Alejandra Bernabé (Madrid, 2001) está dispuesta a hacer borrón y cuenta nueva. Atrás ha quedado un carrusel de lesiones y problemas personales que le impidieron triunfar en el Eibar. Afronta el año con ilusiones renovadas, convencida de que la Real tiene la capacidad para repetir lo conseguido la temporada pasada. Ella intentará aportar su granito de arena.

¿Cómo llega el equipo a la final?

–El equipo sigue la línea que tiene que seguir. Nos costó al principio de pretemporada. La gente nueva, por ejemplo yo, necesita un periodo de adaptación, pero estamos en la buena línea, estamos haciendo las cosas muy bien tal y como demostramos el otro día contra el Athletic. Tenemos muchas ganas. Seguro que vamos a estar a la altura. Hay que seguir para intentar conseguir los objetivos que tenemos este año. Tenemos un año muy bonito por delante y estamos en la línea de conseguir todo lo que queremos.

No está siendo una temporada sencilla, ¿no? Muchas bajas, lesiones…

–Sí, pero eso también es bueno para nosotras. Algunas compañeras vienen de ganar el Mundial sub-20 y eso es experiencia para ellas y para el equipo. Todo lo que sea selecciones, títulos vienen bien al equipo. Ha sido un verano raro por tanta competición y por tantas bajas, pero eso nos va a ayudar también. Todas van a venir con ilusión, con ganas, con experiencia, con confianza. Nosotras estamos súper orgullosas y contentas por ellas. Creo que estamos en la buena línea.

¿Cómo está Alejandra Bernabé?

–Como en todo cambio, necesitas un proceso de adaptación. El mío se esta desarrollando muy bien. Es más fácil cuando el equipo, el cuerpo técnico y el club te ponen las cosas tan fáciles. Estoy muy a gusto desde el primer día. He necesitado adaptarme a la ciudad, a las compañeras, al nuevo equipo. Al final son otros objetivos, pero estoy muy contenta. Desde el primer día me han puesto todo bastante fácil. Estoy adaptándome bien y muy contenta de estar aquí.

¿Qué se ha encontrado?

–Un equipo muy grande. El Eibar también lo es, pero son diferentes. La exigencia de cada uno cambia. La Real es un equipo muy exigente, hay calidad, jugadoras y cuerpo técnico muy bueno. Es un gran cambio, pero creo que estoy haciendo las cosas bien. Estoy en el camino para dar todo de mí.

¿Cómo afronta este nuevo reto después de una temporada complicada como la pasada?

–El año pasado fue muy complicado para mí, tanto a nivel personal como futbolístico. Lo pasé muy mal. Este año es una oportunidad. El fútbol tiene una cosa muy buena. Todos los años tienes la oportunidad de dar lo máximo de ti. Cosas malas siempre va a haber. Es afrontarlas, seguir y para mí este año es clave. He dejado atrás todo lo que ha pasado. Estoy contenta. Mi lesión está bien y mi cabeza, también. Tengo muchas ganas, ilusión y, sobre todo, confianza. Al final, cuando tienes pocos minutos, eso puede perderse. Este año estoy con bastante confianza. Sé que puedo hacer bien las cosas, así que a seguir y a trabajar. Soy bastante trabajadora y eso siempre da resultado.

¿Qué fue lo peor del año pasado? ¿Las lesiones o la repercusión psicológica que acarrea el no poder jugar?

–Fue más a nivel personal que a nivel futbolístico. Siempre estás expuesta a lesionarte, pero estaba fuera de casa. Personalmente no estaba bien, mi padre falleció. Tuve que gestionar muchas emociones en un periodo muy corto de tiempo en una edad en la que te ves inmadura. No te lo esperas. A nivel personal era difícil gestionar todos esos sentimientos y aún así intentabas dar el máximo nivel. Eso produce un desequilibrio. Pese a todo no acabé mal la temporada. Jugué el último partido y acabé con buenas sensaciones y eso me ayudó a saber que podía estar. Al final es tiempo, pero a nivel personal, cuando una jugadora tiene su cabeza al 100%, las cosas salen más fáciles. Mi cabeza lo estaba al 50%, por decir algo, y era más complicado. Todo pasa. La vida no te espera, el fútbol tampoco. Este año, a tope.

¿Cómo tiene el tobillo?

–Mejor. Estoy muy bien. La rodilla, la temporada pasada, me dio mucha guerra. Tuvieron que infiltrarme muchas veces y no acaba de arrancar. Este verano no he tenido ningún dolor, ni de tobillo ni de rodilla. Necesitaba un descanso a nivel mental de lesiones y la verdad es que estoy muy bien, al máximo para poder dar lo que yo espero dar.

¿Por qué la Real?

–Cuando recibo la llamada de la Real, es un equipo muy grande. Era una oportunidad muy buena. Era un equipo que iba a jugar Champions y que el año pasado estuvo a un nivel espectacular. Ahora estoy entrenando con algunas de las mejores jugadores de la Liga. Cuando se te presenta una oportunidad así, no puedes decir que no. Yo tengo ambición. Sabía que después de un año difícil, iba a ser complicado llegar a un club con tanto nivel. Lo estoy haciendo bien. No me lo pensé. Sabía que la Real era la oportunidad perfecta para cumplir mis objetivos personales.

Desde fuera, ¿cómo vio la temporada de la Real?

–Sí que sorprende, pero a la vez te lo esperas cuando un equipo lleva haciendo las cosas bien, tiene jugadoras capacitadas para dar lo máximo. Es tener el año. Y eso le sucedió a la Real el año pasado. Fue el resultado de hacer las cosas bien, de tener un equipo unido, las ideas claras. En mi opinión la Real hizo una temporada espectacular.

¿El objetivo es repetir esa actuación?

–El listón está muy alto. (Risas) ¿Qué si nos mete presión? A mí personalmente, no. Puede generar un poco de presión, pero nosotras tenemos que saber manejar el decir: Vale ha sido un año muy bueno, tenemos que estar al mismo nivel, pero que pase lo que tenga que pasar. Nosotras tenemos que exigirnos el máximo. Si das el mismo nivel, lo que pase o no, no depende tanto de ti. No hay que olvidarse de los rivales, que pueden mejorar. Como mínimo, hay que dar lo del año pasado.

No le ha puesto las cosas fáciles la anterior dueña del lateral izquierdo. Nuria Rábano se salió la temporada pasada…

–(Risas) Nuria es espectacular. Me ha dejado el listón muy alto. Yo voy a intentar dar lo máximo de mí. Soy una jugadora bastante ofensiva, algo que caracterizaba también a Nuria y que le ha dado mucho a la Real. Esa ofensividad le va a ayudar al equipo por nuestro sistema de juego. Soy una jugadora bastante ambiciosa y que trabaja mucho. Todo lo que tenga lo daré. Tengo cualidades que pueden ayudar al equipo.

¿Qué mensaje le ha transmitido Natalia Arroyo?

–No la conocía. Sabe mucho de fútbol. Me sorprende todo lo que le rodea. Tenemos mucho cuerpo técnico que trabaja muchísimas horas todos los días. La sensación es muy buena. Me llevo muy bien con ella. En las conversaciones que he tenido con ella, intenta darme un feedback de lo que tengo que hacer para el equipo y para mí e intento responderle. Nos entendemos bien.

¿Se toma este año como un ser o no ser después de todo lo vivido el año pasado?

–Sí, por supuesto. Llegó un punto el año pasado en el que pensaba que cuando pasara todo esto tenía que dar un golpe en la mesa. La oportunidad de jugar en la Real es como caída del cielo, es la oportunidad perfecta. Quiero dar un golpe en la mesa para decir que aquí estoy yo. Poco más. Cuando se te encadenan todas las cosas malas, en un momento de tu vida aparece una oportunidad de ir hacia arriba. En tu mano está cogerla o no. Yo la voy a coger. Mi idea y mi sueño es jugar en el Atlético. Este año, para arriba.

Para la gente que no le conoce, ¿quién es Alejandra Bernabé?

–Desde muy pequeña siempre he querido jugar a fútbol. Mi padre insista en que tenía que jugar a tenis, porque también se me daba muy bien ese deporte. Pero iba a las clases de tenis con la raqueta en la mano y con el balón en los pies. Yo siempre le decía que quería jugar a fútbol y cuando veía que todos los días iba con el balón en los pies y con la raqueta en la mano, entonces se dio cuenta de que tenía que apuntarme a fútbol. Era lo que yo quería.

Seguro que era mejor que muchos de los chicos con los que jugaba, ¿no?

–Sí. Y al principio tuve problemas porque a alguno le molestaba.

¿Cómo empezó su carrera?

–Al principio jugaba con chicos. El primer equipo de chicas fue en Alcalá, de donde soy yo. Y luego ya al Madrid CF. Estuve cuatro años. El Atlético intentó ficharme. Tenía problemas personales que no me permitían estar en el Atlético en ese momento. Yo sabía que quería jugar en el Atlético porque soy de ese equipo desde pequeña. Volvieron a llamarme y ya dije que sí.