La economía vasca, como las del resto de Occidente, se encuentra ante numerosos desafíos. Conceptos como la transición energética, la digitalización o la innovación se presumen fundamentales, pero otra prevalece sobre ellas: la necesidad de fuerza de trabajo cualificada para ejecutar esas tareas. Y el punto de partida de Euskadi aglutina razones para la preocupación, pero también motivos para el optimismo. La crisis de natalidad va a provocar la necesidad de incrementar la llegada de talento cualificado desde otras comunidades y países en un contexto de alta competencia entre espacios geográficos, aunque los estándares y la calidad de vida que ofrece Euskadi pueden convertirse en instrumentos atractivos.

Son, a grandes rasgos, las conclusiones de un informe elaborado por la consultora Ernst & Young (EY) y presentado esta semana en la jornada internacional ‘Confluencia Educación Empresa’ junto con el Círculo de Empresarios Vascos, AEFAME (Asociación de Empresas Familiares de Euskadi), el foro Zedarriak y Fundación Artizarra. El documento ‘¿Por qué debería ir a trabajar a Euskadi? Potencial y desafíos del País Vasco para atraer talento’ ha sido redactado por Jon Totorika, director del area de People Advisory Services de EY, a partir de encuestas a directivos y personal empresarial.

Desde hace varios años, pero especialmente tras la reactivación económica surgida tras la pandemia, la preocupación por las perspectivas demográficas se ha acentuado entre los sectores empresariales y entre la clase política. Un informe de Confebask, presentado asimismo en la misma jornada de trabajo, cifra en 240.000 personas, cerca del 25% de las personas empleadas hoy, las que se jubilarán en esta década. Asimismo, se está dando un retroceso en el volumen de la población en edad laboral en la CAV, de forma que ha descendido en 75.000 personas en los últimos 10 años.

Una economía sin bases de crecimiento conduce a una sociedad más pobre en términos de riqueza. “Si el PIB sube necesitas más fuerza de trabajo. Euskadi está ante un problema por la caída de la natalidad y el envejecimiento y la inmigración da respuesta a las necesidades en lo referente a la fuerza de trabajo”, expone Jon Totorika. “Teniendo en cuenta que las necesidades de talento cualificado van a incrementarse de manera sustancial en relación con las no cualificadas y que el volumen de fuerza de trabajo va a incrementarse de manera progresiva hasta estabilizarse en unas tasas de alrededor de 10.000 empleados anuales, podemos concluir que las necesidades de incorporar talento cualificado extranjero es un reto crítico para Euskadi”, se lee en el informe.

Latinoamérica, el foco más interesante para la CAV

Uno de los aspectos en los que se detiene el informe de EY tiene que ver con la “diáspora” o salida de profesionales nativos del territorio. La CAV presenta un saldo migratorio neutro, ya que, “tras emigrar, vuelven a Euskadi en busca de una mejor calidad de vida y cercanía con sus allegados”. En este segmento uno de los grandes desafíos está relacionado con “las diferencias salariales y las oportunidades de desarrollar carrera profesional”. Es decir, que una de las tareas pendientes es que retornen esos profesionales a Euskadi. En este sentido, Totorika advierte de que “se están marchando profesionales jóvenes”, un proceso que “responde al comportamiento de la llamada Generación Z, que busca oportunidades laborales a nivel global y está dispuesto a moverse fuera para encontrarlas”. Para el analista de EY, “no tiene que ser necesariamente malo que se marchen, lo negativo sería que no volviesen. Cuando regresan, lo hacen con un importante capital de conocimiento”, apunta Totorika.

A la hora de atraer talento cualificado, Euskadi y el resto del Estado tienen “difícil” captar ese talento de economías emergentes, como las asiáticas, que suele fluir hacia los países anglosajones por cuestiones que tienen que ver con el idioma inglés y una cultura empresarial y sectorial más similar a la suya que la europea. Sin embargo, como rescata el informe, “Euskadi una de las regiones hispanohablantes a nivel mundial con mayor calidad de vida y por ello se puede considerar que los países latinoamericanos son una gran oportunidad para la captación de talento internacional”. Asimismo, el documento propone dar pasos en lo concerniente a “la validación de títulos académicos, ya que se convierte en un problema y a menudo dichos perfiles terminan trabajando en roles que no corresponden a sus cualificaciones”. El informe incluye otras recomendaciones, como “potenciar la marca Euskadi a nivel externo, impulsar un proyecto de desarrollo económico atractivo para el talento extranjero, aglutinar a los agentes del ecosistema en un proyecto estratégico y potenciar el marco regulatorio laboral y fiscal”.

Los sectores sobre los que se concentra esa necesidad de talento cualificado son las denominadas profesiones STEAM (por las siglas en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas). “Suponen el 52,8% de las vacantes, un porcentaje bastante notable”, asevera Totorika. La situación es parecida en la Comunidad Foral de Navarra. El año pasado se constituyó la Comisión del Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura con la participación del Gobierno foral y los agentes sociales, destacando la necesidad de incorporar profesionales en áreas relacionadas con la atención sanitaria, la industria y la tecnología. Se calcula que en el próximo lustro se van a necesitar entre 5.000 y 6.000 nuevos trabajadores en la Comunidad. 

Así las cosas, es importante configurar un entorno con unas condiciones atractivas para captar ese talento. “A la hora de valorar cuáles son los factores clave para la atracción de talento, la OCDE considera diez factores: acceso a los distintos servicios, educación, tasa de empleo, comunidad, calidad ambiental, ingresos, salud, seguridad, vivienda y calidad de vida”, proclama el informe. Aquí operan factores a favor de Euskadi, dice Totorika. 

“Euskadi tiene unos índices de atracción de talento muy competitivos frente a otras otras regiones hispanohablantes”, indica, citando aspectos como el desarrollo en los sistemas de educación, sanidad y fiscalidad. El informe revela una estrecha relación entre el PIB per cápita de cada comunidad y su capacidad para gestionar talento, siendo Euskadi la comunidad con segunda mayor renta per cápita del Estado por detrás de Madrid.

Pero también hay barreras. Entre ellas, el informe cita, como el factor más relevante, el nivel de euskera, la posibilidad de encontrar ofertas laborales adaptadas al nivel del profesional, así como las condiciones salariales ofertadas, ya que, según personas encuestadas y datos de Bizkaia Talent, estas “no cubrían las expectativas demandadas”, y las dificultades para la autorización de residencia y trabajo.