“Me gustaría retirarme en Irun, pues el Bidasoa significa mucho para Gipuzkoa”
Serrano es un trotamundos del balonmano. Ha jugado en Irun, Zarautz, Huesca, Eibar, Valencia, Almería y París. Ahora lo hace en el Mulhouse francés.
urretxu - ¿Cómo entró en el mundo del balonmano?
-De niño jugaba a fútbol, pero un día el técnico del Urola y de la Federación José Ángel García Vara me paró y me propuso probar el balonmano. Decidí hacerlo y me pareció un deporte interesante, sobre todo, porque tienes mucho más contacto con el balón que en el fútbol. Enseguida me convocaron con la selección de Gipuzkoa y después con la de Euskadi. Con 16 años me llamaron del Bidasoa y enseguida empecé a entrenar con el primer equipo.
¿Dónde firmó su primer contrato profesional?
-En Huesca, tras dejar Bidasoa. Tenía 19 años.
¿Por qué dejó Bidasoa?
-El tercer año estuve en Zarautz, cedido. Me dijeron que la cesión no había resultado, que esperaban más de mí, y me marché a Huesca. Allí exploté: era muy joven todavía, pero lo jugaba todo y cogí una gran confianza. Me llamaron muchos equipos de la liga Asobal y me convocaron para la selección de España junior.
¿Dónde ha jugado desde entonces?
-Estuve tres años en Almería, en la liga Asobal. Después jugué en el Arrate y en el Puerto de Sagunto. Estando allí, me llegó una oferta del subcampeón de la Recopa: el Tremblay-en-France. Me pareció una gran oportunidad para conocer otra ciudad y otro idioma, pero no salió del todo bien: el balonmano francés es muy físico, fui solo... Volví al Puerto de Sagunto. Completé una buena temporada y de allí fui al Mulhouse de la Segunda División francesa. Me pareció un proyecto bonito. En Francia no hay tanta diferencia entre la Primera y la Segunda División. Estoy muy a gusto y voy a completar mi tercera temporada allí.
A pesar de su mala experiencia en París, decidió volver a Francia.
-Me empujó el ver cómo está el balonmano aquí. Solo el Barcelona y el Logroño tienen un proyecto verdaderamente profesional. Todo el mundo está saliendo a Alemania y Francia. Incluso a Hungría y Rumanía.
Ya será un francés más.
-Para hablar no tengo problemas, pero escribir en francés me cuesta más. Ya no tengo problemas para ir al médico o coger el teléfono. Me expreso bien o, por lo menos, consigo que todos me entiendan.
Además, tiene cerca a su pareja: la clarinetista de Zumarraga Lucía Otaegi.
-Vivo en Alsacia, en la frontera con Alemania y Suiza. Ella está haciendo un máster en Alemania, a 140 kilómetros de Mulhouse. Solemos pasar cuatro días en Alemania y tres en Francia. Es una suerte que los dos podamos desarrollar nuestros proyectos y vivir cerca. Sabía que Lucía quería completar sus estudios en Alemania y traté de buscar un destino cercano.
¿Qué les diría a los jóvenes que se están planteando salir fuera a estudiar o trabajar?
-Al principio, es duro. La cultura, el idioma... Poco a poco, con paciencia, se sale adelante. En París me costó mucho adaptarme, pero en Estrasburgo es más fácil. Esto se parece más a un pueblo. Estoy muy a gusto y el club se porta estupendamente conmigo.
Un jugador extranjero que lleva tres años en el club, es ya patrimonio del mismo.
-Me han ofrecido un contrato de tres años, pero he firmado solo para uno. Confían en mí y estos últimos años lo he jugado todo, pero todos los ciclos tocan a su fin. Llevamos dos años intentando subir y si a la tercera no lo conseguimos, daré el ciclo por finalizado y dejaré sitio a otros.
¿Se ve jugando a balonmano durante muchos años?
-Las lesiones me han respetado y estaría bien jugar tres o cuatro temporadas más. El lunes (ayer) cumplo 31 años y los jóvenes vienen con fuerza. Me gustaría retirarme en Irun, pues fue donde empecé. Ya hemos mantenido algún contacto para ello. El Bidasoa significa mucho para los guipuzcoanos.
¿No desea jugar de nuevo en Primera División?
-Llevo muchos años en esto y mi prioridad es sentirme a gusto. He jugado nueve temporadas en la máxima categoría, tanto en España como en Francia y ahora le doy más importancia a la relación con el club y a estar cerca de Lucía. Es hora de mirar al futuro y he hecho el curso de entrenador.