“En lugar de hacer los muebles más pequeños, los transformamos en función de las necesidades de cada momento. Cuando duermes no necesitas el sofá y, cuando utilizas el guardarropa, no te hace falta la cama”. Con esta frase, la directora de Desarrollo de Producto e Innovación de Ikea, Seana Strawn, la multinacional sueca, anunció el pasado martes una nueva línea de muebles robotizados que se adaptan a viviendas pequeñas de forma automática en función de las necesidades del momento, lo que permite optimizar el espacio al máximo.
Esta importante innovación presentada con la que Ikea se adelanta a una realidad en la que una gran parte de la población mundial vivirá en las ciudades, con todo lo que ello significa de falta de suelo que se traducirá en pisos pequeños y caros, viene de la mano de Hasier Larrea, un joven ingeniero donostiarra que, a través de su empresa Ori Living, ha desarrollado un sistema de muebles robotizados que se está implantando con éxito en Estados Unidos.
Fruto de esa experiencia, que tuvo su origen en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) -uno de los centros tecnológicos más importantes del mundo, a donde Larrea se trasladó hace seis años, en un principio, para realizar su trabajo fin de carrera, y luego para constituir hace cuatro su propia empresa-, nació el interés de Ikea por esta aportación innovadora del emprendedor donostiarra.
Ante el problema de saturación urbana, que va a obligar a las personas a vivir en pisos cada vez más pequeños, ya que se estima que 1,5 millones de ciudadanos se trasladan a zonas urbanas cada semana en el mundo, Ikea y Hasier Larrea comenzaron hace dos años unas discretas negociaciones, cuyo resultado se ha visto esta semana con la firma de una alianza entre la multinacional sueca y Ori Living.
Fruto de este acuerdo, Ikea fabricará y distribuirá bajo licencia de Ori Living una línea de muebles robotizados que se denominará Rognan.
De esta forma, Ori Living se convierte en socio de Ikea y lidera una de las principales innovaciones de una multinacional que factura 37.000 millones de euros al año, está presente en más de 50 países y cuenta con 400 establecimientos repartidos por todo el mundo.
“En el mercado estadounidense suministramos a promotores inmobiliarios con productos que son algo más sofisticados, pero esta colaboración con Ikea nos permite tener acceso a una infraestructura que alcanza a todo el mundo”, ha manifestado Larrea.
próximamente en japón El lanzamiento de este innovador mueble robotizado se hará el próximo año en Japón y Hong Kong, dos de los mercados de mayor demanda de todo el planeta, al contar con un gran parque de apartamentos de reducidas dimensiones, hasta el punto de que Ikea ha testado la aplicación de esta nueva tecnología en viviendas de 12 metros cuadrados donde viven familias.
La primera versión de Rognan se controla con un botón que sirve para desplazar los armarios y crear ambientes diferentes como sacar la cama para dormir, mientras desaparece el salón o se convierte en un despacho donde poder trabajar. Esta solución permite ahorrar alrededor de unos ocho metros cuadrados de espacio.
Larrea, que hace dos años fue designado por la prestigiosa revista Forbes como uno de los 30 jóvenes de menos de 30 años que reinventarán la industria del futuro en el mundo, ya cautivó con su innovador sistema de viviendas inteligentes, que acababa de presentar en Estados Unidos y Canadá, en una jornada sobre emprendedores que organizó hace dos años Adegi con motivo del Día de la Empresa.
En aquella ocasión, este brillante ingeniero fijó las bases necesarias que se deben tener para emprender y lanzarse a la aventura de crear una empresa: paciencia, humildad, entusiasmo, pasión e ilusión. Es decir, la actitud por encima de la aptitud. Todo ello, teniendo en cuenta que para alcanzar el objetivo los fracasos deben contarse como algo positivo. “El fracaso es como una medalla de honor; cuantas más tengas, mejor”, dijo.
De casta le viene al galgo porque este emprendedor que ha hecho que una multinacional como Ikea se haya asociado con él y que fue rechazado para trabajar en dos importantes consultoras -en una de ellas, paradójicamente, por no saber comunicar-, es hijo de José Luis Larrea, el exconsejero de Hacienda del Gobierno Vasco que en los 90 puso en marcha la operadora vasca Euskaltel, de triste actualidad en estos días, compatibilizando ese trabajo con la dirección general de Ibermática, una compañía que llegó a ser uno de los líderes del Estado en las tecnologías de la información.
En este contexto, sorprende, según un estudio realizado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económica (IVIE), que mientras Euskadi destaca a la hora de fomentar, desarrollar y facilitar el talento en el conjunto del Estado, sin embargo no se configura como polo de atracción de conocimiento, lo que implica necesariamente que hay que aumentar el nivel de apertura hacia el exterior, romper ciertas reticencias existentes en la sociedad vasca e incrementar la incorporación a nuestras empresas de personal extranjero cualificado.
El caso de Hasier Larrea es una muy buena prueba de lo que hay que hacer y del gran trabajo que nos queda a la hora de incentivar el emprendimiento y la innovación de base tecnológica.