donostia
El pasado viernes, el Comité Español de Disciplina Deportiva (CEDD) desestimó el recurso presentado por el Racing por la posible alineación indebida de tres jugadores del Guadalajara. De haberle dado el CEDD la razón al club cántabro, hubiera tenido dos puntos más que el Murcia y recuperado la plaza en la Liga Adelante. El Racing se agarraba a esta alternativa como un náufrago a la tabla de salvación en plena galerna. Porque la consumación de su descenso a Segunda B le deja en una situación económicamente inviable teniendo en cuenta su situación: en concurso de acreedores, con varias causas judiciales abiertas y el agrio enfrentamiento entre sus directivos y la afición racinguista.
Lo aventuró el pasado 25 de junio Ángel Lavín, presidente-títere de un club que maneja desde la sombra Francisco Pernía, exsecretario general del PP cántabro y uno de los máximos responsables de la aberrante situación en la que vive la entidad santanderina. "El futuro del equipo pasa por permanecer en Segunda División". ¿Y ahora?
Ni Lavín ni ningún otro dirigente cántabro ha salido a la palestra para valorar el fallo del CEDD y sus consecuencias, aunque tanto la agrupación de peñas como cualquier aficionado que se precie lo intuye: la desaparición de uno de los fundadores de la Liga. Un histórico en toda regla y justo cuando la entidad conmemora el centenario de su fundación.
la segunda estafa El dramatismo que azora al club cántabro se ve salpicado con unas gruesas gotas de humor negro. Después de la experiencia que tuvo la entidad a comienzos de milenio con Dimitri Piterman, los responsables del club no aprendieron la lección e hicieron posible en 2011 que el empresario indio Alí Syed se hiciera con la propiedad del Racing, con el aval del Gobierno regional, que así intentó deshacerse de la tutela real que ejercía sobre el club creyendo en todo momento que se trataba de un tipo fiable, y los oficios de Francisco Pernía, el muñidor de la operación.
Alí prometió invertir en el Racing suficiente dinero como para convertir al equipo a medio plazo en el tercero más potente de Primera División. Demasiado bonito como para ser cierto. Bien al contrario, el mago Alí resultó ser un embaucador, un estafador en toda regla.
Ese mismo año el Racing descendió a Segunda División, cuando dos temporadas antes había llegado a disputar por primera vez en su historia la Copa de la UEFA. En la campaña siguiente, la pasada, el equipo santanderino bajó a Segunda B, después de contratar a cuatro entrenadores y en medio de una gresca descomunal provocada en parte por la complejidad de acotar la propiedad de la SAD, lo cual impide la toma de resoluciones inmediatas para salir del atolladero.
Consumado el descenso a Segunda B, los administradores concursales manejan la liquidación del club como el escenario lógico para resolver la situación. Si antes no había dinero para pagar las deudas, en Segunda B, fuera de la Liga Profesional, habrá menos.
El descenso del Racing de Primera a Segunda B en dos años y su actual indefinición ha provocado un problema a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que debe cerrar ya mismo la lista de 80 equipos que entrarán mañana en el sorteo para el calendario de la temporada 2013-14. El Racing todavía no ha depositado el aval de medio millón de euros requerido para poder competir en la categoría alegando que carece de liquidez, aunque el pasado 21 de junio traspasó a Jairo al Sevilla a cambio de 2,5 millones de euros.