- Expertos en economía señalan que 2022 puede ser el año de la recuperación económica y del tejido empresarial si se implementan correctamente los fondos europeos Next Generation EU y se gestionan los riesgos globales, aunque advierten de que la incertidumbre “no desaparecerá”. Así se desprende del informe de EY Insights, el área de estudios y contenidos de EY, titulado España 2022. Un año por delante, en el que recopilan la versión de economistas y expertos sobre las cuestiones clave que afectarán al entorno económico y a las empresas en el corto plazo.
Aunque las expectativas son favorables, los economistas que participan en el informe llaman a la acción para acometer reformas, asumir cambios y afrontar transformaciones necesarias para avanzar en un entorno cada día más complejo, logrando así una recuperación sólida a lo largo de 2022. No obstante, avisan de que si se ralentiza el crecimiento económico de España, la evolución de las cuentas públicas podría resentirse. Uno de los compromisos del Gobierno central en torno al Plan es la reforma laboral. Sobre la misma, los expertos coinciden en afirmar que la norma puede ser un avance hacia una mayor flexiseguridad.
No obstante, advierten de que hay riesgos de que sea un retroceso en la dirección contraria, si la dualidad que caracteriza la flexirigidez actual entre contratos temporales e indefinidos evoluciona hacia una mayor rigidez de los primeros sin un aumento de la flexibilidad de los segundos. Con este entorno, los economistas consideran que las empresas necesitan incrementar su competitividad y la digitalización de sus procesos, así como avanzar en la innovación de sus productos y servicios, reforzar sus capacidades financieras y operativas, además de fortalecer sus cadenas de suministro y mejorar su logística.
“Pero, sin duda, algo que las empresas españolas requieren para encarar la recuperación económica y su futuro es ganar tamaño”, recalcan en el informe. Además, los expertos alertan de que la pandemia ha puesto de manifiesto la escasa diversificación de las cadenas de valor mundiales, especialmente en el suministro de productos y componentes de carácter estratégico.
De ahí que se haya acelerado un fenómeno definido como glocalización, es decir, la adaptación de los patrones globales a las condiciones locales. Así, aumenta el número de empresas que se plantean diversificar sus centros de producción tanto a nivel nacional como internacional, con el objetivo de minimizar riesgos y garantizar el suministro a sus mercados objetivos.
Todo ello ha estado condicionado este año también por los problemas en las cadenas globales de valor, así como por el incremento de los precios de la energía. Sobre esto, los expertos aseguran que algunos de los desajustes en el comercio mundial empiezan a suavizarse, como reflejan los últimos datos del índice PMI de precios de la Industria de la Eurozona, la cotización de los metales o el coste global del transporte marítimo.
Sin embargo, los economistas avisan de que si se prolonga el ciclo alcista de costes en el resto de ámbitos no solo se frenará la recuperación, sino que además complicará el manejo de la política macroeconómica, elevando el riesgo de un endurecimiento prematuro de las condiciones de financiación para España.
De su lado, en el informe se señala que el repunte de la inflación el pasado año ha sido más intenso y duradero de lo esperado pero las previsiones apuntan a una presión inflacionista moderada a medio plazo. De ahí la conveniencia de que la política monetaria mantenga un enfoque paciente a la hora de valorar una eventual revisión de su actual tono acomodaticio, con el fin de estabilizar la tasa de inflación a medio plazo en el nivel objetivo del 2%.
Nueve organizaciones . En el informe han participado Manuel Muñiz (IE University), Raymond Torres (Funcas), Paz Guzman (Comisión Europea), Óscar Arce (Banco de España), Ángel de la Fuente (Fedea), Rafael Doménech (BBVA Research), Ignacio de la Torre (Arcano), Alicia Coronil (Singular Bank) y Mercedes Pizarro (Círculo de Empresarios).