Josetxo Perales Martínez lo tiene muy claro: “Solo pido lo que es mío”. Y es que su historia lleva sumados muchos capítulos sin lograr una solución. En 2014, dentro de los acuerdos que el Ayuntamiento debía adoptar para hacerse con los suelos necesarios para rematar el proyecto de defensa contra las inundaciones del río Urumea a su paso por Martutene, Josetxo y su hermano Mauricio firmaron un convenio de compraventa de su vivienda para que la vital intervención se pudiera realizar.
En dicho convenio, se estipulaba su realojo definitivo, a la mayor brevedad posible, en una vivienda de protección oficial adjudicada en régimen de plena propiedad “con las características y dimensiones asimilables a las de la vivienda de realojo transitorio que se les dio en el paseo de Morlans”.
La vivienda debía ser propiedad del Ayuntamiento y ubicarse en las desarrollos urbanísticos previstos en la vega del Urumea, como Txomin Enea, Antzita o Sarrueta.
La vivienda, según lo que se indica en el convenio, debería tener trastero y garaje, “que serán también adjudicados en propiedad”.
Finaliza 2025 y Josetxo Perales sigue viviendo en Morlans, con el alquiler que el Ayuntamiento paga al Gobierno Vasco, propietario de la vivienda. Pero a nivel personal muchas cosas han cambiado, y su salud ha sufrido un importante deterioro, que se explica por la ataxia que padece.
Problemas de movilidad
Se mueve en silla de ruedas y tiene también dificultades al hablar. Pero, señala, “la cabeza le tengo clara”.
De ahí que continúe con su reclamación para que se dé respuesta a lo que está firmado. Es más, asegura que ya no pide volver a su barrio Martutene, dado que después de tantos años ya se ha arraigado en Morlans. Pero, por lo demás, exige que se cumpla con lo estipulado. “No me importaría que fuese aquí en Morlans, después de tantos años me he hecho al barrio, pero con garaje y trastero” .
Su enfermedad sigue avanzando y reclama que se le dé una solución. “Incluso la actual concejala de Urbanismo, Nekane Arzallus, me dijo que habrá que solucionarlo”.
“Ahora me dicen que el Ayuntamiento no tiene viviendas para ofrecerme en esas condiciones. Sí que me ofrecieron alguna, pero no cumplían con lo prometido o presentaban graves problemas de accesibilidad, como la que se me ofertó en San Roque, explica Perales.
“También he intentado contactar con el actual alcalde, pero de momento no le conseguido”, afirma Perales, que reclama “una solución” definitiva a una situación que se ha prolongado mucho, demasiado tiempo.
Una solución definitiva
La vivienda en la que reside actualmente Perales es propiedad del Gobierno Vasco y el Consistorio abona el alquiler. Perales no vería mal que se trabajara en la línea de garantizarle en propiedad una vivienda en este ámbito, dado que no pudo contar con un piso en las promociones construidas en el entorno de Martutene.
Perales, además, insiste en recordar que su demanda tiene el respaldo de la corporación en Pleno. El 6 de septiembre de 2014 EH Bildu presentó una interpelación interesándose “por los motivos por los que sigue sin materializarse el derecho de realojos de afectados por las obras contra inundaciones en Martutene”.
Pocas semanas más tarde, el 19 de septiembre, la corporación aprobó, por unanimidad, una moción de esta formación por la que se instaba al Gobierno local a “cumplir con lo dispuesto” en el convenio entre el Ayuntamiento y los propietarios de la vivienda del número 57 del Paseo de Martutene (los hermanos Perales), que fue derribada para poder ejecutar las intervenciones contempladas en el proyecto.
Además, se aprobó instar al Gobierno municipal a que se reuniera con las personas afectadas para darles cuenta de las previsiones de fechas que barajaba y se demandaba al departamento de Urbanismo Sostenible que siga “las órdenes e instrucciones oportunas para afrontar la resolución definitiva de esta cuestión como preferente y urgente”.
Ha pasado más de un año y las cosas no han cambiado. Lo que ha cambiado, a peor, es la salud de Josetxo.
"Tengo una hija, y quiero dejarle lo que yo tenía, una casa que era mía y quiero que sea suya"
Mirando también por su hija
“Tengo una hija a la que no me gustaría legar un problema, sino la vivienda que le pertenece porque yo tenía una mía”, añade.
“Ya no pido que la vivienda sea en Martutene, pero sí que se cumplan con las condiciones del acuerdo. Mi casa tenía unos 71 metros cuadrados, y por el acuerdo le corresponden garaje y trastero. Eso es lo que pido”, incide Josetxo que se enfada cuando asegura que, en ocasiones, se ha sentido ninguneado. “En una reunión con Etxegintza la persona de contacto se me hizo el sueco”, lamenta Perales, que recuerda que se le llegó a ofrecer “un piso en Duque de Mandas con inquilino dentro”.
“Mucho dinero no tengo, pero podría hacer las obras de adaptación de la vivienda. Lo que yo exijo es una solución”, apostilla Perales harto de más de una década de provisionalidad.
Le cuesta hablar, que se le entienda, pero las ideas las tiene muy claras. Quiere una casa en propiedad porque así era la casa que puso a disposición de Donostia.
Casi tres lustros de espera
Ricardo Burutaran, EH Bildu, era concejal de Urbanismo en el momento en el que se suscribió el convenio con Josetxo Perales hace más de 14 años.
Hoy en día sigue insistiendo en la necesidad de que se dé cumplimiento a este acuerdo y a las decisiones plenarias adoptadas hace algo más de un año.
“Cuando se quita a una persona una vivienda por una operación de realojo urbanístico, se pacta otra en el mismo régimen de tenencia: si era en alquiler, en alquiler; y si estaba en propiedad, en propiedad”, con dimensiones “adecuadas a sus necesidades” que, en el caso de Perales, obligan a que el piso deba estar adaptado.
Esas fueron las premisas sobre las que se sustentó el convenio que preveía su realojo en viviendas de protección oficial que, por sus condiciones especiales, ”son una excepción, ya que al cabo de 20 años se puede pedir que se convierta en vivienda libre, ya que a él se le quitó una vivienda libre”.
“Técnicamente ha habido un problema para darle una vivienda como él la tenía y no en régimen de derecho de superficie, que es lo que se le ofrecía”, explica. De ahí que Perales haya reclamado “que se le reconozca una vivienda en el mismo régimen que la tenía”, reconoce Burutaran.
Y en el camino han ido surgiendo problemas. En el entorno de Txomin Enea el Consistorio no posee viviendas que se adecuen a las características de la que necesita Perales, todas las suyas son en alquiler, aunque Burutaran considera que el Ayuntamiento podría “comprar al Gobierno Vasco una vivienda protegida para cedérsela”.
“El Ayuntamiento le quitó su vivienda, no ha pagado nada y la situación se alarga. Ahora debería destinar una partida económica para comprarle una, pero es algo que se tendría que haber hecho hace tiempo para darle una seguridad que hasta ahora no ha tenido”, destaca.
“Lógicamente, la vivienda tiene que ser adaptada y ubicada en un entorno urbano adaptado, que tenga accesibilidad plena”, explica el edil de EH Bildu.
Perales está ya arraigado en Morlans y Burutaran considera que podría haber fórmulas para que pueda permanecer en esta zona, “siempre que se habilite una partida económica para ello y se llegue a un acuerdo con el Gobierno Vasco”.
“Es un tema de justicia social. Él se quedó sin vivienda para que se pudiera actuar contra las inundaciones y tiene un derecho porque se le quitó una casa”, añade.
¿Ahora qué? “En algún momento ha parecido que la posibilidad más factible era que el Ayuntamiento compre al Gobierno Vasco una vivienda en Ciudad Jardín. A Josetxo no le parecería mal, pero tampoco quedarse en Morlans, donde ya tiene su rutina. Lo que necesita es tener algo tangible, que le digan cuándo y en dónde se la da la vivienda”, concluye Burutaran.