donostia. La iniciativa de un grupo de caseríos vascos para envasar su propia leche ha abierto una herida en el sector lácteo. Los promotores de Euskal Herria Esnea consideran que las grandes centrales lecheras son las responsables de la desaparición del 93% de las explotaciones y se han unido para vender su producción. Según explicaron ayer, intentaron envasar la leche -procedente aseguran de Iparralde, Navarra y la CAV- en Euskadi, pero tropezaron con la negativa de las marcas a embotellar su producto.
Al final lo han hecho en Soria y el Gobierno Vasco ha abierto un expediente sancionador debido a que el envase está rotulado exclusivamente en euskera, cuando, indicó el Ejecutivo, la normativa solo lo permite si todo el proceso se realiza en el ámbito vasco. De forma paralela, algunas centrales lecheras han denunciado que la oficina española de patentes denegó a los pequeños productores el registro de la marca Euskal Herria Esnea y ponen en duda el origen de la leche.
Kaiku ha pedido al Ejecutivo de Patxi López una revisión de la comercialización del producto y del cumplimiento de la normativa en materia de etiquetado y trazabilidad de producto. La compañía láctea quiso desmarcarse de los recelos que despierta en el Gobierno el etiquetado en euskera.
Durante la presentación de la nueva marca, sus promotores lamentaron que el rechazo de las empresas locales les haya obligado a embotellar fuera de Euskadi. Por eso hicieron un llamamiento a los ayuntamientos vascos que puedan estar interesados en acoger una planta envasadora de este tipo, que supondría la creación de 15 puestos de trabajo directos y otros tantos indirectos, según explicaron.