Con una población que envejece a pasos agigantados y a las puertas de la jubilación, cada vez más empresas se encuentran ante la complicada situación de dar continuidad a su actividad, por la falta de profesionales que cojan el testigo. El relevo generacional es un reto con mayúsculas. Este escenario que dibuja el mercado laboral ha llevado a la alianza industrial Goierri Valley a liderar un proyecto que tiene como objetivo garantizar la continuidad de las pymes de la comarca, sentando las bases para planificar de forma ordenada y anticipada la sucesión en la propiedad y en la gestión.

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“Cada vez hay más empresas pequeñas que se están planteando el cierre”, advierte Ane Urteaga, responsable de proyectos en Goierri Valley, alianza industrial que lidera la transformación industrial de Goierri y agrupa a 75 empresas del sector metal-mecánico. Para poner freno a esta situación que supone una amenaza para el tejido empresarial, afectando a la creación de empleo y al crecimiento económico, se ha impulsado esta iniciativa que cuenta con la financiación del programa para promover la generación de oportunidades, el valor diferencial y la sostenibilidad del tejido empresarial guipuzcoano, que depende del Departamento de Promoción Económica y Proyectos Estratégicos de la Diputación Foral de Gipuzkoa.

De las 35 pequeñas y medianas empresas que respondieron a una encuesta, el 40% aseguraron que van a requerir de un relevo en la gestión o en la propiedad en los próximos años

Como punto de partida se realizó un diagnóstico para conocer el momento que atraviesan las pymes asociadas a Goierri Valley. “De las 35 pequeñas y medianas empresas que respondieron a una encuesta, el 40% aseguraron que van a requerir de un relevo en la gestión o en la propiedad en los próximos años. Además, el 17% señaló que se han planteado el cierre por la falta de sucesión”, precisa Urteaga.

Estos datos confirmaron la necesidad de activar y ejecutar este proyecto de continuidad que desde Goierri Valley definen como “clave”. Se ha trabajado en cuatro áreas. Por un lado, la sensibilización, es decir, concienciar a las empresas sobre la importancia de trazar y adelantarse a la sucesión en la propiedad y la gestión, reflexionando sobre las posibles alternativas existentes. Por otro, el citado diagnóstico, que ha permitido identificar los negocios empresariales que se encuentran en una situación crítica para brindarles apoyo y crear una hoja de ruta que impida su desaparición. Asimismo, se va a poner en marcha un servicio de continuidad que pueda dar una respuesta a las necesidades que presentan las empresas goierritarras, y se presentará la oferta industrial a las y los jóvenes para acercarles la actividad del sector metal-mecánico.

A esta fotografía de la comarca, que no supone un caso aislado, hay que añadirle otra realidad. “La industria representa en torno al 50% del empleo de nuestro territorio. Se habla de falta de relevo y de cómo atraer talento en un sector fuertemente masculinizado. Pero, ¿estamos pensando qué pasa con esa otra parte de la población que son mujeres y, además, son minoría en nuestra industria?”, se pregunta Urteaga.

Romper estereotipos

La responsable de proyectos de Goierri Valley explica que el diagnóstico sobre vocaciones STEM que se elaboró hace unos años arrojaba entre sus conclusiones que las y los adolescentes de la comarca “no se planteaban realizar estudios en este ámbito, porque creen que son difíciles y su salida laboral, sobre todo, está en la enseñanza”. Además, como apunta Urteaga, hay que desmontar los estereotipos porque las mujeres tienen mucho que decir “en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas”.

“La mayoría de las personas profesionales en estas áreas son hombres que son presentados como seguros de sí mismos, brillantes, colaborativos… Estos sesgos de género influyen en que una adolescente que no tenga muy claro cómo va a enfocar su vida laboral descarte las carreras STEM”, insiste la responsable de proyectos de Goierri Valley.

En el mismo diagnóstico quedó reflejado el “gran desconocimiento” que las y los jóvenes tienen sobre qué tipo de empresas existen en la comarca. “Esto nos ha llevado a poner el foco en la actividad de nuestras empresas, en hacerla visible, al igual que en la diversidad de profesionales para derribar todos estos estereotipos”, recalca Urteaga.

Para alcanzar estos propósitos e incidir, al mismo tiempo, en la orientación vocacional en etapas educativas tempranas, dentro de este pionero proyecto de continuidad desde Goierri Valley abordan otra acción transversal al trabajo que se están desarrollando con las empresas para garantizar su sostenibilidad. “Nos encontramos en la fase de diseño de un juego para jóvenes, niñas y niños de la comarca basado en la dinámica del tradicional Quién es quién, pero en lugar de formular preguntas sobre el físico, habrá que resolver cuestiones relacionadas con el trabajo que llevan a cabo profesionales de nuestras empresas. La idea es que reflexionen sobre qué les lleva a pensar que una persona puede ser gerente u operario: el género, la edad…”, detalla Urteaga.

Sobre el reto de seguir dando pasos al frente para acortar distancias en la brecha de género, Urteaga defiende que hay que “adaptar y organizar el modelo empresarial actual para que las mujeres puedan sentirse atraídas”. “Revisarlo desde una óptica más amplia y visibilizar todo lo que hacemos y podemos aportar las mujeres”, sentencia.