El Ayuntamiento de Donostia ha trasladado a los impulsores de Donostiako Kaleko Afari Solidarioak (KAS) la prohibición de que sigan con la iniciativa a partir de este jueves en Egia. La comunicación ha llegado dos días después de que varias decenas de personas se concentraran en la plaza Teresa de Calcuta, uno de los puntos de reparto, en protesta contra la iniciativa y reclamando seguridad en la capital.

La iniciativa solidaria arrancó en noviembre de 2020 en la Parte Vieja, pero el Ayuntamiento la ha prohibido ahora, después de que el lunes la Ertzaintza tuviera que evitar que la tensión fuera a mayores. El Consistorio argumenta que ha prohibido repartir cenas “para evitar problemas de seguridad”, según ha anunciado Irutxuloko Hitza y ha confirmado este diario. El propio PP había reclamado hace un año acabar con la iniciativa, sin recibir el apoyo de ningún otro grupo del Ayuntamiento.

En dicha concentración no registrada del lunes, los concejales populares Borja Corominas, Jorge Mota y Vanessa Vélez tuvieron un papel activo, que en el caso de los dos últimos conllevó enfrentarse tanto con personas que repartían cenas (el PP vincula estas cenas con un incremento de la delincuencia) como con un periodista de Irutxuloko Hitza, como quedó recogido en un vídeo.

Además, una persona que participaba en la concentración comenzó a grabar a un simpatizante de KAS alegando que él le había grabado antes. Fue ahí cuando se produjo el primer encontronazo, momento en el que acudió la Ertzaintza para separar a ambos grupos. En los siguientes instantes el clima de tensión subió varios grados con reproches e insultos, desde “sucios racistas” hasta “ojalá os roben y violen”.

Sobre las 20.45, un jefe de la Ertzaintza confirmó que la concentración no tenía permiso y dio diez minutos a los congregados de ambos grupos para desalojar el lugar, bajo advertencia de identificación y multa. Este miércoles se ha conocido que seis personas han sido identificadas por los sucesos del lunes.

Recelo por el revuelo

Ante el revuelo que cogió la concentración, varias personas que acudieron a ella intentaron desligar que estuvieran en contra de la iniciativa y aseguraron en las redes sociales que simplemente piden más seguridad en la ciudad. Aun así, no resulta casual que se eligiera este enclave para llevar a cabo la demanda y vincular a personas necesitadas de ayuda con la criminalidad.

Los organizadores habían anunciado que en los próximos lunes mantendrían las concentraciones, aunque en adelante las intentarían realizar de acuerdo a la normativa vigente, que exige el preceptivo registro de la convocatoria.

Con “permiso tácito” del Ayuntamiento

Kaleko Afari Solidarioak es “una iniciativa ciudadana a través de la cual se preparan y reparten cenas a personas que no disponen de recursos” (hemeroteca: reportaje del año 2022). Según publicaron en sus redes sociales la semana pasada, los tres puntos de reparto de comida sirvieron 1.545 cenas entre el 7 y el 13 de octubre.

Un miembro de KAS cuyas declaraciones recoge Irutxuloko Hitza explica que “la comunicación ha sido verbal y cuando le hemos preguntado con quién del Ayuntamiento podíamos hablar, nos ha dicho que no sabía”.

“Llevamos llevando a cabo estas cenas solidarias cuatro años, es un trabajo solidario público de manera voluntario, para atender a 250 personas o más que viven en la calle en condiciones extremas, esto es lo que prohíbe el Ayuntamiento”, ha descrito una situación hasta el momento amparada “por un permiso tácito, porque el Ayuntamiento sabía y nos habíamos reunido para hablar de este tema”.

“Hasta hoy no nos habían puesto ninguna pega, hoy sí no sabemos por qué”, añade, antes de defender que “la solidaridad no puede ser delito y en la medida en que podamos, no nos quedaremos sentados”.

Tras la concentración del lunes, distintos colectivos como Donostiako Piratak y EH Bildu han mostrado su apoyo a la asociación.