Las bondades de una buena defensa son de sobra conocidas: mantiene al rival en marcadores bajos, permite a un equipo correr y, sobre todo, manejar los ataques menos atenazados, con mayor tranquilidad. Cada balón deja de ser a vida o muerte, y el Irudek Bidasoa Irun lo agradeció este viernes por la noche en la segunda parte del estreno liguero ante Caserío Ciudad Real, que en la primera parte demostró poco ser un debutante en la categoría y cedió 32-25 ante la vanguardia local en los segundos 30 minutos.

Durante muchos minutos de la primera parte, el Irudek Bidasoa Irun lo de mantener al rival a raya lo hizo en grandísima medida gracias a un genial Jakub Skrzyniarz. Como si no hubiera disputado la eliminatoria europea con solvencia, el conjunto guipuzcoano comenzó entre dubitativo y temeroso ante una escuadra que, bajo la dirección del veterano Ángel Pérez de Inestrosa, buscaba atacar con la calma propia de los equipos en construcción. Más cuando poco tienen que perder el día que estrenan la máxima categoría en un escenario como Artaleku.

Arreones puntuales, muchos liderados por la calidad de Rodrigo Salinas, le permitían al Irudek Bidasoa Irun llegar por delante a las fotografías orientativas que suponen los parciales. Por mucho que gozar de ventajas a favor siempre sea positivo, las incómodas prestaciones defensivas (pese a Skrzyniarz) arrojaban una lectura nada alentadora para los intereses locales, que superado el minuto 20 detuvieron el encuentro. Tiempo muerto de Álex Mozas: 10-11 pese a las siete paradas del guardameta polaco. La fútil proyección de goles encajados era para asustar.

Ficha técnica

32 - Irudek Bidasoa Irun (13+19). Skrzyniarz, González (5), Rodrigo Salinas (5), Jevtic (2), Peciña, García (1), Nieto (2); Maciel, Cavero (2 p.), Tuà (2), Esteban Salinas (5), Mujika (2), Mielczarski (3), Nevado (3), Francisco da Silva, Valles. 

25 - Caserío Ciudad Real (13+12). Kostanitis, Palomeque (1), Alonso Moreno, Pérez de Inestrosa (4, 2 p.), Domingo (3), López (2), Sherif (4); Giovagnola, Mendive (1), Lumbreras, Fernández (1), Romanillos (1), Víctor Moreno, Mínguez (1), Torres (3), Gull (4, 1 p.).


Parciales. 3-2, 6-5, 8-7, 10-11, 12-12, 13-13; 15-13, 19-15, 23-18, 24-20, 29-22, 32-25.

Árbitros. Huertas Herrador y García del Salto. Por parte bidasotarra excluyeron a Valles (18’07), Francisco da Silva (23’14) y García (34’13). Por parte manchega, a Mínguez (5’03, 11’01) y Gull (21’09).

Incidencias. Primera jornada de la Liga Asobal disputada en Artaleku ante 1.476 espectadores.

La defensa asoma

A diferencia de lo que había pasado hasta entonces, en el último tercio del primer acto las defensas se impusieron a los ataques mientras los dos inquilinos en las porterías (Skrzyniarz; y el griego Kostanitis) sumaron otra media docena de paradas.

La noticia positiva de reducir el ritmo goleador de los manchegos tenía de momento una cara B para el equipo local: pese a querer hallar más continuidad en las acciones ofensivas, desde el empate a 11 que firmó su capitán en el minuto 20 solo marcó dos goles hasta el descanso; el último, un latigazo de Julen Mujika a dos segundos de la bocina (13-13).

El paso por el vestuario sentó muy bien al equipo guipuzcoano, que arrancó con mucho mayor acierto en las distintas partes del ataque: con balón y sin balón, en los pases y en los lanzamientos. Dio continuidad a las buenas acciones defensivas del final de la primera parte (el número de 13 goles encajados no era excesivo, pero algo no encajaba), Skrzyniarz mantuvo la persiana abajo (desbarató cuatro lanzamientos de siete metros durante el partido y en un quinto le ayudó el larguero) y el tino en ataque se tradujo en un parcial de 4-0 que obligó al visitante Santiago Urdiales a pedir un tiempo muerto.

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Las mejores imágenes el partido Irudek Bidasoa Irun - Caserío Ciudad Real Javi Colmenero

Se abre la tapa del tarro

El partido empezaba a romperse y solo el acierto de los primeros ataques con siete balonmanistas mantenía en él al equipo manchego. Con el paso de los minutos, los dorados consiguieron destapar el tarro de las esencias que se les presupone, donde además de la fiabilidad del exterior la segunda línea, hubo que sumar una primera línea que empezaba a brillar. Mención aparte merecen los buenos minutos del jovencísimo Piotr Mielczarski, que con un parcial propio de 2-0 apuntilló al Caserío. La cátedra de Artaleku aplaudió.

Eran minutos en los que la afición guipuzcoana, que llenó tres cuartas partes del pabellón, disfrutó de la frialdad de Mario Nevado en la penetración, y la recién constituida asociación entre Nacho Valles y Esteban Salinas, que fue como llegó la máxima renta del choque (32-24), amén de combinaciones de balón a alta velocidad. La que pretende Mozas.

Al final del partido el conjunto guipuzcoano sumó el choque liguero a la lista de debuts en Artaleku con victoria. No siempre fue así. La Liga Asobal está en marcha y la segunda parada lleva al conjunto guipuzcoano a Puente Genil. Donde una dolorosa derrota le mandó a la eliminatoria europea. Luego comparecerá el Ademar en un Artaleku donde ganó dos veces la pasada temporada. Y viaje a Nava, otro escenario de derrota reciente. Campos de batalla que exigirán la versión final del Irudek Bidasoa Irun ante Caserío.