Síguenos en redes sociales:

La quita de deuda de Balenciaga abre una nueva fase con posibles inversores

El Gobierno Vasco afirma que ha iniciado ya el trabajo para encontrar una solución que garantice el futuro del astillero

La quita de deuda de Balenciaga abre una nueva fase con posibles inversoresArnaitz Rubio

La administradora concursal de Astilleros Balenciaga ha aceptado la propuesta de quita de deuda realizada por todos los acreedores de la empresa de Zumaia, lo que evita su cierre y abre una nueva fase para la búsqueda de posibles inversores que doten de actividad y garanticen su futuro. El consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi, ha confirmado el acuerdo y avanzó que el Gobierno Vasco ya trabaja con algunos candidatos para consolidar un proyecto industrial.

Jauregi ha considerado que la quita de deuda acordada es “una gran noticia” tanto para Astilleros Balenciaga como para sus trabajadores, para Zumaia y Gipuzkoa y para “la industria y la economía de Euskadi” puesto que desbloquea la situación de la firma guipuzcoana que, de no darse este paso, estaba abocada a plantear a partir del 31 de marzo un ERE de extinción de los 71 contratos de la plantilla.

Mención especial a Cofides y Elkargi

En este trabajo, ha agradecido la voluntad de todos los acreedores, que han aceptado una quita de sus respectivas deudas, y ha querido realizar “una mención especial” a Elkargi y Cofides por, según ha afirmado, el esfuerzo que han realizado para sacar adelante la operación. Del mismo modo, se ha dirigido a la Diputación de Gipuzkoa para agradecerle su colaboración con el Gobierno Vasco en la búsqueda de una solución para Astilleros Balenciaga.

También ha valorado “la buena sintonía” percibida entre el Gobierno Vasco y el Gobierno central en el recorrido realizado, con un alto grado de colaboración interinstitucional. “Creo que es, una vez más, un buen ejemplo del trabajo en beneficio de la sociedad que podemos hacer las administraciones cuando trabajamos en un objetivo común”, ha afirmado Mikel Jauregi. 

El acuerdo aceptado por la administración concursal del astillero guipuzcoano allana el camino para su reflote, aunque el consejero vasco de Industria ha apelado a la “prudencia y discreción” puesto que, aun siendo “un gran paso, no es suficiente” dado que “aún queda camino por recorrer”.

El comité de empresa de Astilleros Balenciaga en su comparecencia la semana pasada en las Juntas Generales de Gipuzkoa.

Meses de negociaciones

Según ha explicado, un equipo liderado por el viceconsejero de Promoción Industrial, Andoitz Korta, lleva meses en negociaciones con posibles inversores interesados en entrar en Astilleros Balenciaga con la condición de que presenten un proyecto industrial sólido que garantice su futuro. 

La intención del Ejecutivo de Imanol Pradales es atraer un proyecto industrial que, al igual que en Talgo, garantice el arraigo de la empresa en territorio vasco e impulse su crecimiento y expansión siempre teniendo en cuenta la creación de empleo de calidad y la preferencia por proveedores locales.

El acuerdo alcanzado, ha dicho, “es muy importante porque abre un camino esperanzador para el futuro del astillero y permitirá dar los siguientes pasos”. Aunque ayer no ha dado más detalles de estas negociaciones, días antes Mikel Jauregi ya avanzó que se trataba de dos inversores, uno estatal y otro internacional.

Discreción

Estos contactos se han llevado en un entorno de discreción que el consejero ha abogado por mantener para poder llegar a un acuerdo final beneficioso para la empresa y sus trabajadores. El comité de empresa ya expresó la semana pasada en su intervención en las Juntas Generales de Gipuzkoa sus reservas sobre los inversores, puesto que recordó que muchos de los operarios de Astilleros Balenciaga tienen un grado de especialidad muy elevado que dificulta su empleabilidad en otros sectores industriales.

La quita de deuda resuelve así una crisis que se inició con la insolvencia de Astilleros Balenciaga, cuya dirección propuso para resolverla un plan de reestructuración de la deuda que, en un principio, fue acordada con los trabajadores y obtuvo el visto bueno de un juzgado de Donostia.

Cuando parecía que el problema se resolvía, Cofides, uno de los principales acreedores, negó su apoyo a este plan de viabilidad que obligó a la empresa a presentar un concurso de acreedores que finalizaba el 31 de marzo con su cierre, y que ahora se ha evitado