La plaza del frontón de Arroka estará lista a finales de este año

donostia - La nueva plaza de Arroka, si los plazos se cumplen, podría estar lista antes de que finalice el año o a inicios de 2018. La decisión de construir la plaza y derribar el frontón fue adoptada por los vecinos del barrio, tras un proceso de participación que duró meses y que culminó con una votación.

Para elegir entre ambas opciones se convocó una consulta por correo en la que tomaron parte 1.276 vecinos, de los 2.558 que podían hacerlo. El resultado: 734 votos a favor de la plaza y 527 votos a favor del frontón.

Tras el recuento, tanto el alcalde de la ciudad, Eneko Goia, como la concejala de Participación Ciudadana, Duñike Agirrezabalaga, quisieron poner el acento sobre un hecho: que la vía de participación para los vecinos de Amara Zaharra no se agotaba con la consulta, ya que el Ayuntamiento quiere contar con su opinión a la hora de diseñar la nueva plaza.

Para poder recoger estas opiniones el área de Participación Ciudadana comenzará, después de Semana Santa, a convocar a los vecinos a las reuniones en las que se tratará de la definición de la plaza.

Con todas las aportaciones llevadas a cabo en esta ronda de reuniones los técnicos municipales elaborarán un proyecto que volverá a ser presentado en el barrio con el objeto de que se realicen apuntes o retoques de última hora y dar así por finalizado el proceso de diseño. De forma paralela deberán de rematarse otra serie de intervenciones, entre las que destaca la del derribo del frontón.

La tramitación de los distintos expedientes y la elaboración del proyecto se demorará por un plazo de meses no determinado, de ahí que resulte complicado fijar una fecha exacta para el fin de obras.

PROCESO Eneko Goia hizo pública una valoración muy positiva del proceso, tanto es así que no descarta optar por la fórmula de la votación como vía de “resolución de conflictos”. Goia coincidió con Agirrezabalaga a la hora de “felicitar” a los vecinos de Amara Zaharra por el alto grado de participación en un proceso que, en ocasiones, no estuvo exento de tensiones.