Apasionado de los aconteceres políticos de aquí, intento reflexionar sobre lo que aquí ocurre, pero reconozco que por muchas vueltas que le vengo dando, últimamente cuesta dar con materia para llenar el espacio que me tienen asignado, y la razón no es otra que ocurren pocas cosas, que la política transcurre fluida y plácidamente, por no decir aburridamente. Hoy con nuestra política no tengo nada que hacer, que no es lo mismo que decir que nuestra política no hace nada.

Valga esta disculpa por no dedicar la columna a cosas de aquí y sí a valorar, si soy capaz, lo que ocurre en la política fuera de nuestras fronteras, mucho más entretenida, pero también más cutre, macarra y chafardera.

Todo empieza con los trasuntos de la mujer y el hermano de D. Sánchez, cuando muchos empezaron a mirar a jueces y a la UCO como muñidores de amaños contra el presidente, lo que a mí no me parecía extraño. De repente, todos lo olvidan al descubrir que de hace tiempo venía tejiéndose una intensa colaboración del dúo Ábalos-Koldo fichando novias, alquilando pisos y quedándose con pasta pública, todo lo cual me resultaría escandaloso y difícil de creer si no conociera la inveterada costumbre de los principales partidos españoles de fichar a quienes, iletrados sin oficio ni beneficio, ansían rápidos ingresos haciendo golfadas. Mientras observábamos pasmados lo que parecía habían hecho, nos resultó estupefaciente saber que Dña Leire Díez llevaba años vendiendo favores de fiscalías y haciendas a cambio de descubrir la tendenciosidad política de algunos jueces y UCOs, hasta que obnubilados por tanto lío no estábamos viendo que, desde el principio, el mismísimo D. Cerdán, sucesor de D. Ábalos, era el jefe del chiringuito, y al que se le escucha alto y claro todo lo que dice e intenta que no se diga.

Estaba estupefacto dándole vueltas a cómo digerir el chafardeo español cuando recordé una entrevista a Gonzalo Suarez, escritor y cineasta, en la que narró su juventud dedicada a realizar informes técnicos para el Inter de Milán. Un día, su entrenador, D. Helenio Herrera, le insistió en que se fijara dónde no estaba el balón, a lo que un sorprendido D. Suarez le requirió por la razón de tal demanda y D. Herrera le explicó que donde esté el balón es lo que está ocurriendo, el presente, mientras que donde no está es el expectante espacio de lo que ocurrirá en un futuro, que es lo que interesa.

Esta anécdota me hizo darme cuenta de que mientras unos hablaban de la manipulación de jueces y guardias, otros gritaban que jueces y guardias son la esencia de la verdadera España y yo me escandalizaba porque defender a guardias era hacerlo a quienes desde tiempo inmemorial vienen cometiendo todo tipo de tropelías, desde colaborar con traficantes hasta montar el GAL o contarle a Garzón no sé qué de Egin, lo que supuso su cierre, para luego sobreseerlo, o porque defender a jueces era dar por buenas una enormidad de injusticias que quedan demostradas solo con leer una decena de autos de sus señorías, resultaba que el lío no era ni el de los jueces y guardias haciendo política a favor del PP ni el de protestas del PSOE por tales andanzas ni mi escándalo por la defensa de cuerpos según ellos incorruptos, nada de eso, el conflicto era cuestión de Cerdán, acompañado de Leire, Koldo y Ábalos, repartiéndose la pasta y las putas.

Y ahí es donde yo quería llegar, pues he caído en que, probablemente, mientras todos mirábamos un partido en el presente de patadas “palante” que jugaban entre el sanchismo resistente y el antisanchismo defraudado, con insultos, mala educación, acusaciones de ilegitimidad y nada de política, no fijábamos nuestras antenas en los espacios donde no estaba el balón, que era donde se estaba jugando el futuro con un partido más salvaje, si cabe, entre lawfare y chorizos-macarras. Y cuando empezamos a mirar ese segundo partido, no nos dábamos cuenta que la jugada de verdad la venía dirigiendo D. Cerdán de tiempo atrás, transformándose todo en un partido entre el sanchismo desorientado y el antisanchismo desaforado.

Ya aprendido, estoy viendo que, en esa perplejidad global, la bronca política española actual es que Podemos dice que no ajunta a D. Sánchez para quitarle votos a Sumar, que Sumar habla de avances sociales para quitarle votos a Podemos y al PSOE, que D. Sánchez amenaza con que viene la derechona fascista para mantenerse en Moncloa, que D. Feijoo grita que manda la mafia corrupta para poder entrar en la Moncloa o que los obispos le piden a D. Sánchez que convoque elecciones para que todos vayamos al cielo. Y mientras todos miramos esos balones, es probable que algunos del PP y otros del PSOE estén jugando fuera de foco para que en un futuro, y Sánchez finiquitado, pueda haber un gobierno de cooperación entre ambos para sacar a Vox del campo.

De esto he sacado dos conclusiones: Hay que hacerle caso a D. Herrera y mirar donde no está el balón y es mejor quedarse aburrido en la democrática Euskadi que salir hacia el sur y encontrarse, además de con la cateta “Aiuso”, con oscuras tramas que buscan pervertir la democracia desde el macarrismo político e institucional. ¡Feliz verano!