El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, ha abogado por evaluar un cambio legislativo que permita aplicar salarios mínimos interprofesionales (SMI) diferenciados por territorios, para adaptar este indicador a una "España diversa" como ya se hace en la negociación colectiva.

"Sí creo que hay que evaluar un SMI que se acoplara a cada uno de los territorios de este país", ha afirmado Garamendi en declaraciones a Capital Radio, donde ha recordado que la negociación colectiva entre patronales y sindicatos varía en función de los territorios, ya que no aplican las mismas condiciones salariales en el convenio del metal del Euskadi que en otras comunidades.

Asimismo, ha recordado que el alza del SMI no le cuesta nada al Estado, dado que las administraciones no actualizan conforme a su evolución los contratos suscritos con empresas adjudicatarias. "El Gobierno está muy tranquilo diciendo que hay que subirlo, pero al Estado le cuesta cero subir el salario mínimo", ha asegurado Garamendi, que ha insistido en la negativa de las organizaciones empresariales a subir el SMI para lo que resta de 2021.

"Que la gente se ponga en la piel de gente muy humilde que son empresarios", ha afirmado, al tiempo que ha recalcado que el salario mínimo no afecta a las empresas del IBEX ni a la mayoría de sectores que se encuentran bajo el paraguas de la negociación colectiva, sino que afecta fundamentalmente al sector agrario que aún atraviesa importantes dificultades.

"En los últimos tres años el SMI ha subido el 30 %. Nadie dice que no haya que subirlo, solo decimos que no es el momento", ha añadido el presidente de CEOE, partidario de analizar una senda en el tiempo.