- Doce entidades financieras del Estado, entre las que están Kutxabank y Laboral Kutxa, han creado este mes una sociedad conjunta para participar en la creación de la Iniciativa Europea de Pagos (EPI, en sus siglas en inglés). Dieciséis grandes bancos del viejo continente pusieron en marcha en junio está herramienta, que tiene como objetivo lanzar una tarjeta común europea que compita con las norteamericanas Visa y Mastercard y facilitar las transacciones digitales de consumidores y comercios, a través de herramientas como Bizum, también con carácter comunitario.

La herramienta global está en fase de desarrollo y la banca mediana estatal quiere participar en ese diseño. Para ello, han sumado fuerzas en un consorcio en el que además de las dos entidades vascas participan Abanca, Banco Cooperativo Español -en el está encuadrada la Caja Rural de Navarra-, Cajamar, Caja de Ingenieros, Cecabank, Eurocaja Rural, Bankinter, Ibercaja, Liberbank y Unicaja.

Por separado no tenían fuerza para participar en el proceso, pero juntos entran de lleno en él. Inés Monguilot, directora de Márketing y Canales de Kutxabank, presidirá la entidad en este momento clave.

Los promotores de EPI se han marcado un plazo de 15 meses para definir la estructura del sistema de pagos. Se trata, explica Inés Monguilot a este periódico, de diseñar un esquema integral que incluya una tarjeta europea -hay diez países europeos que no permiten el uso de tarjetas de otros estados miembros- para consumidores y comercios o un monedero electrónico que opere en todo el continente.

“Es una solución de pagos europea, única e integral de transferencias inmediatas, pago por móvil, reintegros en cajeros, pagos en comercios, transferencias inmediatas de cuenta a cuenta y una solución para una tarjeta común europea”, destaca. Y este grupo de bancos se ha movido para participar en la iniciativa desde la fase de diseño.

Todas las entidades han situado el canal digital y las posibilidades de desarrollo que abre en el centro de su negocio, pero la crisis del coronavirus ha supuesto un impulso. El proceso de digitalización ya estaba iniciado, “pero la pandemia la ha acelerado”, resume la directiva de Kutxabank. Para minimizar el contagio se han puesto en marcha una serie de iniciativas orientadas a “usar lo menos posible el efectivo” -entre ellas, ampliar el pago con tarjeta sin clave hasta los 50 euros- y las restricciones de movilidad han dinamizado el comercio electrónico, el pago con móvil y en general con la tarjeta clásica.

“Esta iniciativa europea es un paso más en los bancos dentro del proceso de digitalización e innovación, que lo que permite es dar a cada consumidor y a cada comercio las herramientas necesarias para digitalizar sus pagos de formas muy variadas, por que se trata de dar una respuesta integral y que cada uno utilice el sistema con el que mejor opere”.

Lo harán además a través de un sistema “amparado por los bancos”, lo que hace que sea “una solución segura de confianza y ágil, diseñada además con estándares europeos,” destaca Monguilot.