los toros volvieron ayer a Donostia y, con ellos, la polémica que los ha acompañado las últimas semanas. Minutos antes de la corrida, en Illunbe reinaba la tensión. Y es que, aprovechando además que Juan Carlos de Borbón acudió al acto -acompañado por su hija Elena y sus nietos Felipe Juan Froilán y Victoria Federica-, varios centenares de manifestantes se concentraron alrededor de las entradas de la plaza de toros para protestar.

Con un poco de suerte mañana funeral, Queremos las orejas y el rabo de Juan Carlos, Los borbones a los tiburones o PNV fascista fueron algunos de los lemas más repetidos por el grupo, que clamó contra la monarquía y los toros a partes iguales, reivindicando, además, la república y la independencia de Euskal Herria. Ellos y quienes acudían a Illunbe entraron en un bucle de provocaciones y, fruto de la tensión, surgieron numerosas situaciones en las que tuvieron que intervenir agentes de la Ertzaintza -había un dispositivo importante-, separando a gente para que no llegara a las manos.

“Estamos en contra de la monarquía y de las corridas de toros”, aseguraron las irundarras Marisa Pérez y Concha Pagola, consideradas “republicanas que van allá donde va el Borbón”. “Encima el rey sigue ganando dinero a nuestra cuenta. Ha venido a esta matanza y nosotros se lo hemos costeado. Es una provocación, no tiene otra palabra”, repetían mientras sujetaban la bandera republicana. Junto a ellas, los grupos de manifestantes repetían: Ez, ez, ez, zezenketarik ez!

“Nunca entenderé cómo matar a un animal puede entretener y gustar a la gente. Son unos bestias”, afirmaba Joxe Ramón Pascual con tono de resignación. “Con qué fuerza moral va a pedir ahora Eneko Goia que se condene la violencia”, añadía una señora a su lado.

“No sois mejores, dejad de joder”, les contestó un pamplonés que se disponía a entrar en la plaza. Unas palabras que empujaron a varios antitaurinos a acercarse. “Sois unos asesinos”, replicaron entre empujones hasta que la Ertzaintza cortó el debate que había adquirido un tono bastante agresivo.

Fueron varias las disputas surgidas en los aledaños de la plaza, la mayoría por provocaciones originadas por alguno de los bandos. Un joven, antes de entrar a la instalación, decidió pasear frente a los manifestantes y ondear una bandera española. Además, selfies que unos chicos que acudieron al acto se sacaron con los manifestantes de fondo o gritos como Viva España y viva el rey exaltaron más a los presentes, que repetían sus consignas cada vez más alto.

A la protesta, convocada por la asociación republicana de Donostia y a la que se unieron otros colectivos como la plataforma antitaurina Donostia Antitaurina Orain, también acudieron miembros de EH Bildu e Irabazi, contrarios a la vuelta de los toros tras tres años.

aficionados “Me parece lamentable que se forme esto”, aseguraba indignado el pamplonés Alejandro Castro frente a la concentración. “Es un acto bonito, qué manera de estropear el ambiente con tanta aberración”, decía. Como él, unas 7.000 personas, según la agencia Efe, acudieron a la plaza de toros -cuyo aforo es de 11.000 personas-. Entre ellos había muchos mayores, pero también niños y jóvenes con sus padres, que confirmaron su interés por “inculcar la pasión por los toros” a los pequeños. Venían de localidades como Pamplona, Vitoria, Sevilla y Córdoba, aunque al acto acudieron también bastantes franceses y muchos donostiarras.

Dentro de Illunbe la corrida corrió a cargo de Enrique Ponce, José María Manzanares y Alberto López Simón, -que sustituyó Francisco Rivera Ordóñez, Paquirri-. Para verlos, los aficionados lucieron sus mejores galas. “A los toros hay que venir elegante, no se puede venir de cualquier manera”, confesó la gasteiztarra Carmen García, que aseguraba que “desde siempre” ha seguido estos espectáculos.

“Hay a quien le gusta el fútbol, las carreras de motos o las de caballos. No entiendo la necesidad de la gente por gritar e insultar de una manera tan desagradable. Yo no me he metido con nadie y tengo que aguantar que me llamen asesina, es una vergüenza”, explicaba la cordobesa María Cardoso, que confesaba que había aprovechado además para visitar Donostia durante una semana. “La ciudad me parece preciosa y el ambiente también, pero actuaciones como la de hoy dejan mucho que desear. Me llevo un sabor agridulce”, añadía.

Además, integrantes de la peña Paco Apaolaza y del Club Cocherito también quisieron reafirmar su apoyo a las ferias taurinas y comparecieron por la mañana para hacer público su manifiesto de reafirmación. “Los que se meten con nosotros lo hacen por ignorancia”, aseguró el vicepresidente de la Peña Paco Apaolaza, Ramón Orcoaga. “No tenemos por qué avergonzarnos, esta es nuestra fiesta. Los toros no tienen que ver con la política”, añadió.

polémica Sin embargo, el debate también llegó de nuevo a la política. En el Ayuntamiento de Donostia, la portavoz de EH Bildu, Amaia Almirall, criticó ayer por la mañana que con las corridas y la visita de Juan Carlos de Borbón Donostia fuera a dar una “imagen cutre y esperpéntica” de la ciudad. “Cuando convenza al alcalde de Pamplona la escucharé, mientras no acepto lecciones”, respondió el socialista, Ernesto Gasco, que acudió a Illunbe acompañado por los ediles Duñike Agirrezabalaga (PSE-EE) y Txema Murguiongo (PP). También estuvo presente la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga.

“Es un activo de España que tenemos que apoyar”, afirmó, por su parte, Juan Carlos de Borbón en la plaza, a la que acudió por primera vez. Su hija y nietos añadieron que apoyan siempre “la fiesta nacional”. “Su presencia es un claro gesto de democracia y libertad”, declaró el torero Enrique Ponce que, como los otros dos diestros, brindaron su primer toro al que fuera monarca español.