de un economista, que hará lo mismo respecto a las pérdidas que considera que están teniendo con motivo de los trabajos. El experto finalizará su peritaje en septiembre.

Sin ir más lejos, explican ambos primos, mientras que el pasado año por estas fechas cada día se podían servir 60 menús al día en el restaurante, este año son diez. Además, este verano, la habitual presencia de jóvenes futbolistas en el Xanti con motivo de la Donosti Cup no se ha producido. Motivos de seguridad han desaconsejado que los chavales se alojen en el hotel, ya que está rodeado de maquinaria de obras, cortes de tráfico y una situación poco adecuada.

La seguridad de los jóvenes, recalca Dendategi, sigue estando en entredicho muchas tardes a partir de las 19.30 horas. “Bajan de Illunbe andando, pasan por la carretera junto a las obras y nadie lo controla”, lamenta el empresario.

Uno de los ejemplos de la situación que hace sufrir a los regentes del Xanti es la incertidumbre a la que se enfrentan en algunos momentos y que les genera no solo pérdidas sino malos ratos. Recuerdan que fueron informados de que la colocación de la tercera cercha del estadio tendría lugar entre los días 25 y 26 junio, pero, por problemas técnicos, la operación se retrasó y la estructura metálica fue izada finalmente en la madrugada del jueves. “Lo malo es que, como nos dijeron que se cerraría la entrada y salida a la zona los días 25 y 26, llamamos a todos los clientes que habían hecho reservas para estos días, así como para el restaurante, para anularlas, con el fin de que no tuvieran que sufrir el quedarse atascados en el hotel”, explica la responsable. “Es una cuestión de seriedad, no puedes aceptar a un cliente y que después no pueda salir ni entrar en el hotel durante varias horas a causa de la obra”, subraya.

La compra de productos perecederos también se ha resentido con los cortes derivados de los trabajos, según asegura Munduate. “En más de una ocasión, he tenido que salir yo a recoger el género porque no podían entrar”, se queja.

El ruido es otro de los problemas que genera la obra. “Se nos ha quejado más de uno, claro”, explican los afectados, que recuerdan que la Guardia Municipal ha ido al lugar a realizar mediciones en cuatro ocasiones. “Al final nos dijeron que tienen orden expresa de no ir a medir el ruido de la obra”, recalcan. Por ello, han contratado una empresa privada, con el fin de documentar lo mejor posible los excesos de ruido y añadirlos al informe sobre el que basarán su reclamación.

La situación del aparcamiento y de la terraza es otro caballo de batalla para la familia del Xanti. Han conseguido tener un vado para el acceso al garaje del hotel pero hay una gran cantidad de tarjetas de aparcamiento gratuitas en el entorno que, según explica, usan desde los miembros de la Real Sociedad hasta los trabajadores de Donostia Kirola y el Txuri Urdin, que dejan reducido el espacio disponible para dejar los coches. “Las tres cuartas partes del espacio para aparcar está cogido”, se quejan.