Donostia. La crisis azota cada vez con mayor fuerza y son muchas las personas que se ven abocadas a dormir en la calle. Esta situación es especialmente dura en invierno, cuando el frío, la lluvia y también la nieve causan estragos en aquellos ciudadanos que no disponen de un techo para pasar la noche.

Como todos los años, Hotzaldi pone a disposición de estas personas 40 camas. Esta sala de invierno de Cáritas lleva abierta desde el pasado 15 de noviembre y cerrará sus puertas el próximo 15 de abril.

"No hay nada como dormir bajo un digno techo. A gusto. Disfrutando del calor: goxo-goxo. No obstante, existen personas que carecen de la calidez de una casa o de una familia. En la calle Ategorrieta de Donostia, Hotzaldi ha abierto sus puertas de par en par. Y han sido muchos los que han acudido a él", explicó ayer Cáritas a través de una nota informativa.

Las personas que hacen uso de este servicio han sido previamente derivadas de organizaciones como Rais, Cruz Roja y los centros de Cáritas (Aterpe y Laguntza Etxea), de las parroquias de Gipuzkoa y Cáritas Diocesana.

Según explicaron desde Cáritas, el perfil de las personas que hacen uso de este servicio son ciudadanos que carecen de un alojamiento y que solicitan una plaza para pernoctar en Hotzaldi. Para ello, las entidades encargadas de gestionar este espacio habrán tenido que valorar positivamente este recurso "como apoyo en su proceso de mejora personal".

Las 40 camas de esta sala de invierno están dirigidas a quienes "no tienen ningún recurso de alojamiento, personas que han acudido a alguna de las citadas entidades (Rais, Cruz Roja y Cáritas) a solicitar la plaza", señalaron desde Cáritas.

Tras aceptar unas condiciones mínimas de convivencia, en lo que respecta al cumplimiento de horarios y de no consumir dentro del recinto, por ejemplo, las personas acogidas son atendidas por 55 voluntarios que "generosamente ofrecen su tiempo; con su presencia y escucha activa, acompañan la soledad, sufrimiento e indiferencia que padecen en el día a día",